El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, expresó su preocupación en cuanto a que Argentina se transforme «en otra Venezuela», si el kirchnerismo vuelve al poder en las elecciones presidenciales de este año.
«Puede que la oposición, quizá en poco tiempo, vuelva (al poder) y hay una preocupación de nuestra parte porque no queremos otra Venezuela aquí en Sudamérica», señaló el mandatario anoche tras una visita al Ministerio de Educación, en Brasilia.
Bolsonaro, quien viajará a Buenos Aires el 6 de junio próximo, dio esas declaraciones para defender la reforma de las pensiones impulsada por su gobierno, que tramita actualmente en el Congreso.
En este sentido, el jefe de Estado de Brasil, en el poder desde el pasado 1 de enero, espera que el Parlamento no modifique el texto en exceso y puso como ejemplo lo que ocurrió con la reforma de las pensiones que impulsó su homólogo argentino, Mauricio Macri, y que fue aprobada en 2017.
«Argentina hizo una reforma, hablando llanamente, a medias, Macri está teniendo problemas ahora y los problemas se acumulan», señaló el gobernante, líder de la extrema derecha en Brasil, reseñó la agencia de noticias EFE.
Mauricio Macri ya está en el Palacio do Planalto para mantener su primera bilateral con Jair Bolsonaro. El Presidente fue recibido por alrededor de 200 granaderos brasileños que bajo el sol implacable de esta capital entonaron los himnos de ambos países. Macri ingresó solo y a pie por la rampa que lleva al ingreso del Palacio donde lo esperaba el mandatario y el canciller local Ernesto Araujo y el argentino, Jorge Faurie
Macri y Bolsonaro se dieron un breve abrazo y escucharon uno al lado del otro los himnos. Cuando terminaron, posaron para los fotógrafos y se estrecharon las manos. Bolsonaro levantó el pulgar para marcar el tono de la recepción.
El recibimiento imponente por el marco arquitectónico de Brasilia contrastó con la cobertura de los principales medios brasileños que prácticamente ignoraron la visita del mandatario argentino. Los titulares locales, en cambio, se concentraron en el flamante decreto que flexibiliza la portación de armas en Brasil.
Antes de llegar a Planalto, los cancilleres mantuvieron una reunión con sus equipos en Itamaraty, sede diplomática brasileña .
Macri llegó en la noche del martes a las 21.20 -hora argentina- (a las 22.20 de Brasil) del martes a Brasilia y se hospedó en el Hotel Meliá de esta capital, al igual que el resto de su comitiva.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, elogió nuevamente el lunes a su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro, mostrándose complacido de que éste reivindique la comparación entre ambos.
“Dicen que es el Donald Trump de Sudamérica, ¿pueden creerlo?”, dijo Trump en un discurso en Nueva Orleans ante la convención de la American Farm Bureau Federation (AFBF), la mayor organización agropecuaria de Estados Unidos.
El mandatario brasileño aparentemente disfruta ser considerado “el Trump del Trópico”, lo cual parece favorecer la relación del país más grande de América Latina con Estados Unidos.
“Está contento con eso”, dijo Trump. “Si no lo estuviera, no me gustaría tanto el país. Pero él me gusta“.
Al destacar la revitalización del vínculo comercial con Brasil desde 2003, Trump dijo que Bolsonaro, quien prometió forjar una alianza cercana con Washington después de más de una década de gobiernos de izquierda en Brasil, es “un gran nuevo líder”.
El 1 de enero, poco después de que el ultraderechisita asumiera el mando de Brasil por un periodo de cuatro años, Trump felicitó a Bolsonaro en Twitter por su “gran discurso” de investidura.
Bolsonaro alimentó desde la campaña electoral el paralelo con el inquilino de la Casa Blanca, con quien comparte un marcado gusto por las declaraciones provocadoras y los exabruptos.
“Soy un admirador del presidente Trump. Él quiere un Estados Unidos grande; yo quiero un Brasil grande”, afirmó Bolsonaro en su primera conferencia de prensa tras ganar la primera vuelta de las presidenciales en octubre.
Entonces, destacó su visión sobre la inmigración, contraria a las fronteras abiertas, que lo acerca al mandatario estadounidense.
Trump, de 72 años, y Bolsonaro, de 63, comparten muchas cosas: ambos llamaron la atención por su retórica polémica y a menudo agresiva, han sido acusados de misóginos y racistas, son enemigos de la prensa tradicional y supieron aprovechar las redes sociales como pocos.
Mauricio Macri culminará su estadía en el Sur este martes, luego de 24 días en los que que intercaló descanso y reuniones de gestión con otras de corte electoral en Villa La Angostura. Tras visitar tres distritos netamente opositores, Tierra del Fuego, Santa Cruz y Chubut -será la primera vez que vaya a los primeros dos durante todo su mandato- el Jefe de Estado partirá a Brasilia para su primera reunión con su par brasileño Jair Bolsonaro.
En el Gobierno hay expectativa por el impacto que puede tener sobre la economía la recuperación económica de Brasil de cara a las elecciones.
Macri partirá directamente desde Puerto Madryn, su última escala en su periplo patagónico, con la compañía de los ministros de Relaciones Exteriores, Jorge Faurie; Seguridad, Patricia Bullrich; Defensa, Oscar Aguad; Hacienda, Nicolás Dujovne; y Producción, Dante Sica.
También serán de la partida el influyente secretario de Asuntos Estratégicos Fulvio Pompeo y el vocero presidencial Iván Pavlovsky. El embajador argentino en Brasil, Carlos Magariños, se sumará a la comitiva.
El Presidente llegará a la capital brasileña cerca de las 21 del martes y tendrá una nutrida agenda el miércoles, cuando Macri y Bolsonaro por fin se vean las caras.
Hasta ahora, solo dialogaron por teléfono en tres ocasiones. El mandatario argentino lo llamó el 28 de octubre, cuando el capitán retirado del ejército brasileño fue electo. El primer contacto telefónico había sido doce días antes, cuando Bolsonaro ya era el favorito para suceder a Michel Temer.
Y el 14 de diciembre, Macri volvió a llamarlo para anunciarle su disposición para la reunión bilateral que se concretará este miércoles.
Con esa salida, el Presidente evitó interrumpir su descanso y asistir a asunción de Bolsonaro el 1 de enero. El Gobierno envió a Faurie y evitó que viajara la vicepresidenta Gabriela Michetti, quien reemplazó a Macri en compromisos similares. Por ejemplo, durante la toma de posesión del mexicano Andrés López Obrador, en pleno G20.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo este jueves que podría discutir “en un futuro” la instalación en territorio brasileño de una base militar de Estados Unidos, con el que busca una estrecha alianza, y mostró su preocupación con la relación entre Venezuela y Rusia.
“Según lo que pueda llegar a acontecer en el mundo, quién sabe si tengamos que discutir esa cuestión en el futuro”, declaró el exmilitar de 63 años a la cadena SBT, en su primera entrevista televisiva tras ser investido presidente el martes 1 de enero.
“La cuestión física puede ser hasta simbólica. Hoy en día el poderío de las fuerzas armadas americanas, chinas, rusas, alcanza a todo el mundo independientemente de la base”, agregó.
Como parte de los nuevos alineamientos diplomáticos de su gobierno, Bolsonaro se reunió el miércoles con el secretario de Estado, Mike Pompeo, con el que se comprometió a incrementar la cooperación en el ámbito de los negocios y la seguridad y en el combate a “los regímenes autoritarios” como la vecina Venezuela o Cuba.
Bolsonaro dijo además sentir “preocupación” por maniobras militares que realizaron a principios de diciembre Venezuela y Rusia en suelo venezolano, para los cuales fueron desplazados bombarderos rusos, muy criticadas en la región.
“Como estaba previsto, Rusia hizo una maniobra en Venezuela, sabemos cuál es la intención del gobierno de Maduro. Brasil tiene que preocuparse con eso”, declaró.
“Mi aproximación con Estados Unidos es económica, pero puede ser bélica también. Podemos hacer un acuerdo en esta cuestión. No queremos poder un superpoder en América del Sur, pero a mi entender debemos tener una supremacía”, agregó.
Bolsonaro dijo también que en los últimos “20 o 25 años” las fuerzas armadas brasileñas fueron “abandonados por una cuestión política”, porque “son el último obstáculo para el socialismo”.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, acusó recientemente a Estados Unidos de ser coordinador de un complot para generar incidentes armados en las fronteras de Venezuela con Colombia y Brasil, y justificar una intervención militar.
Recién asumió y sus polémicos anuncios ya tienen repercusión en el plano internacional. ExtraCatamarca.com realizó un rápido sondeo (que se puede comprobar fácilmente realizándolo cualquiera desde sus computadoras o celulares) sobre la aceptación o rechazo que produjo su discurso en los argentinos que participan en las redes sociales, puntualmente Facebook, al calificar las noticias en cada diario digital con las alternativas «me gusta», «me encanta», «me divierte», «me asombra», «me entristece», o «me enoja», y hubo algunos resultados contundentes.
Pero, en principio, repasemos las declaraciones del nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien apenas asumió pronunció un categórico discurso ante el Parlamento brasileño, en el que prometió liberar al país de los males que a sus ojos lo sumieron en «la mayor crisis ética y moral de su historia».
«Convoco a cada uno de los congresistas a ayudarme en la misión de restaurar y volver a erguir a nuestra patria, liberándola definitivamente del yugo de la corrupción, la criminalidad, la irresponsabilidad económica y la sumisión ideológica», proclamó el ex militar, de 63 años, convertido en el 38º presidente de la mayor potencia latinoamericana.
En otro de los pasajes de su discurso, el presidente expresó: «Vamos a unir al pueblo, a valorar la familia, respetar las religiones y nuestras tradiciones judeo-cristianas, combatir la ideología de género, conservando nuestros valores».
«Brasil volverá a ser un país libre de amarras ideológicas», añadió.
Estas declaraciones llegan en momentos en el que en todo el mundo las mujeres ganaron un protagonismo inédito en la lucha por sus derechos, las denuncias por abusos sexuales y la igualdad salarial y de oportunidades. En Brasil, fueron también las mujeres quienes, durante la campaña electoral, protagonizaron las mayores manifestaciones contra Bolsonaro bajo el lema #EleNao.
Cómo recibieron los argentinos el discurso:
Perfil publicó en su portal el título «Bolsonaro prometió terminar con el socialismo», y en la cuenta de Facebook del diario sus lectores, sobre 376 participantes, hubo 271 me gusta, 76 me encanta, 19 me enoja, 7 me divierte y 3 me entristece.
Clarín tituló que Bolsonaro «se comprometió a «poner fin a la ideología de género», y en la cuenta de Facebook del diario más leído del país, entre los 9,9 mil seguidores que participaron, hubo 6,6 me gusta, 2,2 mil me encanta, 489 me divierte, 425 me enoja, 97 me asombra, y 61 me entristece, lo que muestra un contundente adhesión a Bolsonaro sobre casi 10 mil personas, con casi 9 mil a favor. Terminante.
Repasando este último titular en los diarios La Nación y Perfil, los resultados son idénticos en cuanto a porcentajes, aunque con menor grado de lectores participando, lo que señala de alguna manera el pensamiento de una mayoría en la Argentina, que adhiere masivamente a las políticas anunciadas por Bolsonaro para Brasil.
Minutos después de haber jurado como presidente de Brasil y de haber pronunciado su primer discurso en el Congreso, Jair Bolsonaro recibió un mensaje de felicitación y apoyo de su par de Estados Unidos, Donald Trump.
«Felicitaciones al presidente Jair Bolsonaro que acaba de hacer un gran discurso de inauguración. Estados Unidos está con usted», le escribió Trump al primer mandatario brasileño desde su cuenta en Twitter.
Muy poco pasó hasta que Bolsonaro agradeció y respondió el mensaje de Trump: «Estimado presidente, agradezco mucho sus palabras de aliento», destacó Bolsonaro.
Y agregó: «¡Juntos, bajo la protección de los dioses, traerán prosperidad y progreso a nuestro pueblo!».
Bolsonaro juró este martes como presidente de Brasil en el Congreso y dio su primer discurso, en el que llamó a liberar al país de “la corrupción, la criminalidad y la sumisión ideológica”.
Un Jair Bolsonaro decidido a satisfacer a su electorado más conservador se apresta a asumir este martes la presidencia de Brasil, en medio de medidas de seguridad extremas.
Después de prometer el sábado liberalizar por decreto la posesión de armas, el exmilitar, de 63 años, declaró el lunes en otro tuit la guerra a la “basura marxista” que, según dijo, explica la baja calidad de la enseñanza en Brasil.
“Una de las metas para sacar a Brasil de las peores posiciones en los ránkings de educación del mundo es combatir la basura marxista que se instaló en nuestras instituciones de enseñanza”, escribió.
Bolsonaro, que sobrevivió en septiembre a una puñalada en el abdomen asestada por un exmilitante de izquierda, expresó sin embargo el 10 de diciembre ante la corte suprema su voluntad de superar la polarizada campaña para convertirse en “el presidente de los 210 millones de brasileños (…) sin distinción de origen, raza, sexo, color o religión”.
Prioridades del gobierno
Bolsonaro, que realizó su campaña casi enteramente por redes sociales, fue elegido en el segundo turno, el 28 de octubre, con el 55% de los votos frente al candidato de izquierda del Partido de los Trabajadores (PT) Fernando Haddad.
Este excapitán del Ejército creció aupado por la insatisfacción popular provocada por la crisis económica, el desempleo, los altos índices de violencia y los escándalos de corrupción de los últimos cuatro años.
En materia económica, su prioridad número uno es tramitar en el Congreso una reforma del sistema de jubilaciones para reducir su impacto en las cuentas públicas. Pero la medida, altamente impopular, no será fácil de aprobar y requerirá arduas negociaciones con los legisladores.
Otra de sus banderas de campaña ha sido la flexibilización de la posesión de armas, bajo el argumento de que las “personas de bien” deberían poder defenderse de los delincuentes.
Aunque algunos especialistas señalan que las restricciones que hoy existen por ley deberían modificarse a través de una nueva ley, Bolsonaro anunció el sábado que pretende cambiar algunas restricciones por decreto una vez que asuma la presidencia.
Una encuesta del instituto Datafolha divulgada este lunes revela que el 61% de los brasileños cree pese a todo que la posesión de armas de fuego “debe ser prohibida, porque representa una amenaza a la vida de otras personas”. Esa postura era defendida por un 55% de los encuestados en octubre, según el instituto.
Bolsonaro impondrá un giro a la derecha también en la política exterior, con una mayor aproximación con países como Estados Unidos e Israel.
Promesas de Bolsonaro:
-Permitir la apertura de empresas en 30 días.
-Privatizar la mayor cantidad de empresas estatales, incluyendo filiales de Petrobras.
-Aumentar autonomía financiera de municipios y estados.
-Reducir impuestos sobre la energía y combustibles.
-Aumentar a 61 años la edad mínima de jubilación de funcionarios públicos
-Reformar el sistema de pensiones y cambiarlo por una de capitaliación individual (AFP).
-Establecer garantías jurídicas para que policías, militares y civiles puedan usar armas de fuego al momento de combatir un ilícito.
-Terminar con la reducción de penas a los presos y el beneficio de salidas temporales.
-Bajar la edad de responsablidad penal a los 16 años.
-Permitir el uso y porte de armas a los ciudadanos “de bien”.
«La política exterior debe ser parte del momento de regeneración que hoy vive Brasil», afirmó Jair Bolsonaro al anunciar que Ernesto Fraga Araújo, un diplomático poco ortodoxo por su trayectoria y sus definiciones, estará a cargo de Itamaraty a partir del 1 de enero.
El futuro ministro dijo en una columna publicada a fines del mes pasado que su objetivo es «acabar con la ideología» en la diplomacia brasileña. Luego detalló algunos de los preceptos que tratará de combatir: «El alarmismo climático, el tercermundismo automático, la adhesión a las pautas abortistas y anticristianas en los foros multilaterales, y la destrucción de la identidad de los pueblos por medio de la inmigración ilimitada».
A ese cóctel explosivo añadió como enfermedades a curar «la transferencia brutal de poder económico en favor de países no democráticos y marxistas, y la suavización en el trato dado a la dictadura venezolana». «Todos esos son elementos de la ‘ideología del PT’, o sea, del marxismo, que aún están muy presentes en la política exterior brasileña», sentenció.
«La opción por Ernesto Araújo fue una sorpresa general», dijo a Infobae Cairo Gabriel Borges Junqueira, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Federal de Sergipe. «Araújo tiene una admiración por Donald Trump, una oposición al PT y otra mirada respecto de los actuales problemas globales».
Que el canciller de un país de la envergadura de Brasil se exprese en esos términos tan poco diplomáticos es verdaderamente inédito. Implica un giro muy pronunciado respecto de la política ensayada por los gobiernos de Lula da Silva y Dilma Rousseff, muy centrada en consolidar el liderazgo brasileño en América Latina, pero también en relación a la de Michel Temer, más alineada a la de Fernando Henrique Cardoso en los 90.
«Por parte del presidente electo y de sus ministros hay una convicción de que el globalismo —la versión cultural de la globalización— deshace el constructo protector de la nación, al que el ciudadano común puede recurrir para preservar comportamientos, tradiciones y subjetividades consideradas legítimas, legales y éticamente correctas. La lucha contra el multilateralismo representado por la ONU se inscribe en el mantenimiento y la conservación de procedimientos contrarios a los procesos de integración», explicó Augusto Zanetti, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Estatal Paulista, consultado por Infobae.
Uno de los grandes interrogantes es cómo impactará este nuevo enfoque sobre las relaciones entre los países de la región. OEA, Mercosur, Unasur y otros foros latinoamericanos pueden sufrir cambios profundos en su funcionamiento con un gobierno tan atípico e imprevisible al frente de una de las grandes potencias continentales.
«La formulación de la política exterior de Bolsonaro estará influenciada por los tres grupos que componen a su gobierno: los militares, los evangélicos y los grandes empresarios. Debido a la diversidad de intereses y preferencias de cada grupo, es posible que no haya una sola dirección. Por ejemplo, para el segmento religioso, la aproximación a Israel y la transferencia de la embajada brasileña a Jerusalén es un objetivo importante, pero choca con los intereses del agronegocio, que tiene un mercado importante en los países árabes», contó Augusto W. M. Teixeira Júnior, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Federal de Paraíba, en diálogo con Infobae.
Uno de los mensajes que el presidente electo buscó instalar desde un primer momento es su voluntad de acercarse a Washington. De hecho, fue Donald Trump el primero en mudar la sede diplomática de su país en Israel. «El cielo es el límite en la relación entre Brasil y Estados Unidos», dijo Araújo semanas atrás, ante un enviado del vicepresidente Mike Pence.
«El eje central de la política exterior brasileña estará compuesto por Estados Unidos, Israel e Italia —dijo Zanetti—. Israel tiene el know howen la lucha contra el terrorismo, la contención de la inmigración y las victorias bélicas obtenidas en las guerras contra los pueblos árabes. Por lo tanto, es un socio en técnicas que favorecen la represión del narcotráfico. Pero además representa la realización del sueño místico del retorno del Mesías».
El vínculo con Italia tiene relación directa con la presencia de Matteo Salvini como viceprimer ministro y hombre fuerte del gobierno. El líder de La Liga es uno de los rostros de la ultraderecha populista europea, y está embanderado en la lucha contra la globalización y en las políticas antiinmigratorias.
Otro rasgo que empieza a quedar claro son las dudas del nuevo gobierno con el multilateralismo, particularmente, en materia climática. La medida más contundente en esa dirección fue la negativa a recibir la cumbre ambiental COP24, que iba a realizarse en Brasil el año próximo. Incluso sugirió que podría abandonar el Acuerdo de París sobre cambio climático, como ya hizo Trump.
Araújo confirmó también que Brasil se retirará del Pacto Mundial para la Migración —que acaba de ser aprobado en Marrakech—, de la misma manera que el gobierno estadounidense. «La inmigración es bienvenida, pero no debe ser indiscriminada», dijo el futuro canciller.
Por parte del presidente electo y de sus ministros hay una convicción de que el globalismo deshace el constructo protector de la nación
Otra muestra de los reparos que tiene Bolsonaro con las instancias de coordinación a escala global fue su decisión de no asistir a la cumbre del G20 realizada en Buenos Aires. Michel Temer lo había invitado a participar, pero el ex capitán del Ejército dijo que no.
«Posiblemente, el Gobierno buscará una convergencia con Estados Unidos en asuntos de intereses comunes como una forma de consolidar la imagen de Brasil como su aliado preferencial en Sudamérica. Entre los temas de agenda se destacan la contención de Venezuela, la apertura de mercados comerciales en la región y el liderazgo regional contra el narcotráfico y el crimen organizado. De esa forma, Brasil buscará articular posiciones con Washington en temas de geopolítica, comercio y seguridad hemisférica», sostuvo Teixeira Júnior.
«Al asumir agendas ligadas a Washington —continuó Teixeira Júnior—, el gobierno de Bolsonaro podría reeditar momentos históricos de alineamiento entre Brasil y Estados Unidos, marcando el retorno de Sudamérica a una política hemisférica. La competencia geopolítica en América del sur será más feroz, teniendo a Venezuela como punto focal».
El ascenso de Bolsonaro no tardó en generar ruido en los países vecinos. Horas después de que se confirmara su triunfo en el ballotage del 28 de octubre, Paulo Guedes, el futuro ministro de Economía, dijo que el Mercosur no sería una prioridad para el gobierno. Luego se desdijo, pero el mensaje había sido enviado.
«La tendencia será hacia cerrar acuerdos comerciales con la Alianza del Pacífico, ya que allí se encuentran países como Chile, Perú, Colombia y México, que tienen una larga experiencia en tratados de libre comercio con Estados Unidos. Por otro lado, si se recomponen las relaciones más tensas con China, que es en la actualidad el primer socio económico de Brasil, Chile adquiere una gran importancia, porque se convertiría en una plataforma excepcional para la exportación de productos al extremo oriental», afirmó Zanetti.
La declaración sobre el Mercosur generó malestar especialmente en Argentina, que es su principal mercado en la región. Sobre todo, luego del anuncio de que Buenos Aires no iba a estar entre los destinos por los que pasaría Bolsonaro en su primera gira presidencial, rompiendo una tradición de los últimos mandatarios brasileños. Su equipo terminó rectificándose y dijo que visitaría Argentina, Chile y Paraguay, pero el resquemor quedó instalado.
En medio de esta tensión, el presidente Mauricio Macri anunció que no irá el 1 de enero a la asunción de Bolsonaro. En su lugar estará el canciller Jorge Faurie. Pero, para bajar la intensidad de los rumores, Macri contó en su cuenta de Twitter que conversó telefónicamente con su par y que acordaron un encuentro el 16 de enero en Brasilia.
«Habrá un cambio en los procesos de integración regional, que serán más estrictamente comerciales. Pero Brasil no puede ‘girarles la cara’ a sus vecinos, porque hay sectores internos que tienen interés en el mantenimiento de las relaciones. Argentina es un gran ejemplo», concluyó Borges Junqueira.
“Aguante la policía, loco, estos no perdonan vidas”, lanzó el peatón que filmaba la detención.
Una curiosa pero cotidiana escena se vivió en el centro porteño, después de que efectivos de la policía lograron detener a dos motochorros.
A pesar de que esto suele ser moneda corriente en las calles de la ciudad, lo que más llamó la atención fue la reacción de uno de los peatones que pasaba por allí, entre las calles Córdoba y San Martín.
Él mismo comenzó a registrar las imágenes de la detención con su teléfono, y allí empezó a hablar sobre la temática en cuestión, haciendo referencia a la “mano dura” sobre los delincuentes. Aunque lo hizo con un particular ejemplo, dado que comparó el accionar que debería tener la policía argentina con la actitud de Jair Bolsonaro, nuevo presidente de Brasil que asumirá el próximo 1° de enero.
“Hagan como en Brasil, como Bolsonaro”, fueron algunas de las palabras de esta persona que difundió el video con la situación. El mandatario se caracteriza por levantar la bandera de darle más poder a las fuerzas de seguridad, y hace algunos días felicitó a un policía que mató a un delincuente.
“Vamos, vamos. Como en Brasil, un tiro en la cabeza. Aguante la policía, loco, estos no perdonan vidas”, manifestó nuevamente esta persona. Según informó la policía, ambos detenidos tienen 19 años, aunque esto pareció importarle muy poco a otra persona que se sumó a los comentarios: “Entréguenlos a la gente y los reventamos acá”.
Asociaciones de periodistas repudiaron el tono agresivo del presidente electo Jair Bolsonaro contra medios de comunicación de Brasil, así como ataques virtuales y físicos de simpatizantes del dirigente de ultraderecha contra reporteros.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) expresó este miércoles en un comunicado su “preocupación” por las declaraciones de Bolsonaro. “Nos preocupa que el presidente electo no trace una distinción entre Gobierno y Estado, al manifestar que usaría la administración pública para castigar a los medios que le resulten incómodos”, dijo la presidenta de la instancia, María Elvira Domínguez.
La Asociación Brasileña de Periodismo de Investigación (Abraji) manifestó antes su “aprensión” ante las amenazas de Bolsonaro de castigar con cortes de publicidad institucional a la prensa “que se comporte de forma indigna”, según afirmó el lunes en una entrevista con TV Globo.
Bolsonaro, que en el balotaje del domingo derrotó a Fernando Haddad, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), trabó una batalla frontal con el diario Folha de S. Paulo, que publicó un reportaje sobre el uso ilícito de WhatsApp para difusión de propaganda electoral y noticias falsas.
La pelea con Folha es antigua. A comienzos de año, Bolsonaro cuestionó un reportaje que denunciaba desvíos de dinero con la contratación de una empleada fantasma en el equipo del entonces diputado.
Ya victorioso, se dijo a favor de la libertad de prensa pero reiteró sus amenazas al diario. “Ese diario se acabó (…) . En lo que de mí dependa, la prensa que se comporte de forma indigna no tendrá recursos del gobierno federal”, advirtió el excapitán del Ejército.
“Eventuales diferencias con el noticiero de medios de comunicación no pueden confundirse con inaceptables represalias contra diariospor medio de uso de dinero de publicidad oficial”, dijo el martes el presidente de la Asociación Nacional de Diarios, Marcelo Rech, en un comunicado.
“Acostúmbrese”, le respondió este miércoles Folha de S. Paulo a Bolsonaro en su editorial. “Este diario vigilará los próximos movimientos en situación cómoda, porque no depende de propaganda federal”, agregó.
El editorial de Folha también advierte que la prensa “no dejará de escudriñar el ejercicio del poder porque sus detentores de turno decidan adoptar la táctica de la intimidación”.
En Twitter, surgió una ola de apoyo al diario y a varios de sus reporteros atacados por seguidores de Bolsonaro en las redes sociales. El movimiento virtual vino seguido de anuncios espontáneos de suscripción al rotativo, en una movida similar a la registrada en Estados Unidos tras la elección del presidente Donald Trump.
Seguidores de Bolsonaro descargaron sus iras en las redes sociales contra periodistas que expresaron o publicaron informaciones contrarias al ultraderechista.
Organizaciones no gubernamentales como Human Rights Watch y Reporteros Sin Fronteras alertaron la semana pasada sobre el aumento de ataques físicos y amenazas.
La Asociación de Corresponsales Extranjeros de Sao Paulo denunció un “sinnúmero de relatos de colegas acosados física y moralmente en Brasil durante sus coberturas”. El comunicado pide a Bolsonaro que respete el compromiso constitucional con la libertad de prensa y exija lo mismo de sus seguidores y electores. Fuente: Agencia France Presse.
El secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, no muestra ninguna inquietud en relación al gobierno electo del socio estratégico más importante para la Argentina. Hasta podría decirse lo contrario: «Confiamos en que la relación con Brasil va a ser mejor cada día», declaró al medio Infobae. Y buscó precisar que «la relación con nuestro principal socio será de continuidad».
Fulvio Pompeo.
Las primeras declaraciones que se conocieron de Paulo Guedes, quien sería el ministro de Hacienda de Jair Bolsonaro, y de Onyx Lorensano, quien se pondría al frente de la Casa Civil (un cargo similar a la jefatura de gabinete en la Argentina), provocaron preocupación entre analistas y empresarios con intereses a ambos lados de la frontera.
«Argentina no es prioridad», dijo Guedes el domingo a la noche, en la primera conferencia de prensa que dio una vez confirmado el triunfo de Bolsonaro -frente a la insistencia de una periodista argentina-. «Bolsonaro va a viajar a Chile, Estados Unidos e Israel», declaró Lorensano en la puerta del local partidario, rodeado de medios que pulsaban por sacarle alguna declaración.
En el Gobierno argentino, sin embargo, no parece preocuparles adónde viaje primero el presidente electo de Brasil. «Lo importante es qué queremos nosotros, no nos ponemos a analizar si viene antes o después, cuando decida venir será bienvenido«, comentan cerca de Mauricio Macri, convencidos de que «la relación se va a profundizar».
Paulo Guedes
De hecho, el mismo Guedes salió a relativizar sus declaraciones, pidió disculpas a la Argentina, e insistió en que «nuestro foco son los problemas internos», buscando desdramatizar cualquier interpretación y mostrando sinceridad con las verdaderas prioridades del equipo del gobierno entrante.
En el Gobierno argentino, por otro lado, coinciden en la necesidad de que el Mercosur sea flexibilizado, como lo viene proponiendo Macri desde que habló por primera en una cumbre del bloque.
Para el Gobierno de lo que se trata es de «ir a más Mercosur, más adaptados a la fragilidad y volatilidad de estos tiempos, buscando superar las trabas«. Y aseguraron que «nosotros celebramos que a Brasil le empiece a ir bien, que vuelva a crecer, porque repercutirá muy positivamente en el bienestar de los argentinos».
Jair Bolsonaro festejando su triunfo
Por último, también se resaltó la importancia que tendrá para la Argentina la realización de la cumbre más importante en la historia de nuestro país como es el G20, que se realizará los días 30 de noviembre y 1° de diciembre. «Si Bolsonaro viene o no para el evento, no depende de nosotros, la delegación la decide cada gobierno», se explicó.
Por la mañana, el canciller Jorge Faurie, en declaraciones realizadas a la prensa en Casa Rosada después de la reunión de Gabinete, comentó que tiene información de que Bolsonaro debe someterse todavía a otra operación vinculada al atentado que sufrió contra su vida durante la campaña y luego hacer rehabilitación, por lo que presume que recién los últimos días de diciembre estará en condiciones de viajar.
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