El Papa fue anfitrión este miércoles de un show del Circo de Cuba en el Vaticano y cuando uno de los artistas le ofreció participar, no lo dudó: sentado en su sillón, por unos segundos Francisco mantuvo girando una pelota sobre un dedo índice, en medio de una veintena de malabaristas, contorsionistas y bailarinas de coloridos vestidos.
«Quiero agradecer a los artistas del Circo de Cuba. Ellos con su espectáculo portan belleza. Se requiere mucho esfuerzo para hacerla. Hemos visto mucho entrenamiento», dijo el Pontífice al término del espectáculo, que sirvió para concluir la audiencia general de la jornada.
La presentación tuvo lugar en el auditorio Pablo VI del Vaticano, ante los miles de fieles que asistieron a la audiencia.
Francisco dijo ante los artistas circenses que «la belleza siempre eleva el corazón, nos hace mejores a todos», consignó la agencia EFE.
«La belleza nos porta la bondad y también a Dios. Continuad así, ofreciendo belleza a todo el mundo», animó a los participantes en el espectáculo, que aprovecharon para saludarlo y sacarse fotos junto a él.
Dijo, en un libro-entrevista que está por salir a la venta, que la homosexualidad “se ha convertido en una moda”. Y que el problema “no se enfocó bien” en la Iglesia.
El Papa confesó que un tema que le preocupa mucho es la difusión de la homosexualidad “entre el clero y la vida consagrada”. La declaración está destinada a causar agitación porque Francisco es consciente de que en una Iglesia cuya principal crisis actual son los mayúsculos escándalos de abusos de sacerdotes pederastas que castigan y debilitan al mundo católico, no puede eludir la presencia de numerosos curas (y, en menor medida, también monjas y religiosos) con tendencias y prácticas homosexuales.
Francisco sostiene que el fenómeno, ampliamente enraizado en las instituciones eclesiásticas, “es una cuestión muy seria”, en un libro-entrevista (“La fuerza de la vocación”) sobre la vida sacerdotal, del misionero español Fernando Prado, que estará en venta esta semana en Italia.
El filósofo polaco Andrzel Kobylinski, que fue académico en la Universidad Gregoriana de Roma (llamada “la usina de cerebros” de la Iglesia) y actualmente es catedrático en la Universidad Católica de Varsovia, afirma que la situación más que seria es realmente alarmante porque “la homosexualidad en el clero ha ya dividido a la Iglesia”.
En la entrevista, el Papa argentino sostiene que “la cuestión de la homosexualidad es tan seria que hay que discernir adecuadamente”, A partir de los candidatos en los seminarios. Francisco reflexiona que“en nuestras sociedades parece incluso que la homosexualidad está de moda y esa mentalidad de alguna manera influye en la vida de la Iglesia”.
Jorge Bergoglio declara que el fenómeno le preocupa más porque “en un momento no se enfocó bien”, pero no da detalles sobre la magnitud y el origen de ese error.
“Es una realidad que no podemos negar”, reconoce. Sus palabras y su actitud contrastan con aquella célebre respuesta que dio en el avión cuando regresaba a Roma de su viaje a Brasil, en el comienzo de su pontificado. Ante una pregunta sobre la homosexualidad, respodiö: “Si una persona es gay y busca a Dios y tiene buena voluntad: ¿Quien soy yo para juzgarlo?”.
Aquella frase desató un movimiento de simpatía de los grupos homos y de muchos sectores progresistas, porque la posición del Papa era distinta de la tradicion rígida de la Iglesia, que oficialmente condena la homosexualiad. En tres puntos claves del Catecismo de la Iglesia Universal se trata la cuestión. El artículo 2358 dice que muchos hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales “profundamente arraigadas”. Esta inclinación es para la Iglesia, “objetivamente desordenada”.
O sea que la doctrina católica condena directamente “la inclinación profundamente arraigada”, anterior a la práctica sexual desviada. Para la Iglesia Católica, “las personas homosexuales están llamadas a la castidad” y fulmina como pecado grave el ejercicio del sexo contra la ley natural. Una afirmación interesante es que según el Catecismo universal el origen psíquico de la homosexuliad “permanece en gran medida inexplicado”.
¿Un freno a la apertura que encabezó Francisco?
La reflexión del Papa en el libro-entrevista significa para algunos analistas que Bergoglio pone el freno a las innovaciones que en algún momento pareció promover, sobre todo en el primer Sínodo de la Familia, en el que fue presentado un documento de muy amplias miras acerca de la cuestión homosexual, bochado por la mayoría de los obispos.
El Papa se centra en sus reflexiones en la formación de los jóvenes candidatos a sacerdotes o a la vida religiosa. “Tenemos que cuidad mucho la formación, la madurez afectiva y humana. Tenemos que discernir con seriedad y escuchar la voz de la experiencia que también tiene la Iglesia”. Cuando esto no se discierne adecuadamente, “los problemas crecen», dice. Francisco deja en claro que los afectos homo, “no deben ser aceptados en la vida consagrada o la vida sacerdotal”.
A continuación, Jorge Bergoglio señala que la Iglesia “recomienda que las personas con esa tendencia arraigada no sean aceptadas ni al ministerio ni a la vida consagrada. El ministerio (sacerdotal) o la vida consagada no es su lugar.
Para completar el alineamiento total, el Papa señala que “a los curas, religiosos y religiosas homosexuales hay que urgirles a vivir íntegramente el celibato y ser exquisitamente responsables, procurando no escandalizar a sus comunidades y al santo pueblo fiel a Dios, viviendo una doble vida”. “Es mejor que dejen el ministerio o la vida consagrada antes que vivir una doble vida”.
La escritora Lucetta Scaraffa, columnista de punta del diario vaticano L’Osservatore Romano, observa los retardos y los escándalos de la Iglesia con la óptica de la emancipación femenina. Dispara muy fuerte. “En el clero son numerosos los pedófilos y los gay”. “Muchos se hacen curas por miedo a las mujeres, que para la Iglesia no existen”.
Scaraffa ahonda en la concepción de la Iglesia respecto al cuerpo. “¿Cómo pueden hablar si ignoran a la otra mitad del género humano?”.
Unica mujer en la primera línea de los columnistas y periodistas dentro de la Santa Sede. Scaraffa considera que la Iglesia “está sofocada por la teología, que le impide conocer la vida”. Su rechazo e ignorancia de las mujeres, la otra mitad del cielo, explica por qué “la Iglesia no ha afrontado la revolución sexual infiltrada dentro de ella”. Muchos curas “están convencidos de que la castidad es una represión que aporta neurosis y para curarse todo está permitido”. Agrega: “así no se puede terminar con el fenómeno de la pedofilia”.
El número de curas homosexuales es elevado porque muchos se hacen sacerdotes para no confrontarse con las mujeres.
Es probable que el Papa esté usando el freno de mano para aliviar los enfrentamientos internos en la Iglesia, sobre todo por la oleada disidente que se ha incubado en la Iglesia norteamericana. Los medios de comunicación siguen poniendo en la picota casi todos los días en algún lugar del mundo, a nuevos casos de sacerdotes pederastas y de sus superiores que los protegen.
El líder del gremio de Camioneros, Pablo Moyano, aseguró que la misa celebrada en Luján este sábado contra las políticas del Gobierno tuvo el aval del Papa Francisco desde el Vaticano y la calificó como «histórica» y «multitudinaria«.
“El Papa está preocupado por esta desgracia que tenemos como modelo económico, que suma cada vez más pobres y desocupados a través de la inflación y tenemos una muy buena relación con el Papa Francisco. Sin dudas no se podría haber realizado esta movilización en la Basílica de Lujan sin la venia de él; fue histórico, muy importante, multitudinaria», expresó Moyano en declaraciones a Radio Cooperativa.
De esta manera, Pablo confirmó el apoyo de la Iglesia a la oposición, pese a que horas antes Hugo Moyano había asegurado en radio Mitre que «la Iglesia no tomó una posición partidaria».
El sábado, en su momento judicial más complicado y en medio de la fuerte tensión con el Gobierno, Moyano recibió un guiño de la Iglesia en la «misa ecuménica» que organizó en Luján, donde bajo la consigna de «paz, pan y trabajo» los religiosos hicieron fuertes críticas al modelo económico y pidieron cambiarlo.
La masiva marcha fue el dato político del fin de semana. En ese marco, hubo varias críticas desde el oficialismo. «No es bueno que la Iglesia tome partido en ningún sentido. Es una institución de carácter religioso que debería estar por encima de la coyuntura y las banderías políticas», había asegurado el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz.
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