Abel Pintos, el eterno romántico que triunfa en los escenarios y en el amor

Del niño prodigio del folclore al ícono pop que llena estadios y forma una familia, Abel Pintos sigue siendo fiel a su esencia, aunque su vida haya cambiado por completo.

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De Cosquín al mundo: una carrera forjada con talento y humildad

Tenía apenas 14 años cuando, con camisa negra y el corazón latiendo fuerte, Abel Pintos debutaba en el escenario mayor de Cosquín. Corría el año 1998 y aquel adolescente nacido en Bahía Blanca, criado en Ingeniero White, emocionaba con su voz a una plaza entera que lo escuchaba por primera vez.

Hoy, con 41 años y más de 25 años de carrera, Abel es uno de los artistas más importantes de la Argentina, pero mantiene la misma humildad que lo caracterizó desde sus comienzos.

El origen de una estrella

Abel nació el 11 de mayo de 1984, hijo de Raúl Pintos y Susana Marini, y desde pequeño mostró una sensibilidad especial por la música. Fue en un acto escolar donde Raúl Lavié lo escuchó cantar y decidió llevar su voz al oído de León Gieco, quien no solo lo apadrinó, sino que lo guio para forjar su carrera.

En 1997 grabó su primer disco, Para cantar he nacido, y al año siguiente impactó en Cosquín. Desde entonces, grabó 11 álbumes de estudio, recibió 19 Premios Gardel, incluyendo tres de Oro, y llenó el Estadio de River en 2017, un hito inédito para un folclorista.

La evolución del artista

Aunque su raíz siempre fue el folclore, Pintos supo adaptarse a los tiempos: hoy se mueve entre la música romántica, el pop, la cumbia y hasta el reggaetón, sin perder autenticidad. En sus recitales conviven abuelos, padres y nietos, todos unidos por el mismo fanatismo.

“Siempre trato de no cambiar en mi manera de ser”, decía en sus comienzos. Y en Catamarca y todo el país, quienes lo cruzan en la calle afirman que sigue siendo aquel joven simple que hace las compras como cualquier vecino.

La historia de amor con Mora Calabrese

Pero si algo modificó profundamente su vida fue el amor. Conoció a Mora Calabrese en 2013, durante una gira en Pampa del Indio, Chaco, y aunque ella estaba casada, Abel no dejó de pensar en ella. Con el tiempo, comenzaron una relación a distancia que atravesó idas y vueltas, celos y rumores, hasta consolidarse.

“Yo fui el tóxico”, admitió Abel, al hablar de los momentos difíciles. Sin embargo, cuando ambos decidieron apostar de lleno, ya no hubo marcha atrás.

Un presente lleno de amor y música

En 2020 nació Agustín, su primer hijo junto a Mora, con quien se mudó a Resistencia para que ella contara con el apoyo familiar. En 2021 se casaron en una serie de celebraciones íntimas, religiosas y multitudinarias, coronadas con la bendición de un amigo cura y el Ave María cantado por Jairo.

En septiembre de 2024 llegó Rosario, su segunda hija. Y hoy, Abel no solo sigue llenando estadios —como los 34 Luna Park con “Es ahora” junto a Luciano Pereyra—, sino que construyó la familia que tanto soñaba.

“Ella me dijo: ‘Siempre estuve acá’. Y acá estamos. Tenemos dos hijos y un matrimonio muy feliz”, concluye Pintos.