La Cámara de Diputados acompañó en la última sesión el proyecto de Hugo Ávila (Frente Amplio Catamarqueño) repudiando así hechos de violencia perpetrados en contra de Yolanda Vargas, directora de la escuela normal Abel Acosta en el departamento Santa María. «Es verdaderamente repudiable que desconocidos ingresaran al establecimiento, a la sala de directores y rompieran el retrato de Yolanda Vargas dejando una amenaza de muerte para la misma» dijo el autor del proyecto al momento de fundamentar.
Por su parte, Carlos Marsilli (UCR-JPC) pidió a los titulares del Ejecutivo provincial y del Municipal que se reúnan «para solucionar este problema con los actores que representan a esta honorable institución como es la escuela Abel Acosta». También participaron del debate sobre el repudio contra la directora del establecimiento educativo Alfredo Marchioli (UCR-JPC), Luis Lobo Vergara (UCR-JPC) y Jorge Andersch (FT) quién lamentó el «acto tan cobarde y tan vil que atenta contra la institucionalidad, contra las persona de Yolanda Vargas y contra toda la comunidad educativa de Santa María». A estas posturas se sumaron las voces de Pablo Castro (FT) y Natalia Saseta (PRO-JPC).
Un equipo interdisciplinario del Instituto de Arqueología y Museo (IAM) de la Universidad Nacional de Tucumán presentó, primero en espacios públicos y, ahora -en el marco de la pandemia- de forma íntegramente virtual, una muestra que pone en valor la cerámica de la cultura santamariana, originaria de los Valles Calchaquíes, cuyas piezas tienen una antigüedad de hasta mil años.
Lorena Cohen es doctora en Arqueología y técnica en museología; y junto a un equipo integrado por Soledad Marcos, Roy Casañas, Agustina Ponce, Silena Mamondes, Javier Díaz y Valeria Olmos idearon y desarrollaron esta muestra que propone “sacar las piezas de los estantes de una reserva o museo” y presentarlas -mediante la aplicación de tecnologías 3D- para que puedan ser apreciadas por grandes y chicos.
“Santamariana, un legado de 1.000 años” es fruto de un interesante trabajo: no solo supuso tareas de restauración y en muchos casos remontaje de piezas cerámicas que estaban rotas, sino que llevó al equipo a incursionar en distintas técnicas para que esas piezas físicas pudieran ser mostradas y apreciadas de forma digital.
Así, por ejemplo, generaron modelos tridimensionales de vasijas y urnas funerarias que se pueden ver en vitrinas virtuales dentro de la página web que reúne la muestra. Esos modelos también se pueden visualizar a través de realidad aumentada -mediante el escaneo de códigos QR- como si uno tuviera las piezas en la mesa de su casa.
“Nuestra propuesta invita a abrirse a una percepción diferente: una propuesta 3D que permite apreciar la diversidad y la belleza de las producciones humanas en el Noroeste Argentino de mil años atrás”, dice la muestra que, por la calidad de visualización que ofrece permite ver con gran nivel de detalle las formas, los colores y la iconografía de la alfarería de los valles calchaquíes.
Lorena cuenta que el Instituto de Arqueología y Museo de la UNT tiene una antigüedad de 100 años, y conserva piezas de distintas culturas ancestrales. Para esta muestra, eligieron la cerámica santamariana por su valor patrimonial “con una antigüedad que inicia hace mil años, aunque sus manifestaciones aún perduran en la actualidad”
En las diferentes secciones del sitio web se despliegan imágenes, videos, audios, textos, realidad aumentada, modelos tridimensionales y actividades lúdicas e interactivas para conocer y valorar este legado ancestral.
La muestra incluye además filtros de Instagram que invitan a interactuar con las piezas y fundirse los rostros con sus iconografías; y un rincón de juegos con memotest y otras actividades lúdicas para que los más chicos puedan armar sus propios diseños alfareros.
“Santamariana” se convierte así en un valiosísimo recurso pedagógico para docentes que quieran acercar a sus estudiantes -de forma virtual pero al mismo tiempo muy vivencial- a la historia y la cultura de las poblaciones aborígenes.
Pero la verdadera apuesta de la muestra -destaca Lorena- era lograr que los saberes de la academia y de la arqueología se integraran y enriquecieran con los saberes populares y de las comunidades que hoy habitan los territorios de Catamarca, Salta y Tucumán, nucleados en los Valles Calchaquíes.
Por eso, suma testimonios audiovisuales de alfareros, artistas, investigadores y talleristas que hoy crean y recrean el legado de la cerámica santamariana, aplicándolo a artesanías que hoy se consiguen en los valles.
El interés de poner a circular la muestra pese a las restricciones de la pandemia también llevó al equipo a ofrecer visitas guiadas virtuales a docentes con sus estudiantes, donde los investigadores a través de encuentros vía Meet, compartieron los distintos recursos que ofrece “Santamariana” despertando gran curiosidad entre los participantes.
Más sobre la muestra y el estilo cerámico Santa María
«Santamariana, un legado de mil años» es un proyecto beneficiado por el Fondo Nacional de las Artes (becas de creación grupal, convocatoria 2018). El grupo gestor se conformó por profesionales y estudiantes vinculados a la Arqueología y la Museología e integrantes del Instituto de Arqueología y Museo (IAM) de la Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo de la Universidad Nacional de Tucumán y personal técnico del ISES (Instituto Superior de Estudios Sociales CONICET-UNT).
Desde este colectivo se generó una propuesta que permitiera “salir a las piezas de los estantes de un área de reserva”, mediante la aplicación de nuevas tecnologías de exhibición y comunicación.
La colección que resguarda el IAM se inició hace más de 100 años y está conformada por piezas de diferentes materiales y procedencias. “El estilo Santa María es un grupo dentro de esta colección y la elegimos en tanto que proceden del NOA, con una antigüedad que inicia hace mil años aunque sus manifestaciones aún perduran en la actualidad”, señala Lorena Cohen en representación del equipo del IAM.
“Sus características iconografías, colores y formas permiten hoy reconocerlas como propias de los valles Calchaquíes y de la zona pedemontana oriental a éstos”, agrega.
Los colores de las piezas son rojos, morados, negros y blancos y las imágenes de animales más recurrentes son suris, serpientes, sapos, de rostros de largas cejas y de humanos ataviados, a veces portando cabezas trofeo, hachas y escudos. La silueta típica de las piezas es la de las urnas, pero no es la única. Si bien su función más común ha sido la de inhumación de infantes de corta edad y sus ajuares, han sido empleadas también en la vida doméstica como contenedores de alimentos. Las representaciones geométricas de las piezas permitieron correspondencias con textiles y plantear a las urnas como mujeres vestidas o como madres guareciendo a sus niños en su interior.
En el audiovisual que integra la muestra se muestra que la valoración y resignificación de la cerámica santamariana llega a nuestros días, dado que su iconografía típica es parte de las artesanías que hoy se producen y se pueden ver en Catamarca, Tucumán y Salta.
La artesana santamariana Ana María Flores obtuvo el premio adquisición otorgado por la Comisión Municipal de Folklore de Cosquín de la feria de artesanos de esa localidad cordobesa, en el rubro “fibras animales-textileria, pieza, manta con bordado criollo de flores”.
La entrega del reconocimiento fue el pasado domingo 2 de febrero en el escenario mayor de Cosquín y la prenda pasó a formar parte ahora del patrimonio del Museo del Artesano de Cosquín.
“Soy artesana hace 18 años, mi abuela era artesana, y es una actividad que realiza toda la familia –comentó Ana María- Mis trabajos los vendo desde hace tiempo en Tafí del Valle, y ahora me hacen pedidos de distintos lugares del país”.
Contó asimismo que para sus creaciones usa lana de oveja y de llama y, algunas veces, hilo; y que teje en telar tradicional o criollo, de palos plantados en la tierra, elaborando caminos de mesa, almohadones, ponchos de vestir para dama, mantas, cubrecamas, ruanas, y desde el año pasado, también sacos y chalecos.
Ana María relató que hace 5 años fue invitada por Mirtha Presas y por el actual director de Artesanías. Armando Corpacci a participar de un curso de bordado que se dictó en Santa María, a través del Fondo Nacional de las Artes, y desde allí incorporó el bordado a sus prendas. También desde hace 5 años participa de la Feria de Artesanías que se lleva a cabo en la ciudad de Cosquín paralelamente al Festival Nacional de Folklore, y en todas las oportunidades regresaba con alguna mención. El año pasado obtuvo el primer premio en la categoría “stand».
“Y este año fue una sorpresa para mí –continuó relatando- éramos más de 200 artesanos y el jurado recorría todos los stands, pero nunca me imaginé que podía ganar. Eligieron una prenda mía y me pidieron que no la venda, con ella fui superando las preselecciones y al final me comunicaron que mi tejido fue seleccionado como ganador”. Se trata de un cubrecama de 2 plazas con doble hilo, con bordado de flores, que sobresalió a los ojos del jurado, entre variados productos que Ana María llevó para exponer y vender.
Respecto de las ventas dijo que como ya tiene trayectoria en la feria, los visitantes la conocen y van directamente a buscar y adquirir sus producciones. Lo mismo ocurre cuando expone en Catamarca, en la Fiesta del Poncho.
Desde el Ministerio de Cultura y Turismo celebramos este nuevo e importante reconocimiento otorgado a Ana María, lo que ratifica el valor de la producción artesanal textil de Catamarca y de sus creadores.
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