En medio de reuniones que levantan polémica, como las de Pullaro con Macri, la foto de Valdés con el Presidente, y el escándalo de Morales en Jujuy, la Unión Cívica Radical (UCR) se encuentra sumida en una profunda crisis de identidad y estrategia. La falta de una postura unificada, arrastrada desde la campaña electoral, amenaza con socavar la construcción del partido de cara al 2025.
Históricamente conocida por sus intensas internas y disputas de poder, la UCR ahora se enfrenta a un panorama donde la incertidumbre y la desorientación reinan entre sus filas. Sorprendentemente, las críticas internas brillan por su ausencia, incluso frente a situaciones que antes hubieran desencadenado fuertes cuestionamientos, como las reuniones de Pullaro con Macri o la foto de Valdés con Milei.
«Ofende el silencio de aquellos que se dicen republicanos», arremete Milei, mientras los radicales parecen sumidos en un estado de pasividad. El reciente escándalo de Morales en Jujuy tampoco logra movilizar al partido, que se muestra incapaz de cuestionar o defender a sus propios integrantes.
La figura de Milei, en constante confrontación con la UCR, agrava aún más la situación. Sus ataques y su postura desafiante parecen acorralar a los radicales, que temen quedar asociados al kirchnerismo si deciden enfrentarlo abiertamente. Esta resistencia a ser absorbidos por la polarización ha sido históricamente uno de los pilares del partido, pero ahora enfrenta una prueba de fuego.
Lousteau, enfrentando críticas y con escaso poder de convocatoria, intenta mantener un equilibrio en un partido que parece desmoronarse desde adentro. La falta de rumbo es evidente, aunque algunos sectores confían en que desde el seno del partido se gestará una nueva estrategia para el futuro.
En un escenario donde «cada uno está haciendo lo que le parece», la UCR se enfrenta a una encrucijada crucial: encontrar su identidad y definir una estrategia clara que le permita recuperar su rumbo y su relevancia política de cara al 2025.
En un trágico incidente reportado el domingo 4 de febrero en Salta, se informó sobre la muerte de una mujer en su domicilio ubicado en Avenida Belgrano. Según el informe del Sistema 911, a las 12:16 PM, se recibió un llamado angustiante donde un hombre gritaba «no, no», seguido de otro llamado que sugería que una mujer aparentemente se había quitado la vida.
Al llegar al lugar, el personal policial se encontró con el denunciante, el juez del Tribunal de Impugnación, Salta IV, Dr. Marco Exequiel Molinati, quien descubrió a su pareja, Paola Mercedes Vega, suspendida desde un gancho similar al utilizado para colgar bolsas de boxeo. Molinati actuó rápidamente descolgando a la víctima y solicitando ayuda.
La ambulancia del SAMEC, bajo la supervisión del Lic. Héctor Suria, llegó al lugar a las 13:38 y declaró que la paciente estaba sin signos vitales. La fiscal Mónica Poma, a cargo de la Unidad de Femicidios, ordenó una serie de medidas para esclarecer el suceso.
El propio letrado fue quien la encontró y dio aviso a las autoridades. Los primeros detalles son estremecedores.
Según lo publicado por El Expreso de Salta, pasado el mediodía un llamado al 911 de un hombre que gritaba «No, no» y que posteriormente habría corrido a la calle a pedir auxilio, alertó que una mujer estaba sin vida dentro de una vivienda.
A horas 13:38 se hizo presente la ambulancia Nro 798 del SAMEC, a cargo del Lic. Héctor Suria, quien diagnosticó «Paciente en blanco», según el informe que recibió la Unidad Especialidad en Femicidio, a cargo de la fiscal Mónica Poma.
Desde la Unidad de Femicidios se dispusieron entonces diversas medidas tendientes a esclarecer el hecho. La fiscal Poma dispuso el trabajo de personal del Cuerpo de Investigaciones Fiscales para realizar las tareas de rigor en el lugar y el traslado del cuerpo al Servicio de Tanatología Forense del CIF.
En la autopsia realizada, no se encontraron signos evidentes de criminalidad.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y su esposa Melania dieron positivo en coronavirus, aunque aseguraron que están «bien», por lo que el mandatario anunció que seguirá trabajando desde la Casa Blanca, donde cumplirá el aislamiento, aunque canceló sus viajes en el marco de la campaña electoral
«Esta noche, la primera dama y yo hemos dado positivo por Covid-19. Empezaremos nuestro proceso de cuarentena y de recuperación de inmediato. ¡Juntos lo superaremos!», dijo anoche Trump a través de su cuenta en Twitter.
Más tarde, el médico presidencial, Sean Conley, detalló en un comunicado de prensa que «el presidente y la primera dama están bien y planean permanecer en la Casa Blanca durante la convalecencia».
También la primera dama, Melania Trump, dijo que tanto ella como su esposo se encuentran bien: «Como demasiados estadounidenses este año, el presidente y yo estamos en cuarentena en casa tras dar positivo por Covid-19. Nos sentimos bien y yo he pospuesto todos mis compromisos próximos. Por favor, asegúrense de tener cuidado y todos juntos lo superaremos», afirmó.
El presidente Trump minimizó en muchas oportunidades la seriedad de la pandemia de coronavirus y se negó a usar tapabocas en público como también hicieron otros mandatarios entre los que se encuentran el presidente brasileño Jair Bolsonaro, el primer ministro británico Boris Johnson y la mandataria interina de Bolivia, Jeanine Áñez, todos ellos contagiados en su momento por coronavirus.
El contagio de Trump afecta la campaña electoral a algo más de un mes de las elecciones presidenciales: la Casa Blanca anuló el viaje que el candidato republicano tenía previsto a Florida hoy, un estado clave en los comicios.
Susana Gómez, una mujer de 35 años víctima de un brutal caso de violencia de género por parte de su esposo, siente alivio. Después de una larga lucha ante la justicia y el apoyo de varias organizaciones feministas logró un fallo histórico: Carlos Goncharuk, el hombre que la dejó ciega a golpes seguirá preso a pesar de haber cumplido la pena de 8 años de cárcel que un tribunal de La Plata le impuso por el delito de «lesiones gravísimas».
La decisión fue del juez de Ejecución Penal de la capital bonaerense, José Villafañe, quien resolvió no liberar al agresor por negarse a cumplir un tratamiento psicológico y socio-educativo con perspectiva en violencia de género, algo que estaba dispuesto en la sentencia que le habían aplicado. El objetivo era lograr la resocialización del hombre y que tomara conciencia de lo había hecho para no repetirlo. Sin embargo, Goncharuk estuvo lejos de hacerlo.
Dejó ciega a su esposa a golpes
El magistrado, además, hizo lugar a un planteo de la fiscal de Ejecución Laura Lasarte, luego de analizar los informes sobre la salud mental del condenado y la sucesión de episodios de violencia que protagonizó en las distintas cárceles en las que estuvo recluido. Se trataba de una persona agresiva y hostil. En total fueron 12 los penales bonaerenses que albergaron al ex marido de Susana.
«En el punto 2 del fallo condenatorio estaba previsto que realizara este tratamiento con perspectiva de género para que él pueda resocializar de manera que reconozca lo que hizo y que pueda reinsertarse en la sociedad sin temor a que vuelva a agredir a otra mujer», explicó Darío Witt, su abogado y titular de Casa María Pueblo, la ONG le brindó asistencia Gómez apenas huyó de la violencia a la que era sometida por su ex esposo.
En el fallo de Villafañe, explicó el letrado, se dejó claro que el hombre aún «presenta sentimientos de ira y enojo«, derivado de la situación de encierro. «Los informes mostraron que era un psicópata y una persona manipuladora, todavía con reacciones violentas», resaltó Witt en su charla con este medio.
En la resolución del juez, además, se dejó claro que Goncharuk no muestra todavía ningún tipo de arrepentimiento e incluso trata de culpar a terceros por lo que hizo. «Transitó por casi un cuarto de las cárceles de la Provincia, sitios que cuentan con diferentes regímenes y modalidades y en los que podría haberse incorporado dentro de los dispositivos de tratamiento, pero en ninguna de las unidades se lo pudo incluir», reza el fallo. Presenta una «postura reivindicativa y agresiva, hostil, beligerante de amenazas, buscando provocar intimidación y conmover a quien lo evalúa», agregó el fallo.
Susana trabaja como telefonista en la Corte Suprema de Justicia (Nicolás Aboaf)
En ese sentido, Witt explicó que se le ordenó al Servicio Penitenciario Bonaerense que aloje a Goncharuk (que debería salir el próximo 14 de septiembre) en un instituto psiquiátrico de máxima seguridad para que cumpla con el curso. El tiempo de duración dependerá de los informes y de la propia actitud que muestre el sentenciado.
Llegar a este punto no fue fácil. Fueron años de golpes, maltrato y pedidos de ayuda, pero nadie escuchó. El horror llegó a su punto máximo en 2011, cuando Goncharuk le golpeó la cabeza contra la pared y luego contra una mesada hasta ocasionarle un desprendimiento de retina, producto de perforación microretinal. La dejó prácticamente ciega en el acto. Al momento del ataque, además, Goncharuk había violado una medida de restricción perimetral.
Dejó ciega a su esposa a golpes
Como pudo, Gómez huyó con sus cuatro hijos y se instaló en la fiscalía hasta que la atendieran. Fue en ese momento que conoció a Witt, quien desde entonces la asesora y la acompaña en su militancia a favor de los derechos de las mujeres. «No me olvido más el día que la conocí. Nos llamaron desde la Fiscalía a decirnos que Susana se había instalado. Le dimos refugio a ella y sus cuatro hijos», recordó Witt.
Finalmente logró llevarlo a juicio. Recolectó todas las pruebas y a pesar de los intentos dilatorios de la defensa y que de el debate estuvo por caerse, la jueza Carmen Palacios Arias, a cargo del Tribunal Oral Criminal número 5 de La Plata, condenó en 2014 a 8 años de prisión a Goncharuk. Como estuvo preso desde 2011 mientras se llevaba adelante el juicio, su tiempo en la cárcel se cumpliría este año. Pero al no cumplir con el punto dos, todavía va a seguir preso.
El Tribunal consideró suficientes las pruebas para establecer que el hombre, imputado por «lesiones gravísimas», había provocado la ceguera de Gómez tras darle varios golpes en la cabeza y en el cráneo. Pero antes del hecho, la mujer lo había denunciado 13 veces penalmente y cinco de manera civil. «Por eso el fallo fue inédito en su momento. En aquel entonces no existía el agravante de violencia de género, por eso fue importante la cantidad de años que le dieron, pero no fue de un momento a otro. Los responsables de que haya quedado ciega son la policía y la justicia, porque no escucharon en su momento. Pero Susana luchó y desde la organización le dimos todo el apoyo», recordó Witt.
Al enterarse de que la posibilidad de que podría salir libre sin cumplir todo lo que estipulaba el fallo, Gómez y la ONG comenzaron a movilizarse y a hacer presentaciones ante la justicia para que revieran la situación. La mujer sentía que estaba en peligro si su ex salía libre sin dar una sola muestra de haber mejorado en su actitud frente la gravedad de lo que hizo.
Acompañada por su abogado concurrió al despacho de José Villafañe para saber por qué aún la justicia no había obligado a Goncharuk a realizar el curso. El juez evadió el tema y dio una insólita respuesta. «Te recomiendo que te cuides cuando esta persona salga. No puedo obligarlo a que haga el curso», le dijo Villafañe al despedirla. Susana se sumió en una completa depresión, sin poder salir de su casa. Witt le insistió en que dieran pelea y así lo hicieron.
Comenzaron a pedir ayuda de organizaciones sociales y de los medios de comunicación para exponer el peligro. Ante la presión y las muestras contundentes de que Gonchanuk no había cambiado, a Villafañe no le quedó otra que mantenerlo preso.
Dejó ciega a su esposa a golpes
«Este fallo, como dijo Susana, es muy importante porque le va a servir de miles de mujeres. El tema es que también sabe que no es una decisión de gracia de de la justicia sino que fue por el apoyo de la comunidad y de los medios de comunicación. Lo que está claro es que la justicia siempre corre de atrás, cuando debería actuar preventivamente», dijo Witt.
El hombre aseguró que su pareja le escondió detalles de su vida que finalmente salieron a la luz por las habladurías. Ahora quiere el divorcio.
Un hombre de Amberes, en Bélgica, le pidió el divorcio a su mujer después de 19 años de matrimonio tras enterarse de que ella había nacido hombre.
Jan, hoy de 64 años, se casó en terceras nupcias con Mónica, una tailandesa a quien contrató como niñera de sus hijos tras su segundo divorcio. Con el tiempo el hombre se enamoró de la «au pair» y se casaron en 1993.
«El tribunal belga tenía serias dudas sobre la autenticidad de su certificado de nacimiento y sus documentos de identidad, pero al final lo aceptaron», aseguró el hombre al sitio Het Nieuwsblad.
Como Jan tenía cuatro hijos de sus dos matrimonios anteriores y Mónica le aseguró que no deseaba ser madre, la vida conyugal se desarrolló sin sobresaltos con la niñera devenida en «hermana mayor o amiga» de los descendientes del hombre.
De hecho, Mónica, de 48 años, tomaba la pastilla anticonceptiva todos los días y usaba toallas higiénicas una vez al mes así que su marido jamás se imaginó que hubiera nacido varón. «Aunque ahora entiendo por qué ella siempre usaba lubricante», expresó el hombre contrariado.
Apenas transcurridas 12 horas del inicio del 2019 y Santiago del Estero ya tuvo su primer femicidio: un policía mató a su novia y luego se pegó un tiro en la cabeza, muriendo poco después en el Regional.
De acuerdo con las fuentes, el hecho ocurrió minutos antes del mediodía, en una vivienda de la calle 110 del barrio Borges.
Por causas que aún se investigan, el oficial Héctor Montenegro y su pareja, identificada como Celeste Castillo (25), mantuvieron una fuerte discusión que terminó cuando él sacó su arma reglamentaria y le disparó a la joven que murió en el acto.
Luego, se pegó un tiro en la cabeza con intenciones de matarse, pero no lo logró y fue trasladado al Regional. Finalmente, poco después falleció.
Personal policial de la Comisaría 9ª, Criminalística y personal del Sease, trabajaron en el lugar.
Héctor Rubén Montenegro, también tenía 25 años, ocupaba el cargo de oficial ayudante en la Comisaría Novena.
Una amiga de la víctima reveló que el uniformado había salido antes de su puesto de trabajo y se encontraba en estado de ebriedad al momento del sangriento hecho. Según manifestó, su horario de servicio terminaba a las 7 de la mañana, pero no lo cumplió.
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