La triste historia de Johannes Gutenberg, el creador de la imprenta

Johannes Gutenberg tenía un secreto: había inventado la imprenta con tipos móviles de metal, que podía producir libros más rápido y barato que el método tradicional de copiarlos a mano. Pero no quería que nadie se enterara de su proyecto, porque temía que le robaran la idea, que le pusieran obstáculos o que le persiguieran por hereje.

Por eso, trabajó en secreto en un taller que alquiló con el dinero que le prestó un hombre rico llamado Johann Fust, que se convirtió en su socio. También reclutó a otros colaboradores, como Peter Schöffer, un experto calígrafo que le ayudó a diseñar los caracteres.

Su obra maestra era la Biblia de 42 líneas, que se considera el primer libro impreso con tipos móviles. Se tardó unos tres años en imprimir los 200 ejemplares que se hicieron, y cada uno tenía unas 1.286 páginas.

Pero el proceso fue lento y costoso, y pronto se les acabó el dinero. Fust, impaciente por ver resultados, le exigió a Gutenberg que le devolviera el préstamo, con intereses. Gutenberg, que no tenía suficiente efectivo, le pidió más tiempo y más dinero.

Fust, entonces, decidió demandar a Gutenberg ante el tribunal de la ciudad, alegando que le había engañado y que no le había mostrado nada de lo que había hecho con su dinero. El juicio se celebró en noviembre de 1455, y fue el primer documento histórico que mencionó la imprenta de Gutenberg. Durante el juicio, Gutenberg tuvo que revelar su invento y mostrar algunas de las páginas impresas que había guardado en secreto.

El tribunal falló a favor de Fust, y le concedió la propiedad de todo el material y el producto del taller de Gutenberg, incluyendo la Biblia incompleta. Gutenberg se quedó sin nada, y tuvo que abandonar la ciudad. Fust y Schöffer se quedaron con el negocio de la imprenta, y terminaron de imprimir la Biblia, que se convirtió en el primer libro impreso con tipos móviles de la historia.

Así fue como Gutenberg perdió su invento por mantenerlo en secreto, y cómo el mundo se enteró de la existencia de la imprenta, que cambiaría para siempre la forma de transmitir el conocimiento, la cultura y las ideas.

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