La abuela viral catamarqueña fue dada de alta en la capital y vuelve a su tierra. Su cuidador, Mario Argañaraz, grabó un sentido mensaje que conmovió a todos.
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Alta médica y alta emoción: Lucía vuelve a Tinogasta
Con lágrimas contenidas y el corazón lleno, Doña Lucía, la abuela catamarqueña conocida cariñosamente como “la tremenda”, fue dada de alta en las últimas horas y ya se prepara para regresar a su querido Tinogasta.
Lucía se volvió popular por sus videos virales llenos de humor y ternura, y ahora fue protagonista de una historia de solidaridad y cariño que emocionó a todos en Catamarca.
El video de Mario que emocionó hasta al más duro
Su inseparable cuidador y compañero, Mario Argañaraz, compartió un video desde el Instituto Médico de la Comunidad, donde no pudo contener la emoción:
“Hace cinco minutos el Dr. Figueroa y el Dr. Silva le dieron el alta a la tremenda. Mañana nos vamos a Tinogasta, si Dios quiere… pero no me quiero ir sin agradecer a tanta gente hermosa que nos ayudó incondicionalmente”, expresó con la voz quebrada.
Mario se tomó el tiempo de agradecer a médicos, enfermeros, cocineros, vecinos, amigos y hasta a quienes le brindaron alimentos todos los días sin cobrarle un peso.
Bombones, corazones y la abuela que se robó todo
En su mensaje, Mario destacó un gesto especial:
“Lucía se lleva muchos corazones… en especial el del Dr. Silva, que le regaló un bombón”.
Una frase que mezcla humor, afecto y el espíritu de esta entrañable mujer que supo ganarse el cariño de toda una provincia, incluso en medio de una internación.
Solidaridad que no se olvida
Mario también agradeció a la señora Marisa de la rotisería Torres de Sabores, quien le envió comida diariamente sin cargo, incluso los fines de semana, pensando en su salud como diabético. Y no se olvidó de Omar y la Pato, quienes lo asistieron todos los días.
“Esas cosas no se olvidan nunca más en la vida”, dijo entre lágrimas.
Un regreso esperado y un ejemplo de humanidad
Este martes, Lucía y Mario emprenderán el regreso a Tinogasta, con el alma colmada por tantas muestras de cariño y gratitud.
“Dios los bendiga a todos y todas. No me quiero olvidar del Instituto Médico. Nos trataron como en casa. Educación y humanidad al 100%”, cerró Mario.
Porque hay altas médicas… y hay altas de la vida, como esta.
¡Bienvenida a casa, tremenda Lucía!
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