Su defensa pidió suspender la declaración del empresario argumentando que no pudo acceder a toda la documentación requerida.
El dueño de Austral Construcciones Lázaro Báez pidió suspender su primera declaración en el marco del juicio oral por la “Ruta del dinero K”, que comenzó hace poco más de un año.
Si bien en un primer momento Báez había pedido hablar ante el Tribunal Oral Federal 4 este miércoles, a último momento sus abogados presentaron un escrito ante dicho tribunal con el argumento de que el acusado no accedió a toda la documentación requerida para preparar su defensa.
El empresario, que está acusado de lavar USD 60 millones había rechazado declarar en el inicio del juicio que también tiene en la mira a sus hijos, Leonardo Fariña, Fabián Rossi, Federico Elaskar, entre otros acusados.
Además, el empresario enfrenta un juicio en su contra por el direccionamiento de la obra pública, expediente en el que también está involucrada la expresidenta Cristina Kirchner.
El juicio atraviesa una de las etapas finales, ya que en noviembre comenzarán los alegatos para que recién en 2020 se conozca la sentencia del caso.
Los jueces que se preparan para seguir con atención la presentación de Báez son Néstor Costabel, María Gabriela López Iñíguez y Adriana Pallioti, integrantes del TOF 4.
Tras la indagatoria de Báez habrá otras diez, entre estas, la de su hijo Leandro Báez, quien durante su declaración se distanció de su padre al asegurar que no participaba de los negocios.
Además negó vínculos con las cuentas en Suiza y Panamá. Sin embargo admitió el vínculo entre el empresario y la exjefa de Estado: “Se juntaron varias veces tras la muerte de Néstor Kirchner”.
La sentencia del caso podría conocer antes del 5 de abril, cuando Báez cumplirá cuatro años con prisión preventiva.
Se trata de una aeronave marca Rockwell Commander, modelo 690-B, que actualmente se encuentra en la plataforma de la empresa Aviación Atlántico Sur, en el aeropuerto de la localidad bonaerense de San Fernando, donde los interesados pueden concurrir a verla y verificar su estado.
El pliego, publicado en la edición de hoy del Boletín Oficial, puede verse en el sitio de Internet de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), encargada de llevar adelante la subasta ordenada por el Tribunal Oral Federal 4, que juzga a Báez y otros acusados en la llamada ruta del dinero K.
El precio base para la subasta fue fijado en 110 mil dólares, según se informó.
«Es un paso importante para demostrar la importancia de agilizar los procedimientos que devuelvan a la sociedad los bienes del crimen organizado», expresó a través de un comunicado de prensa difundido esta mañana la AABE, encabezada por Ramón María Lanús.
De acuerdo con lo dispuesto por la Justicia, el dinero producto de la venta será depositado en una caja de ahorro en dólares del Banco Nación, bajo la denominación «Causa Báez», bajo tutela judicial.
Como es de rigor, de la subasta no podrán participar quienes tengan «parentesco por consanguinidad dentro del cuarto grado y segundo de afinidad» ya sea con miembros del Tribunal o acusados en la investigación por presunto lavado de activos, según precisaron desde la AABE.
Entre los acusados en este expediente están el detenido empresario santacruceño Lázaro Báez, sus cuatro hijos, el arrepentido Leonardo Fariña y el financista Federico Elaskar, juzgados por presunto lavado de dinero. De acuerdo con lo previsto, el plazo para la inscripción de los interesados en comprar la aeronave que perteneciera a Báez vencerá el próximo 6 de agosto al mediodía, en tanto la subasta fue pautada para el 16 de agosto a las 13, y se extenderá durante una hora.
Imputado colaborador en la «Ruta del dinero K», comenzó a declarar hoy en el juicio oral y público por el caso que involucra al empresario kirchnerista Lázaro Báez.
Leonardo Fariña, imputado colaborador en el marco de la causa de la «Ruta del Dinero K», declaró este miércoles durante casi cinco horas ante la Justicia y afirmó que, para él, la empresa «Austral Construcciones», nave insignia del grupo Báez, eran «básicamente Lázaro y él», en referencia al fallecido ex presidente Néstor Kirchner.
El financista reveló que el lavado de dinero comenzó diez días después de la muerte de Kirchner por decisión de Báez, quien está detenido por orden del juez federal Sebastián Casanello desde abril de 2016. En la causa hay otros 23 acusados, entre ellos los hijos de Báez, Martín, Leandro, Luciana y Melina, y el ex dueño de la financiera SGI, Federico Elaskar, contra quien también apuntó Fariña.
Fariña dio datos, nombres, fechas, montos, cuentas y distintos movimientos con precisión. Sostuvo que «el proceso de canalización de fondos” del que participó, empezó diez días después de la muerte de Kirchner.
Explicó que las condolencias por el caso se las hizo llegar a Lázaro a través de Martín Báez y que, si bien pensó que todo iba a terminar, se sorprendió. «Le mando mail a Martín (con condolencias para que se las pase al padre) y a los días me cita a una reunión y me dice de empezar con el proceso de expatriación de fondos. Eso fue diez días después de la muerte del señor Kirchner».
Relató que luego de eso se reunió con Lázaro en el domicilio de la calle Carabelas, en Capital, y que siguieron las operaciones. “El dinero llegaba a Buenos Aires el mismo día que hacíamos la transferencia. Hubo veces que el dinero venía antes y esos días quedaba en el departamento de Lázaro, en Belgrano. Tenían custodia que ellos decían que eran de la Polícia de allá. Paraban en la casa de Santa Cruz”, aseguró.
Agregó que sólo de enero de 2011 le constaba: «la salida de entre 25 y 30 millones de dólares». Fariña también habló sobre Austral, de que dijo que tenía como principal ingreso a la obra pública y relató cómo habían buscado quedarse con Telecom. «Báez llamó por teléfono al señor Kirchner, el cual le manifiesta que habíamos llegado tarde y el negocio estaba cerrado», detalló al tiempo que dio referencias del proceso licitatorio.
Sobre los manejos de Austral aseguró que «gran parte de los ingresos de la empresa se extraían del giro comercial y las obras se seguían adjudicando, había que justificar la salida del dinero blanco al circuito negro, y por eso se generaban costos que eran mentirosos. Contó, además, que conoció a Báez por intermedio de otro cliente, con quien viajó a Río Gallegos, cuando tenía 23 o 24 años, para comenzar a trabajar en el aspecto financiero de Austral Construcciones. «Hasta ese momento no tenía ningún tipo de referencias de qué era Austral Construcciones, para mí no representaba ningún tipo de empresa conocida».
En otro de los tramos de su declaración, Fariña habló de «SGI», la financiera de Federico Elaskar y se refirió a él, con quien está enemistado. “SGI no era una financiera grande, pero tenía algo importante que era la línea de redescuento”, explicó y detalló la utilidad de este último punto para las maniobras que debían realizar. Contó que la operación se hizo en el departamento de Elaskar y agregó: “Yo estaba todos los días en SGI”, al tiempo que completó: “Me llama la atención que digan que yo no tenía un lugar ahí”.
También hizo alusión a los procesos que tuvo en su contra y a cómo terminó detenido. Fariña está a disposición del Programa de Protección de Testigos e Imputados del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación desde abril de 2016. Su declaración continuará el próximo miércoles.
En su rechazo, los jueces recordaron que Báez junto a otras 24 personas está siendo juzgado por presunto lavado de activos y que también fueron «elevadas a juicio» otras dos causas que lo involucran.
El Tribunal Oral Federal 4 rechazó excarcelar o conceder la prisión domiciliaria al empresario Lázaro Báez, en el marco de la causa por presunto lavado de dinero conocida como «la ruta del dinero K».
La exarcelación había sida pedida por el defensor de Báez, Víctor Hortel, quien sin embargo también solicitó de forma subsidiaria la prisión domiciliaria del ex empresario en caso de no tener suerte en el primero de los planteos.
En su planteo ante el Tribunal, la defensa recordó que ya lleva detenido 32 meses y que tiene a todo su grupo familiar en la ciudad de Río Gallegos, para intentar demostrar que no existe peligro de fuga por parte del empresario, protagonista del juicio que comenzó hace pocas semanas.
En su rechazo, los jueces recordaron que Báez junto a otras 24 personas está siendo juzgado por presunto lavado de activos y que también fueron «elevadas a juicio» otras dos causas que lo involucran.
Se trata de los casos «Los Sauces» y Obra Pública, donde también está acusada la ex presidenta Cristina Kirchner.
En su fallo, los jueces Néstor Costabel, María López Iñíguez y Adriana Palliotti evaluaron que en la causa sobre lavado de dinero se investigan «importantes maniobras presuntamente perpetradas por numerosos imputados a través de sospechadas estructuras organizadas y entramados empresariales y financieros» y con un «perjuicio económico de inusitada magnitud».
El allegado al empresario K detenido se los ofreció a un financista en octubre de 2016.
«Todavía recuerdo el olor a billete húmedo», fueron las palabras de un financista de la Ciudad de Buenos Aires cuando hizo referencia al día en que un enviado de Lázaro Báez le ofreció 50 mil euros mojados, manchados con tierra y carcomidos por la humedad, para colocarlos en el mercado. TN Central obtuvo la foto de ese dinero, que reflejaría que, efectivamente, la plata se enterraba.
En la fotografía se puede observar que el dinero, todo en billetes de 500, estaba envuelto en un diario, mojado y con notorias manchas de tierra. El allegado al empresario kirchnerista le pidió al financista, en octubre de 2016, que lo blanquera en el mercado que él quisiese. Ya en ese entonces, Báez estaba detenido.
A su vez, el enviado le aseguró que la plata «venía del Sur». En especial, de Río Gallegos, según consignaron en TN Central.
Leonardo Fariña le había explicado a Periodismo para todos que elegían transportar la plata, producto de una red de lavado de dinero relacionada con Báez, en billetes de 500 porque ocupaban menos espacio en los bolsos.
Un juez Comercial que lleva adelante el expediente de la quiebra de Austral Construcciones decidió poner a la venta bienes de su empresa.
El próximo 23 de noviembre se realizará una subasta de los bienes que el empresario Lázaro Báez tenían en su oficina de la ciudad de Buenos Aires. Es porque un juez Comercial de la Capital Federal, que le decretó la quiebra, decidió rematarle todo lo que el empresario tenía en su oficina en Pasaje Carabelas 241, piso 5.
Máquina pica papeles.
Según el edicto judicial que publica el remate, entre los bienes que hay para comprar, el más caro es una camioneta Chevrolet S10 que comienza con una base de $100.000. Pero también hay otros bienes más económicos pero con valor simbólico como la silla en la que se sentaba Báez, su teléfono fijo o una destructora de papel.
Camioneta Chevrolet S10.
El remate estará a cargo del martillero Lucas López Cabanillas y bienes serán exhibidos dos días antes. En el caso de la camioneta, se puede ver en Manuela Ugarte 3840, el próximo 20 y 21 de noviembre de 17 a 18.30. Mientras que quienes quieran conocer la ex oficina de Lázaro Báez y comprar alguno de sus bienes podrán verlos en Pasaje Carabelas 241, piso 5, también el 20 y 21 de este mes, pero de 10 a 11.30. Para más información, aquí se puede ver el edicto judicial que publica el remate.
Sucedió hace dos meses y recién salió a la luz el jueves. Cuatro personas secuestraron durante dos días a estancieros amigos de la hija del empresario K. Rompieron pisos y entretechos y buscaban un “contenedor bajo tierra”.
Un grupo de desconocidos copó durante casi dos días la estancia Monte Negro, en Santa Cruz, donde mantuvo secuestrada a la familia propietaria que es amiga de Luciana Báez, hija del empresario K. A los dueños les pegaron y preguntaron por el «dinero enterrado en un contenedor» que tendría Marcos Muller, pareja de Luciana.
La denuncia que hizo la familia de Esteban Jamieson, propietaria de la estancia Monte Negro, ante la Justicia agrava la interna de la familia de Lázaro Báez a pocos días de que empezara el juicio oral y público por la ruta del dinero K. Báez y su hijo Martín tiene una estrategia judicial común, mientras Leandro se alineó con su madre Marta Calismonte, junto con sus hermanas Lucía y Melina.
Por otra parte, el ataque confirma el accionar de delincuentes o cazadores de fortunas que están buscando los supuestos contenedores con dólares o euros enterrados por Báez y que, hace unas semanas, fueron buscados sin éxito por el juez federal Claudio Bonadío en la estancia Cruz Aike. Un peritaje mostró que unos días antes de que llegaran los gendarmes con equipos de vialidad había habido movimientos extraños de tierra en el suelo de la estancia. Los Jamieson son amigos de Muller.
Otro que confirmó haber visto «dólares húmedos» fue el financista Leonardo Fariña, quien se arrepintió ante el juez federal Sebastián Casanello y ahora colabora con la Justicia, entre otros testigos. Algo parecido dijo el financista Ernesto Clarens en la causa de los cuadernos de las coimas.
En los últimos días en Cruz Aike se vio a desconocidos haciendo nuevamente pozos. Mientras en la provincia, hay como una “fiebre del oro” en busca de la supuesta plata enterrada de Báez. El empresario, preso hace más de dos años, el martes se sentó por primera vez en el banquillo de los acusados por el lavado de 60 millones de dólares. En la provincia circula una versión según la cual empleados aún fieles de Báez estarían moviendo dinero de un lado a otro para que no sea embargado por la Justicia.
El caso de la estancia Monte Negro sucedió entre el 17 y 18 de septiembre, pero la denunció salió a la luz este jueves. Esos días cuatro personas encapuchadas entraron sigilosamente a la estancia Monte Negro, ubicada a 80 kilómetros de la Río Gallegos sobre la ruta nacional 3.
Primero ingresaron a la casa del personal temporario, luego a la del fijo y finalmente al casco de la estancia donde redujeron primero a los golpes a su casero, de apellido Centeno, y luego a sus dueños Enrique y Colin Jamieson, a quienes le preguntaron insistentemente por “el contenedor que Muller” tendría escondido en esa estancia. También, mientras los mantenías atados a sillas con precintos les preguntaron por la maquinaria que tenían para hacer excavaciones, revelaron a Clarín fuentes judiciales. El grupo tenía información según la cual Muller, con Luciana Báez, iban esa noche a cenar a la estancia. “Estamos buscando la plata de Lázaro Báez a quien queremos hacer mierda así que colaboren con información”, decían los secuestradores.
Durante el copamiento de la estancia, los secuestradores rompieron pisos, entre techos, armeros y placares en busca de la supuesta plata de Báez escondida allí “según la información que les habían dado” un soplón.
Mientras los captores amenazaron con teléfono a Muller con mensajes que decían “lo que pasó en la estancia no fue de gente improvisada. Solo queremos hablar con vos, sino los platos rotos los van a pagar los Jamieson”. Otro mensaje amenazante recibido por Muller indica, por ejemplo, que “deja de decir que nos vendieron información equivocada… Te la voy a hacer fácil baja dos palos y no se te molesta más. Los dos palos incluyen el nombre de tu soplón como decía vos… No desaproveches el momento”.
Luego de mantener capturados dos días a los Jamieson y a su casero, los delincuentes se robaron una Hilux, 28 armas, jarras de plata, un dron, cuchillos y una laptop, entre otros elementos. Se fueron amenazando que iban a “plantar pruebas falsas” si los denunciaban y que iban a volver si Muller no colaboraba.
El juez Federal Subrogante, Aldo Suárez, dispuso una custodia de la policía de Santa Cruz para los Jamieson y los Muller y luego se declaró incompetente y pasó el caso a la justicia provincial, mientras el misterio de la plata enterrada de Báez sigue creciendo.
Lázaro Báez tuvo un nuevo revés judicial a dos semanas del inicio del juicio por la llamada «ruta del dinero K». La Corte Suprema de Bahamas, a pedido del fiscal general, congeló dos cuentas bancarias a nombre de empresas offshore en la que Báez y sus hijos tenían ocultos más de 3 millones de euros. Fue en respuesta a una solicitud del Tribunal Oral Federal (TOF) Nº4, a cargo del proceso oral que comienza el 30 de este mes, contra el empresario preso hace dos años y medio.
El TOF 4 -integrado por Nestor Costabel y María Gabriela López Iñiguez- pidió congelar esos fondos depositados en el CBH Bank Compagnie Bancaire Helvétique, con sede en la capital Nassau, en base a los datos aportados por la Unidad de Información Financiera (UIF), el organismo antilavado argentino que conduce Mariano Federici.
Las cuentas bancarias están a nombre de Fondation Kinsky y de Eastern Shoreline Limited, firmas a las cuales están asociados los cuatro hijos de Báez -Martín, Leandro, Luciana y Melina, como beneficiarios finales.
La orden de la Corte de Bahamas les prohíbe ahora operar o disponer de esos fondos o sus intereses. En septiembre había habido un congelamiento provisorio a pedido de la UIF, hasta que avanzara el pedido formal del TOF, vía cooperación internacional de Cancillería. Ese pedido judicial se hizo efectivo este miércoles.
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