Mediante una saga de publicaciones, el diario Uno de Mendoza consultó a distintos especialistas y estudiosos de los medios de comunicación, para abordar el fenómeno de los medios digitales, las nuevas manera de comunicarnos, y fundamentalmente el impacto que tuvo la tecnología en todos nosotros a la hora de estar informados. El colombiano Gabriel Levy es comunicador social y periodista especializado en contenidos multimedia. Es coordinador de contenidos de la Autoridad Nacional de Televisión de su país (ANTV), y fue una de las figuras del foro de transmedia Mediamorfosis que se desarrolló en Mendoza en octubre.
Ahora, desde Bogotá, habla acerca de su experiencia en plataformas digitales y de la evolución de los medios de comunicación. También entrega algunas claves para entender este momento histórico.
–La transformación del diario Uno y de otros medios es inédita en el país. ¿Qué opina?
–Esta evolución es la lógica de los medios de comunicación. Tengo la idea de que es muy difícil que un medio se acabe. Sobre eso hay muchos mitos y se ha especulado demasiado. Por ejemplo, cuando apareció la radio, la prensa fue sentenciada a muerte; cuando apareció la televisión, vaticinaron lo mismo para la radio y cuando apareció internet, la televisión fue sentenciada a muerte por el uso de plataformas como Net-flix, por ejemplo. Sin embargo, nada de lo profetizado ocurrió. Lo que sí ocurrió es el cambio de los hábitos de consumo de los ciudadanos, de los consumidores y espectadores, que comenzaron a responder a nuevas prácticas frente al gran avance tecnológico. No obstante, los hábitos de consumo que el medio generó no se perdieron ni desaparecieron. En el caso de la prensa escrita se produce un fenómeno global: las personas tienden a consumirla mucho más en plataformas digitales y lo hacen porque las plataformas digitales integran otros medios. Entonces, todo es mucho más simple: mientras están con el celular, entran y leen los contenidos sin necesidad de ir al papel para consumirlos. Además, las plataformas digitales representan un ahorro ecológico importante, toda vez que para poder producir diarios impresos hay que talar árboles, es decir, generar un daño ecológico y una huella de carbono alta. Con el digital se hace una economía a escala, ya que la persona consume varias plataformas y varios contenidos a la vez.
–¿Qué perfil tiene ese consumidor de contenidos transmedia vía plataformas digitales?
–Tiene un perfil que ha evolucionado y seguirá haciéndolo. Hace unos años identificábamos un público muy joven con capacidad de acceso y conexión a esas plataformas y gran entendimiento de las mismas. Quedaban excluidos los adultos no nativos digitales y el público de bajos recursos económicos. Con el paso del tiempo, esas generaciones, que no nacieron con una tablet bajo el brazo, comenzaron a entender la lógica, compraron esos dispositivos y fueron sus hijos quienes les enseñaron a utilizarlos, y las personas de escasos recursos que estaban por fuera de esa cadena digital también empezaron a tener acceso gracias a la masificación de los smartphones y a los subsidios de gobiernos de América Latina.
En este momento histórico presenciamos un público mucho más amplio del que había antes, que cubre una parte mayor de la estadística universal y que podemos caracterizar de múltiples maneras y formas de consumo por exposición y tipo de contenido al que accede. Hoy, la población que está por fuera de esa cadena digital es muy poca.
–¿Qué deben saber los anunciantes en este momento global tan particular?
–Que las plataformas digitales son para ellos una gran oportunidad porque pueden segmentar muchísimo mejor su pauta publicitaria, ya que las plataformas permiten caracterizar la exposición del anuncio a un público mucho más específico: hombres o mujeres, por edad, por zona geográfica. Y todo con muchísima precisión porque eso se controla a partir de las direcciones IP de las cuentas de correo electrónico que las personas abren o de las redes sociales que tienen. Esto implica un ahorro significativo: cuando el anunciante invertía en el papel impreso, estaba pagando por un universo muy grande en el cual, probablemente, la mayoría de las personas no respondían a sus características sociodemográficas de consumo; mientras que cuando pautan en plataforma digital se puede segmentar muy bien al momento de contratar la pauta y pedir “yo quiero que mi anuncio llegue a este público específico”, de tal manera que están pagando por su público y no por ese gran universo, lo que lo hace muchísimo más eficiente esa inversión.
–La generación de los contenidos para esas plataformas es también un gran desafío. ¿Cómo está Latinoamérica en ese rubro?
–En la versión impresa los contenidos solo podían emitirse una vez al día, pero ahora, en digital, pueden salir cada vez que se produzca un hecho noticioso. Para el espectador esto es garantía de noticia mucho más fresca y para el periodista significa perder la frustración de esperar 12 horas para que la noticia, a esa altura en la radio o la televisión, sea publicada. Los contenidos, al ser distribuidos en múltiples plataformas y múltiples pantallas y con el periodista sin la certeza de en cuál plataforma van a ser consumidos, serán más líquidos y podrán ser adaptados a cada plataforma y a cada pantalla.
Esto requiere de un gran desafío para los equipos periodísticos en la producción y el diseño: actualizar el nivel narrativo, con nuevos lenguajes. Esto hace que las fronteras se diluyan: antes, tan claramente marcadas entre radio, prensa y televisión, en digital se diluyen.
Hoy, es muy común que un periodista que antes solo escribía deba animarse a hacer una nota periodística en audio o en video. Hay que apropiarse de todas las posibilidades multimediales que ofrece la era digital para sacarle mejor provecho al ejercicio de difusión de la noticia. Es todo un desafío y una gran oportunidad.
Fuente: Uno
Debe estar conectado para enviar un comentario.