Alrededor de las 23:00 de ayer martes se confirmó la muerte de José «Pelado» Leiva (34) en el Hospital San Juan Bautista, donde permanecía internado desde el 12 de marzo en estado crítico. Si bien Leiva fue sorprendido intentando robar pertenencias en un automóvil, ese delito es absolutamente menor al hecho de haberle quitado la vida aplicando justicia por mano propia. Queda claro, para cualquiera que lo entienda, que matar a una persona (se trate de un ladrón o no), es mucho más grave que cometer un robo. Y esto pasó en Catamarca, donde el victimario pasó a ser la víctima. Sin la necesidad de justificar al delincuente que fue encontrado robando, queda claro que el delito muchísimo más grave fue haberle quitado la vida, y aquí quedan bajo sospecha los vecinos del lugar y la propia policía.
Leiva había sufrido múltiples traumatismos al recibir una golpiza propinada por vecinos al ser sorprendido mientras sustraía el stereo de un automóvil que se encontraba estacionado en la madrugada del mencionado día.
Sin embargo los ojos están puestos también en el accionar policial ya que, según testigos, los efectivos habrían golpeado al sujeto tanto al momento de ser aprehendido como en la Comisaría Décima. A pesar que se habría descompensado en la dependencia, Leiva recién fue revisado por el médico de la Policía al mediodía y éste al observar el estado en que se encontraba ordenó su traslado al nosocomio.
En tanto también habría existido demoras por parte de los policías en comunicar el hecho a la Unidad Judicial.
Ahora, la Justicia determinará la nueva calificación de la causa ante el deceso de Leiva.
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