Con más de cuatro décadas de historia, el conjunto salteño marcó un antes y un después en la música popular del país con su estilo carpero y su inconfundible fuerza vocal.
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Los Cantores del Alba son, sin lugar a dudas, una de las agrupaciones fundamentales del folclore argentino. Surgidos en 1958 en Salta, durante una reunión entre guitarras y coplas, sus voces potentes y su estilo carpero se convirtieron en un símbolo del canto popular del norte argentino.
Formado originalmente por Tutú Campos, Gilberto Vaca, Javier Pantaleón y Alberto González Lobo, el grupo supo construir un camino artístico sólido que lo llevaría desde las peñas salteñas hasta los escenarios más prestigiosos del país y el exterior.

Una voz que nació al alba
El nombre surgió de una copla entonada en una noche salteña: «Las aves cantan al alba, yo canto al amanecer; ellas cantan porque saben, yo canto para aprender». Inspirados por esa frase, adoptaron la denominación Los Cantores del Alba, evocando el amanecer musical del folclore del norte.
En 1959 lanzaron su primer álbum, dando inicio a una discografía que alcanzaría 38 discos de estudio y alrededor de 600 canciones. En sus inicios también formó parte Jorge Cafrune, quien luego emprendería una célebre carrera solista.
Éxito nacional e internacional
Durante los años 60 y 70, el grupo recorrió el país con gran éxito y se consolidó en festivales como Cosquín y Baradero. En 1970 realizaron una gira por Europa, siendo elegidos como mejor conjunto extranjero del año en el Reino Unido. Incluso grabaron un especial para la BBC junto a Los Rolling Stones.
Sus discos «Salta Carpera», «Valses y Serenatas» y la serie «Entre gauchos y mariachis» marcaron etapas claves en su evolución. Esta última, dedicada a canciones mexicanas, mostró su versatilidad sin perder la raíz salteña.

Cambios, tragedias y renacimiento
A lo largo de su historia, Los Cantores del Alba sufrieron importantes pérdidas. En 1978 falleció Javier Pantaleón en un accidente. Le siguieron los decesos de Gilberto Vaca (1986), Horacio Aguirre (1992) y finalmente Tutú Campos en 2001, lo que marcó la disolución de la formación original.
Pese a ello, familiares de Campos y nuevos músicos continuaron el legado bajo el mismo nombre, asegurando la preservación del repertorio clásico.
Estilo único y aporte al folclore
Con su estilo “carpero”, de raíz norteña, el grupo se destacó por la intensidad vocal, la sencillez instrumental y la emoción telúrica. Ritmos como la baguala, vidala, zamba y chacarera fueron parte esencial de su propuesta, combinada con serenatas, valses y adaptaciones internacionales que hicieron propias.
Canciones como “Serenata otoñal”, “Carpas salteñas” o “Que nunca falte esta zamba” se convirtieron en himnos del cancionero popular argentino.
Reconocimientos y legado
El grupo fue distinguido con premios como el Mástil de Oro, el Limón de Oro, y fue declarado Patrimonio Cultural de la Provincia de Salta en 1982. Además, recibió varios Discos de Oro y fue reconocido en Paraguay e Inglaterra por su aporte artístico.
Los Cantores del Alba siguen siendo referencia obligada en el folclore argentino, al nivel de otras leyendas como Los Chalchaleros o Los Fronterizos. Su música aún resuena en festivales, radios, peñas y encuentros familiares, demostrando que su legado no se apaga con el tiempo.

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