Extra Catamarca

¿El último año de Zona Negra?: Entrevista con el conductor del programa radial

Entrevista: Jonatan Rivarola

Recomiendo leer esta nota hasta el final, porque incluye un relato impresionante. Zona Negra es un programa de culto en Catamarca, que está cumpliendo 24 años en el aire de Radio Valle Viejo. Siempre con una gran convocatoria de oyentes, Zona Negra no pasa desapercibido: aún quienes nunca lo hayan escuchado, seguramente saben que existe o alguien les comentó de qué se trata. El próximo trasnoche del viernes 29 de marzo, se emitirá el primer programa de la presente temporada, y EXTRA CATAMARCA conversó a fondo con su creador, director y conductor, Jorge Claramonte, quien fue parte también de los inicios de nuestro diario digital. ZN, como lo llama la mayoría de sus seguidores al programa que expone sobre la actividad paranormal en Catamarca, cuenta con una pre-producción y producción muy cuidadas, donde queda poco margen para la improvisación, que se suele ocurrir sólo cuando existe alguna llamada «en vivo», porque mayormente los relatos se graban y editan cuidadosamente. Desde el año 2000, además del programa radial, se editaron revistas, libros, cortometrajes, informes en videos, y hasta estuvo en los planes la realización de una película que todavía no se concretó. 

EXTRA: ¿Qué pasó con la idea de hacer la película de Zona Negra?

Jorge: Quedó en espera… el año pasado habíamos apostado fuerte a esa realización, incluso hicimos algunos casting, fuimos redondeando la idea del guión, establecimos un posible presupuesto, pero bueno, después vino toda la debacle económica a partir de mayo, junio, que el dólar no dejó de subir, se encareció  todo, lo que ya sabemos. Esa falta de estabilidad hizo postergar el proyecto porque la situación lejos de mejorar fue empeorando, y tanto fue así que terminamos el año con una inflación galopante que derivó en el cambio de gobierno. Nada que no sepamos todos.

EXTRA: ¿Sigue siendo una asignatura pendiente?

Jorge: Claro, incluso ya teníamos hablado un importante respaldo económico privado, pero que se acordó haciendo números mucho antes del desastre económico, y después no podíamos ir a pedir que se comprometa con una inversión mayor, por una cuestión hasta de respeto por el bolsillo ajeno.

EXTRA: Y ahora vuelve el programa clásico en la radio…

Jorge: Sí, y desde hace un tiempo acompañando los audios también con videos, gracias a esta posibilidad que te da Radio Valle Viejo, que ahora es Radio y TV Valle Viejo, de transmitir además por la televisión, para Capital y el interior. La ventaja de estar en una radio progresista, que permanentemente se mejora a sí misma. 

EXTRA: Dame un par de anticipos sobre la emisión que viene.

Jorge: Hay un par de relatos que estarán incluidos muy a pedido del público, y remarcá bien el «muy», uno de ellos porque pese a lo sorprendente de la historia, nunca lo reiteramos en algún programa de archivo. Se llama «El misterio de los gatos», y cuenta lo que les pasó a dos peones de nuestro interior, que por curiosos fueron a espiar a su patrón, porque venía teniendo actitudes sospechosas. Tuvo mucha repercusión este relato, aunque creo que nunca dijimos exactamente dónde ocurrió, y entonces se tejieron muchas conjeturas, y algunos arriesgan el nombre de alguna localidad o Departamento, otros suponen distintos lugares, y así quedó librado a la imaginación. Fue algo excepcional, porque no recuerdo que haya sucedido algo así, y curiosamente cuando hace poco tiempo preguntamos en las redes cuáles eran los relatos preferidos de nuestros oyentes, los que no debieran faltar en un programa especial de archivo, apareció este. Y la otra historia es más reciente, del año pasado, también impactante, en este caso porque se estableció el contacto involuntario de un hombre con una chica a través de conversaciones por mensajes a través de WhatsApp, pero con el detalles escalofriante de que ella se comunicaba desde el Más Allá, no estaba viva. Lo triste de este episodio es que tuvo un desenlace trágico meses después, y hasta hoy está envuelto en un misterio. 

EXTRA: Sí, fue tremenda esa historia… ¿qué más nos podés adelantar del ZN que viene?

Jorge: Nada… me pediste un par de anticipos y ahí te di dos jajaja… pero va a estar interesante el programa, como siempre, porque la temática es interesante. Todo lo que está envuelto entre signos de interrogación que parece no tener respuesta, resulta llamativo. Siempre dije que a Zona Negra llegamos sin saber nada, y nos vamos igual. Porque no creo que alguien conozca con certeza las razones que envuelven a los hechos paranormales. Así como nadie sabe qué hay después de la muerte, y solo son conjeturas. Si algo aprendí haciendo este programa, es que hay algo más. No sé si será una vida paralela a la nuestra, o reencarnación, pero en 24 años tuvimos muchas evidencias de la presencia entre nosotros de personas que ya partieron de este plano. Es muy impresionante escuchar cuando alguien cuenta que se encontró con una persona que ya no estaba viva, que la vieron, que hablaron con ella. inexplicable.

EXTRA: Y muy pronto se viene otro libro de Zona Negra.

Jorge: En eso estamos trabajando con Héctor Luna, de la Editorial El Trébol. Todavía no hay una fecha concreta, pero el material está casi listo. Hace mucho queríamos volver a publicar, porque permanentemente recibimos mensajes de nuestros fans y seguidores, consultando. El éxito de venta que hubo fue muy sorprendente, y lo noto cuando voy a grabar relatos a domicilios de los oyentes que nos convocan, porque la mayoría de las veces tienen el libro en sus casas y lo sacan para que se los firme, o lamentan que lo prestaron a alguien que nunca se los devolvió. Y entonces preguntan para cuándo el nuevo libro, que reitero, ya está «cocinándose». 

EXTRA: O sea que hay ZN para rato…

Jorge: No sé… en los últimos dos o tres años había pensado dejar de hacerlo por un tiempo, tomarme un descanso, porque me demanda mucho trabajo su preparación. Hay quienes piensan que, al emitirse una vez por mes, es más tranquilo. Pero no. Hay que andar bastante para conseguir los relatos, porque muchos de quienes tienen historias y nos escriben al programa para contarlas, después se echan para atrás, no contestan, te clavan el visto, no se animan, qué se yo… No entiendo para qué escriben ofreciendo el material si después van a recular, pero lo hacen. Y cuando lo grabas luego hay un trabajo de selección, edición, armado, etc… para que el producto salga de la mejor manera. Es el único programa que a esta altura de mi vida en radio, me provoca cierta adrenalina cuanto está a punto de salir al aire, y ves la expectativa en las redes, las publicaciones, en fin… Me estresa un poco. Aunque también es, por lejos, el programa que más satisfacciones me dio en la vida. Después, año a año, cuando vamos renovando parte del grupo de trabajo, siempre aparece alguien con un entusiasmo renovado que te impulsa de nuevo a seguir, a ir por más. Hace pocos días, por ejemplo, Gonzalo Vega se llama un integrante que se sumó al equipo y me propuso que hagamos podcast, algo en lo que todavía no incursionamos, y muy probablemente lo implementemos pronto. Por eso, si me preguntás hoy, quizá te diga que este será el último año de Zona Negra, después veremos.

EXTRA: Al principio eran vos y el operador, luego se sumó el profesor Marcelo Maidana, y más adelante hubo muchas formaciones de ZN desde 2010 hasta acá, cuando comenzaron a trabajar en equipo, y en algunas te acompañé yo también. ¿Cuál grupo te gustó más?

Jorge: Esa pregunta no sé si corresponde, porque mencionar a unos me llevaría a ser injusto con otros. Pero fijate qué curioso. Mencionaste a Maidana. El profe se interesó en Zona Negra para mi sorpresa, cuando justamente yo había dejado de hacer el programa en 2006, y me propuso incorporarse y sumar relatos que él iba a conseguir para que regresáramos en 2007, y así fue. Ahí tenés un ejemplo de alguien que llega para motivarte. Y algo parecido ocurrió tiempo después, porque en 2017 no hicimos ZN, y en enero de 2018 me contactó un oyente llamado Federico Leguizamón, que tenía historias de Banda de Varela, y cuando nos conocimos me hizo la misma propuesta que Maidana diez años antes, y Fede se sumó para la búsqueda de relatos primero, y luego para la tarea en vivo en la radio. Por eso, cada equipo tuvo su magia y su importancia. Quizá el grupo más compacto fue el de los años 2012, 2013 y 2014, donde éramos una banda que salíamos a grabar a cualquier hora de la madrugada, todos en motos, con frío, calor, lluvia, no importaba, y había cierta amistad y confianza entre todos. Luego, en la época de la pandemia soy muy agradecido de mis compañeros de la radio, porque cuando no se podía salir de la casa, ni llevar invitados o colaboradores externos a la radio, estos compañeros de Radio Valle Viejo me hicieron la segunda.

EXTRA: Te habrán preguntado muchas veces cuál es tu relato favorito…

Jorge: Siempre lo hacen, y me cuesta mucho elegir uno. Sin embargo, normalmente me remito a uno que grabamos en 2010, a un joven de El Portezuelo, Juan, de 19 años en ese momento. El problema es que involucró a su familia en asuntos que supongo estaban vinculados a la hechicería, la magia negra. Lo que me impactó fue la manera en que narró su historia, con mucha simpleza, pero transmitiendo el miedo de recordar lo que le pasaba, y ni siquiera sabía que estábamos grabando la llamada telefónica que hicimos en principio para contactarlo. De una, comenzó a contar su padecimiento, y al final cuando le pregunté si nos autorizaba a pasarlo al aire, recién ahí cayó en cuenta y dijo que sí. Lo titulamos «Cara a cara con Satán» porque él se mostró convencido que había tenido ese tipo de acercamiento con algo demoníaco. Después, hubo una cantidad importante de narraciones que quedaron en la preferencia de nuestros seguidores, como la maestra de Chañarito, que se estremeció hasta las lágrimas al evocar lo que le pasó en la escuela de esa localidad, o clásicos como «La chica del baile», que comentó muy asombrado un ex jugador de fútbol, sobre la horrible sensación que tuvo al acercar a una joven en su auto a la salida de un boliche, hasta la zona de la Gruta, pero cuando no estaba poblada como ahora, allá por los años ´80. Bueno, más recientemente el relato que volveremos a emitir el próximo trasnoche de viernes, con esa mujer que desde el Más Allá se comunicaba por teléfono con el hombre que terminó su vida trágicamente.

EXTRA: Deberías preparar un programa especial con esos relatos.

Jorge: Eso es algo que todavía no lo he comentado públicamente. Hay un periodista de una radio de México que hace unos meses tomó contacto conmigo, pidiéndome justamente que hagamos una emisión con los mejores 20 relatos, y se lo enviemos para él difundirlos en la emisora que trabaja. Por eso fue que hace poco hicimos una consulta a través de la fanpage del Facebook de ZN para que todos voten su historia favorita, y entonces quizá hagamos esa recopilación.

EXTRA: Esta es una pregunta que quizá te moleste que te la haga, pero en verdad yo me lo pregunto: ¿Por qué Zona Negra, siendo un programa tan reconocido por el público, no tiene premios o distinciones que en cambio sí consiguen otros?

Jorge: Lo pensé alguna vez, sobre todo cuando veo que les otorgan premios a programas que llevan dos meses en el aire, o menos de un año, y les reconocen la trayectoria. Es curioso. Supongo que es por «amiguismo». En Catamarca ocurre eso, y mucho. Premian al amigo. Y algo peor, hay otros que piden que se los premie, que los políticos les declaren sus programas de interés en la Legislatura o concejos deliberantes. Yo no tengo amigos en esos lugares, y tampoco quiero. Estoy convencido que el mayor premio de ZN es que una enorme mayoría lo elija como su programa de cabecera, lo espere, pregunte todo el tiempo cuándo volvemos. Obviamente, prefiero eso antes que tener un diploma o una estatuilla que pedí yo mismo para colgarlo en la pared o colocarla en una vitrina, sabiendo que quizá lo merezca, pero que tuve que pedir por favor. Hace dos semanas, esperando a mi novia en la Peatonal Rivadavia, pasó un grupo de estudiantes secundarios que parecían salir del Colegio Nacional, y uno se me acercó y me dijo «Zona Negra, el mejor programa del mundo». Así de simple. Ese es un premio. Que en un control de tránsito un policía al ver mi licencia de conducir me reconozca por el apellido y me diga «aguante Zona Negra», ese es el mejor premio. Que te digan «crecí escuchando ZN», o que cada último viernes del mes la familia se reúne nada más que para escucharnos, o como pasó varias veces, que corrían la fecha de un cumpleaños para que no coincida con la puesta al aire de ZN, eso no tiene precio. Y eso te digo que es casi de todos los días. Y tengo una anécdota que comprobó mi amigo Aldo Soria. Una vez me invitó a una fiesta en San Antonio, y me hizo subir al escenario para presentarme ante su público. Entonces dijo: «pido un aplauso para mi amigo el flaco Claramonte, compañero de la radio»… Hubo aplausos tibios. Después, como para aclarar quién era, agregó que «es el que hace el programa Vía Libre», y hubo otros tibios aplausos. Se me ocurre decirle al oído, a Aldo, que mencione que soy quien hace Zona Negra, y cuando dijo eso los aplausos fueron otra cosa, de un entusiasmo que el programa genera, no yo. Por eso también, alguna vez hice una broma en un posteo de facebook diciendo que yo debería cambiarme el nombre, porque hay una mayoría que me cruza en la calle y me saluda por el nombre del programa. Saben quién soy, porque me ubican por las redes, ahora por los streaming, o ahora por la tele, pero quizá no conocen mi apellido. Todos estos episodios son premios cotidianos que recibo… ¡y lo más importante es que no los pido!

EXTRA: Dicen que lo importante no es llegar, sino mantenerse. ¿Qué hace que Zona Negra se haya mantenido con éxito durante más de dos décadas?

Jorge: Siempre me lo pregunto. Y tengo varias hipótesis. La primera, que la temática es atractiva, y aunque se hable de asuntos paranormales, parece que es bastante normal que ocurran. La segunda hipótesis es el medio que transmite, Radio y TV Valle Viejo, la emisora más popular también por décadas en Catamarca. Si bien ZN tiene un público propio de niños y jóvenes que quizá no sigan nuestra programación general que va más dirigida a un público adulto, estar en la radio más escuchada de la región es muy importante. La tercera posibilidad, creo que es la periodicidad. El hecho de no cansar a nuestro público, de ir solamente una vez por mes, y con un producto bien cuidado. Y, por supuesto, el respeto que tenemos también por quienes nos aportan los relatos, para tratarlos con la seriedad que se merece. Porque ZN atraviesa todas las edades y todas las clases sociales, por llamarlo de alguna manera. Los sucesos paranormales no discriminan, y pueden aparecerles a cualquiera y en el día y la hora menos pensados. Y te puedo sumar un motivo más para explicar esta permanencia, que es la famosa frase de Mirtha Legrand: «El público se renueva». Habrá oyentes que se van, otros que se suman, algunos que mueren y otros que nacen y siguen creciendo con el programa. Lo que no termina es la temática, insisto con eso, porque los misterios no se resuelven, casi nunca se filman, pero están ahí.

EXTRA. Algunos sí se filman…

Jorge: Hay videos, y muchos en las redes, pero te aseguro que la mayoría son truchos. Cuando te pasa algo raro en la vida, difícilmente puedas filmarlo. Tal vez una cámara de seguridad lo haga, porque registra todo el tiempo, pero si te aparece algo que no tenga explicación, hasta que quieras desenfundar tu celular y ponerlo a andar, ya todo pasó. Por eso son reels muy breves, que no se explica por qué además están mal filmados, o que no graban secuencias completas. A mí, las veces que me pasaron situaciones de esta naturaleza, incluso ni se me ocurrió filmarlas. Te sorprenden. 

EXTRA: Por último, hay también una frase que se hizo muy famosa en Catamarca a partir del programa, cuando algo raro le pasa a alguien en cualquier circunstancia, aunque sea en broma…
Jorge: Sí…! «¡Esto es para Zona negra!», dicen. Y ahí tenés, ese también es de alguna manera un reconocimiento y un premio, porque es como un sello. 

Los fans, protagonistas de cada programa de Zona Negra

RELATO: Desde EXTRA CATAMARCA elegimos uno de nuestros relatos preferidos, que se emitió en el año 2018, bajo el título de «El Conde de Piedra Blanca».

En el año 2018, Walter habló con Zona Negra, dando a conocer su experiencia en una vieja casona de Piedra Blanca, Departamento Fray Mamerto Esquiú, Catamarca. Comentó que, unos siete años atrás, había vivido en ese lugar ubicado casi al pie de un cerro, y con muy pocos vecinos cercanos. Aunque le habían narrado historias raras de esa vivienda, siendo un poco incrédulo no le prestó mayor atención. Allí se radicó junto a su hijo.

Un fin de semana que Walter quedó solo, porque su hijo había viajado a Belén, el hombre iba a encontrarse con unos amigos para compartir una guitarreada. Antes de salir, en horas de la tarde, se sentó a los pies de la cama un momento con la luz apagada para descansar, cuando distinguió una imagen en una de esas puertas altas, antiguas, pero no puede recordar lo que pasó inmediatamente. No sabe si perdió el conocimiento, o simplemente se durmió, pero el caso es que cuando volvió en sí, ya estaba todo en una absoluta oscuridad. Era de noche.

Walter intentó incorporarse para encender la luz de la habitación, pero apenas dio unos pasos y cayó al piso. Quiso levantarse y no pudo. Permaneció así unos minutos, y poco a poco fue arrastrándose hasta llegar otra vez a la cama. Le llamó la atención que sus perros lo acompañaban, y parecían estar gimiendo de miedo. A tientas, Walter encontró el teléfono celular, y decidió llamar a un amigo de apellido Barrionuevo, de la localidad Sierra Brava.

Pasaron más de dos horas hasta que la persona de la llamada llegó en su auxilio, entró en la habitación y prendió la luz. Walter permanecía caído en el suelo, sin poder explicar lo que ocurría. Barrionuevo, un policía retirado, llamó al hospital de Piedra Blanca, solicitando una ambulancia. Luego realizó otra llamada, esta vez a la comisaría local. Minutos después, un médico de apellido Vergara lo atendía en el hospital. «¿Quién te hizo esto?», le preguntó, porque encontró una profunda herida, sin embargo Walter no recordaba nada. Quisieron convencerlo de que realice una denuncia contra autores desconocidos, pero se negó.

Finalmente, en la ambulancia lo llevaron hasta esa vieja casona, ya en plena madrugada. Cuando volvió a estar solo, de repente se encendió el volúmen del televisor, y a los pocos segundos se cortó la energía eléctrica. Volvió a quedar en penumbras. Entonces, sintió que algo lo tomaba del cuerpo, comenzando a arrastrarlo. Tuvo miedo, y reconoce que pidió que «eso» no lo llevara. De pronto lo soltaron.

Al día siguiente, su perrito, Pirucho, apareció muerto, destrozado. Uno de los policía le había advertido a Walter: «mejor andate de acá», refiriéndose a la vieja casona. Sin embargo, él permaneció viviendo en ese lugar un tiempo prolongado, y entonces las cosas se fueron poniendo peor. En Piedra Blanca, dice Walter, muchos conocen lo que pasa en esa casa. Incluso, cuando este relato salió por primera vez al aire, envió mensaje al programa una mujer que dijo estar viviendo allí en ese momento, y confirmando que esas cosas seguían pasando. Aunque prometió brindar su relato, luego se arrepintió. Por esos días, ZN fue hasta la comisaría de esa localidad, y un subcomisario comentó que, efectivamente, había reportes sobre actividad paranormal en la vieja casona.