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  • San Cayetano: Historia y Tradición del Santo del Pan y del Trabajo

    San Cayetano: Historia y Tradición del Santo del Pan y del Trabajo

    Cada 7 de agosto, miles de fieles en Argentina y otras partes del mundo celebran el Día de San Cayetano, conocido como el santo del pan y del trabajo. La devoción a San Cayetano es una de las manifestaciones religiosas más importantes en el país, especialmente en momentos de dificultades económicas y laborales.

    ¿Quién fue San Cayetano?

    San Cayetano de Thiene nació en Italia en 1480 y dedicó su vida al servicio de los más necesitados. Fue cofundador de la orden de los Teatinos, un grupo religioso que se destacó por su compromiso con la ayuda a los pobres y la reforma del clero. Cayetano, conocido por su humildad y entrega, se convirtió en un símbolo de la lucha contra la pobreza y la desigualdad. Fue canonizado en 1671, y desde entonces, su figura ha sido venerada por millones de personas en todo el mundo.

    La Devoción en Argentina

    En Argentina, San Cayetano es particularmente venerado en el barrio de Liniers, Buenos Aires, donde se encuentra la iglesia dedicada a él. Desde la madrugada del 7 de agosto, miles de personas se acercan a este templo para agradecerle por los favores recibidos y para pedirle su intercesión en temas de empleo y sustento. La imagen de largas filas de fieles esperando para tocar su figura es una postal recurrente cada año.

    El Día de San Cayetano se ha transformado en una fecha de gran importancia social y religiosa. En un país donde las dificultades económicas son un desafío constante para muchas familias, la figura de San Cayetano adquiere un valor simbólico profundo. Los fieles, a menudo, asocian su devoción con la esperanza de conseguir o mantener un empleo, y el pedido por la bendición del «pan» diario es una súplica habitual.

    Celebraciones y Manifestaciones

    Las celebraciones en honor a San Cayetano incluyen misas especiales, procesiones, y diversas actividades religiosas a lo largo del día. En la iglesia de Liniers, las ceremonias comienzan desde la medianoche, y continúan durante todo el día, con miles de personas participando en la bendición del pan y el trabajo. Además, en muchas localidades del país, se realizan ferias y eventos comunitarios en honor al santo.

    A lo largo de los años, la devoción a San Cayetano también ha inspirado movimientos sociales y manifestaciones. En varias ocasiones, organizaciones de trabajadores y movimientos sociales han utilizado esta fecha para visibilizar sus demandas laborales, vinculando la lucha por el trabajo digno con la figura del santo.

    Reflexión Final

    El Día de San Cayetano es un recordatorio de la importancia de la solidaridad, el trabajo digno y la lucha contra la pobreza. Para los fieles, es una oportunidad para renovar su fe y esperanza, confiando en la intercesión de un santo que dedicó su vida a los más vulnerables.

  • “No hay pan, leche ni corriente, esto es muy duro”: así se vive la población en Cuba

    “No hay pan, leche ni corriente, esto es muy duro”: así se vive la población en Cuba

    Millones de personas están atravesadas por la grave crisis económica que sufre el país y que ha generado protestas en varias ciudades en los últimos días: “Los adultos nos arreglamos como podemos, ¿pero los niños?”

    En medio de la oscuridad de su casa, Catalina, de 35 años, repasa los problemas de su día a día, similares a los que padecen en Cuba millones de personas por la grave crisis económica que sufre el país y que ha generado protestas en varias ciudades en los últimos días.

    “No hay pan, no hay leche. No tenemos corriente. Los niños no van al colegio porque no desayunan y, cuando van, caminan hasta tres kilómetros porque no hay transporte…”, cuenta a EFE mientras a su lado su esposo Víctor, de 49, sólo asiente con la mirada perdida.

    Él dice que ya una vez ha pedido en su trabajo que lo dejen volver a casa porque, entre tanto calor, apagones de más de diez horas y otras dificultades, mantenerse en pie es un reto: “Me voy porque tengo sueño, estoy cansado (…) Esto es duro, muy duro”.

    La pareja vive en Pura y Limpia, una humilde barriada de chabolas junto a la localidad de Santa Marta (occidente de Cuba).

    EFE habló con ellos una semana antes de que allí -y en otros cuatro municipios de la isla- se vivieran este domingo manifestaciones, alguna con cientos de personas, en las que se gritaba “¡Comida y corriente!”, pero también “¡Libertad!” y “¡Patria y vida!”.

    Para Catalina y Víctor, como para sus vecinos, la vida se ha vuelto cada vez más difícil en estos últimos tres años.

    La pandemia, las sanciones y los errores en la política económica y monetaria nacional han agravado problemas estructurales del sistema cubano y generado escasez de básicos (comida, medicinas, combustible) y apagones, así como inflación, migración masiva y descontento social.

    Desabastecimiento de alimentos

    Tras el colapso de su agricultura, Cuba importa el 80 % de los alimentos que consume. Y la falta de divisas del Estado ha complicado cada vez más esta labor.

    La oferta en las bodegas (tiendas estatales de básicos subvencionados), en las que sólo se puede comprar lo que corresponde por la libreta de abastecimiento (cartilla de racionamiento), se ha ido estrechando y son frecuentes los retrasos en la entrega de arroz, azúcar o café.

    Por otro lado, en el incipiente sector privado los productos (importados) tienen precios por encima de las posibilidades de la inmensa mayoría de cubanos, como Catalina y Víctor.

    El Gobierno ha reconocido que durante marzo habrá problemas para cumplir con la distribución de pan por la libreta y que ha pedido ayuda al Programa Mundial de Alimentos (PMA) para poder seguir distribuyendo leche subvencionada a menores.

    Plan de ajuste

    Para dar un volantazo en el rumbo de la economía -aún por debajo del nivel de 2019 y con la previsión de firmar su quinto año consecutivo con un abultado déficit fiscal- el Ejecutivo está implementando un severo plan de ajuste.

    El programa incluye el aumento de la gasolina en un 400 %, que entró en vigor el 1 de marzo, y subidas en servicios como el agua y la electricidad. Esto augura más dificultades para el ciudadano medio y más inflación.

    Los precios del mercado formal se situaron en febrero en el 32,08 %, tras cerrar 2023 y 2022 por encima del 30 %, y 2021 en más del 77 %. Los incrementos en el mercado informal son aún mayores y han erosionado enormemente la capacidad de compra de los exiguos salarios estatales.

    Crisis eléctrica

    A estos problemas se suma la incapacidad del sistema eléctrico para producir la energía que precisa el país, por averías en las centrales y falta de combustible. Desde febrero entre el 20 y el 45 % de la isla llega a quedar a oscuras cada día en el momento de máxima demanda.

    Los apagones, de más de diez horas diarias en muchas provincias, son un calvario para muchos y el detonante -más allá de otras causas profundas- de protestas como las de el pasado domingo.

    Sentado frente a su casa, tras un estrecho pasillo, Felipe Miranda, un vecino de Santa Marta de 57 años, se queja con EFE de que la molestia por la falta de corriente es aún mayor porque, además, los apagones son imprevisibles.

    Y eso es lo que marca la diferencia entre poder cocinar la comida del día —en muchos hogares humildes las cocinas son eléctricas— o quedarse con hambre. “Esto es de correr y hacer cuando hay”, sostiene.

    Ya en la noche, tras más de 10 horas de apagón, Catalina se duele por lo que esto provoca en niños como los suyos: “Los adultos nos arreglamos como podemos, ¿pero los niños? Es difícil”.

  • Acuerdo para fijar un valor máximo del pan para septiembre y octubre

    Acuerdo para fijar un valor máximo del pan para septiembre y octubre

    El convenio regirá para todo el país y fue rubricado por el Gobierno, la Federación Argentina de la Industria del Pan y Afines, y la Cámara de Industriales Panaderos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

    El Gobierno, la Federación Argentina de la Industria del Pan y Afines (FAIPA) y la Cámara de Industriales Panaderos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CIPC) acordaron un valor máximo para el kilo de pan francés. Según se informó, regirá en todo el país y será de $680 hasta el 30 de septiembre y de $715 para todo octubre.

    Del convenio participan más de 5 mil panaderías que deberán señalizar sus locales con cartelería de Precios Justos para identificar que participan del programa. La medida, además, cuenta con el respaldo de los molinos que forman parte del Fideicomiso del Trigo (FETA) y que abastecen a las panaderías, en tanto que la Secretaría de Comercio fiscalizará el cumplimiento del acuerdo.

    De acuerdo con lo que detallaron desde el Ejecutivo nacional, «este entendimiento garantiza el abastecimiento del kilo de pan francés a precios acordados en todo el territorio nacional al tiempo que refuerza el funcionamiento del Fideicomiso del Trigo (FETA) que compensa el costo de la bolsa de harina 000 que venden los molinos a las panaderías».

    En ese sentido, el precio de la tonelada de harina de trigo subsidiada del FETA continúa un 40% por debajo del precio de mercado de dicho producto. Además, la variación interanual del precio de la harina compensada por el FETA fue de 81,2%, mientras que el incremento general de los precios fue de 113,4% interanual en julio.

    “Necesitamos dar señales claras a la sociedad y por eso es fundamental fortalecer las herramientas que tenemos y cumplir con los acuerdos. Además de dar previsibilidad a la mesa de los argentinos, este compromiso también es muy importante porque es el mejor modo de darle existencia a la herramienta del fideicomiso del trigo”, destacó Matías Tombolini, secretario de Comercio, durante la firma del acuerdo.

    En ese marco, el presidente de FAIPA, Miguel Di Beta, destacó el acompañamiento de los molinos y señaló que “el objetivo es trabajar en conjunto porque es lo que necesitamos todos los argentinos”. Por su parte, el presidente de CIPC, José Álvarez, remarcó: “El acuerdo lo venimos trabajando desde hace ya más de un mes y esto es el resultado del esfuerzo de los molinos y del Estado a través del fideicomiso. Estamos incentivando a todos los industriales panaderos para que compren esta harina subsidiada y a los molinos para que abastezcan a más panaderías en todo el país”.

    También participaron de la firma el subsecretario de Políticas para el Mercado Interno, Gustavo Faskowicz; el vicepresidente de FAIPA, José Hernández; el director de Asuntos Corporativos de Molino Cañuelas, Rafael Rodríguez Roda; el representante de Molinos Florencia y director Ejecutivo de Molinos Cañuelas, Daniel Ercoli; y el representante de Lagomarsino S.A, Juan Luis Busto. De forma virtual participaron el representante de Molinos Marimbo, Juan Luis Martín, y el representante de San Salvador, Hugo Marcos Ovejero.