La Marcha Federal LGBT: Ruido Mediático, Poco Impacto Político


El pasado 1 de febrero, la denominada «Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista» reunió a aproximadamente dos millones de personas en diversas ciudades de Argentina, según los organizadores. Si bien la cifra es impactante en términos absolutos, en contexto con la realidad del país, se trata de un movimiento minoritario: solo un 4.25% de la población argentina participó de la manifestación.

Este porcentaje adquiere una relevancia menor si consideramos que la mayoría de quienes marcharon no votaron a Javier Milei en las últimas elecciones. Las elecciones presidenciales de 2023 mostraron un claro respaldo a la agenda del actual gobierno, con Milei obteniendo más del 55% de los votos en el balotaje. Su victoria reflejó el hartazgo de una amplia mayoría de la sociedad frente a las políticas de la izquierda y el progresismo, sectores que en gran parte se volcaron a esta manifestación en rechazo a su discurso.

Desde el punto de vista político, el impacto de la marcha en la gobernabilidad de Milei es nulo o incluso contraproducente para sus opositores. El grueso de su electorado apoya sus declaraciones y medidas, interpretando estas protestas como una reacción previsible de los sectores que perdieron poder con el cambio de gobierno. No es casualidad que, a pesar de la magnitud del evento, no haya generado un cambio en la postura oficial del gobierno ni en la percepción mayoritaria de la ciudadanía.

Los medios afines al kirchnerismo han intentado magnificar el impacto de la manifestación, presentándola como una respuesta masiva y contundente contra Milei. Sin embargo, los datos muestran que se trata de un movimiento sectorial y acotado, sin la capacidad de revertir el respaldo popular que mantiene el Presidente. Además, la protesta no estuvo exenta de contradicciones: mientras denunciaban un supuesto avance autoritario, se registraron agresiones y discursos intolerantes hacia quienes piensan diferente.

En conclusión, la Marcha Federal del Orgullo representa más un acto simbólico de resistencia de ciertos sectores que un verdadero desafío para el gobierno. Milei, al igual que en campaña, sigue teniendo el respaldo de la mayoría que lo votó y que comparte su diagnóstico sobre el rumbo del país. Mientras la oposición se concentra en movilizaciones de impacto mediático, el gobierno continúa avanzando con sus reformas, respaldado por la legitimidad democrática que le dio el pueblo argentino.