Categoría: Politica

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    «La gente valora que sigamos con los timbreos

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  • Dujovne, después del acuerdo con el FMI: ¿cuál es su peso real en el Gobierno?

    Dujovne, después del acuerdo con el FMI: ¿cuál es su peso real en el Gobierno?

    Final de una semana intensa que anudó un nuevo cambio en la conducción del Banco Central, el acuerdo con el FMI y otra escalada del dólar. ¿Cómo queda plantado Nicolás Dujovne? Parece claro que logró consolidarse en medio de la crisis y que insinúa rasgos de un ministro de Economía a la vieja usanza, pero nada de superministro, condición que la tradición asocia de manera directa al éxito. La ecuación entonces podría ser la siguiente: Dujovne está más sólido en su puesto, aunque frente a su prueba mayor y definitoria.

    El resultado se verá con los días, al margen de internas y del eco de experiencias que desaconsejan el encumbramiento desmedido de funcionarios. Dujovne está mejor plantado en un área que sin dudas –por efecto de la crisis económica y social pero además por convicciones presidenciales que entraron en crisis- acumula el mayor registro de cambios y caídas. Con todo, el último rearmado de gabinete, en la práctica, no alteró sustancialmente los equilibrios políticos internos.

    Macri terminó inclinándose por la reducción de la cifra de ministerios, pero privilegiando el objetivo de achicar el número y generando algunas subordinaciones formales de áreas, que bajaron al escalón de secretarías, a todas luces apresuradas y discutibles. De todos modos, el dato saliente y con formato de pregunta después de aquel reacomodamiento fue a cuántos centímetros del precipicio había quedado el jefe de Hacienda. Mala señal, de debilidad, frente al cuadro agravado de la crisis.

    El manejo de las tareas económicas, desagregadas en varios ministerios y sin supremacía de uno sobre otros, fue diseñado de ese modo por decisión directa de Mauricio Macri. Marcos Peña, jefe de Gabinete –y naturalmente por encima de los ministros-, pesaba no sólo por su lugar en la jerarquía de funcionarios, sino además porque el «estilo» presidencial colocaba también en un peldaño superior y de supervisión a sus dos vices.

    Lopetegui, Peña y Quintana y Lopetegui (DyN)
    Lopetegui, Peña y Quintana y Lopetegui (DyN)

    Se ha dicho: el rubro de la Economía es hasta ahora el más afectado por recambios, en el plano formal e informal. Gustavo Lopetegui y Mario Quintana dejaron de ser referencia. Y en distintas posiciones, antes Alfonso Prat-Gay había dejado Hacienda y Carlos Melconian, el Banco Nación. Después también le llegó la hora a Federico Sturzenegger, que por prestigio parecía intocable en el Banco Central. Poco se mantuvo en el mismo despacho Luis Caputo, cuya salida fue precedida y sobre todo sucedida por explicaciones oficiosas que mezclan razones personales y de convivencia imposible con Dujovne, convertido en pieza clave de la renegociación con el FMI.

    Esto último, el lugar de enorme exposición y por consiguiente, determinante de su afirmación personal en el cargo, ocurrió en menos de un mes y en el propio Gobierno amainaron las especulaciones sobre sucesores. La designación del nuevo presidente del Banco Central, Guido Sandleris, fortaleció la línea del ministro. Por supuesto nadie discute internamente tal alineamiento, ni el tema de fondo, que es la naturaleza del BCRA. La evaluación en medios oficiales es de cierta cautela y expectativa.

    Luis Caputo
    Luis Caputo

    La coyuntura impone casi a los empujones que la lectura gire alrededor del acuerdo con el FMI y la apuesta a contener el dólar, paso indispensable para bajar los niveles de incertidumbre de los mercados, como se repite, y de la sociedad en general. La evaluación sobre los pasos dados por el Gobierno, como se verá, será inevitablemente más amplia, sobre todo si se cumple el objetivo inicial de serenar las aguas: esa misma distensión pondrá el foco sobre otras cuestiones políticas y en particular, sobre las respuestas de muy corto y de mediano plazo en el frente social.

    Por supuesto, la velocidad del FMI para atender el caso argentino no está asociada sólo a la capacidad de negociación de los funcionarios y a la política de apertura encarada por Macri desde que llegó al Gobierno. Gravitan fuertemente además condiciones internacionales, complejas y a veces contradictorias. El apoyo de Estados Unidos, determinante en la decisión del Fondo, puede verse de ese modo: atiende un problema que acumula deudas de arrastre –la desatención de la región en general, por ejemplo- y también los efectos de su política actual, en particular los temblores que generan la disputa con China y los roces con sus socios europeos.

    Nicolas Dujovne y Christine Lagarde en Nueva York
    Nicolas Dujovne y Christine Lagarde en Nueva York

    El argumento más repetido, incluso en medios oficialistas –y en espejo, con sentido condenatorio en filas kirchneristas y franjas de izquierda-, presenta tal respaldo de Washington como una medida tendiente sólo a garantizar la estabilidad de Macri como si fuera un faro frente a los ensayos populistas en la región. Parece una lectura al menos insuficiente. Estados Unidos, y el Fondo, evalúan además y quizás de manera prioritaria los efectos más amplios y de contagio que podría provocar una crisis descontrolada de Argentina en un escenario que exhibe síntomas o alertas de inestabilidad, sobre todo en países emergentes.

    No es ese un dato menor si se lo anota además como condicionante externo. El Gobierno suma su propio listado de diagnósticos y medidas con impacto negativo, y eso señala al mismo tiempo que no hay demasiado margen para los errores.

    Es también visto desde esa perspectiva una situación muy compleja la que enfrenta el Gobierno y la que expone en primera línea a Dujovne. Todo lo que de alguna manera lo fortalece –su papel para cerrar el acuerdo con el FMI, su afirmación en el gabinete- es a su vez lo que lo pone a prueba, casi en blanco y negro. Así suelen ser las evaluaciones en clave argentina.

  • Martín Lousteau: «Las alianzas de Rodríguez Larreta son muy amplias, la concepción de un PRO más cerrado es la de Marcos Peña»

    Martín Lousteau: «Las alianzas de Rodríguez Larreta son muy amplias, la concepción de un PRO más cerrado es la de Marcos Peña»

    Martín Lousteau está recién llegado de Europa. Habla con entusiasmo del encuentro que compartió en el Vaticano con el papa Francisco y Bono, el líder de U2. No oculta su preocupación por la economía y dice que se comunica seguido con Mauricio Macri. Mide las respuestas: a veces suena como un oficialista crítico y otras como un duro opositor. También se anima a marcar diferencias en público entre dos de los principales referentes de Cambiemos, Horacio Rodríguez Larreta y Marcos Peña.

    -¿Cómo surgió el encuentro con el papa Francisco y Bono?

    -Hace unos tres años llevé a Irlanda una idea con un diagnóstico del capitalismo global que le interesó a Bono. Y él me comentó que le interesaba tener un encuentro con el papa Francisco por un tema de la educación de ciento cincuenta mujeres jóvenes que no van a la escuela en África. Y bueno, empezamos a gestar el encuentro y fuimos con esa agenda. Creo que hubo una comunión muy importante entre los dos y el fruto se va a ver con los meses.

    El papa Francisco, Bono y Lousteau, la semana pasada en el Vaticano
    El papa Francisco, Bono y Lousteau, la semana pasada en el Vaticano

    -¿Hubo espacio en la reunión para que el papa Francisco dijera cómo ve a la  Argentina?

    — No, no era una reunión para eso. Era para trabajar por la educación en pos de una menor desigualdad con una entidad a la que el papa le tiene mucho aprecio, que es Scholas, y cómo se puede incorporar la tarea que hace la fundación de Bono que se llama One.

    – ¿Y cómo ve usted a la Argentina? ¿Cómo observa la situación económica? 

    — Bueno, yo creo que cada día se ve la fragilidad en la que está inmersa la Argentina. Creo que es una fragilidad que se empieza a manifestar ahora pero que viene de hace mucho. Diría que lo que le ha pasado a la Argentina es que los inversores extranjeros, pero también los argentinos, hemos perdido la confianza en nuestra clase política, nuestra clase dirigente, en que puedan resolver los problemas que la Argentina arrastra desde hace un montón. Si se quiere, ese diagnóstico estaba tapado por diversas cuestiones… Porque salías de un régimen populista de doce años. Porque resolvías la situación de los holdouts. Porque salías del cepo. Porque las tasas de interés eran bajas y el mundo parecía apacible. Sin embargo no se discutió nada de la cuestión de fondo, nada de lo que tiene que resolver la política. Y cuando el mundo se volvió un poquito más complejo, cuando el agua bajó…

    — Ahí nos dimos cuenta de que estábamos desnudos…

    — Así es. Y eso se manifestó primero en el tipo de cambio. Ahí creo que se cometieron errores de diagnóstico de cuál era el tipo de cambio que necesitaba Argentina en este contexto. Y eso llevó a perder muchas reservas. Y eso te llevó al Fondo que, como dijo una vez (Alfonso) Prat Gay, es como pedirle dinero prestado a tu suegro. Y después los errores propios hicieron que otra vez fuéramos noticia por los cambios de funcionarios, por las renuncias recientes, por tener que modificar un acuerdo que se había firmado hace poco, por incumplirlo en la primera revisión… También creo que este nuevo acuerdo está condicionado por los errores pasados. Si no demostrás solvencia técnica o seniority con medidas que van en la dirección correcta y que van resolviendo el problema, el que te presta plata te empieza a imponer más condiciones. Yo creo que en esa situación estamos hoy.

     Si no demostrás solvencia para ir resolviendo el problema, el que te presta plata te empieza a imponer más condiciones

    — Confianza ha sido una de las palabras más usadas por el gobierno en el último tiempo. ¿Cómo se recupera? ¿Cómo se sale de la situación actual?

    — Yo no creo que en esta situación actual tengas una medida concreta que te resuelva la confianza porque, insisto, es una desconfianza acumulada en nuestra clase política. Yo lo que noto en la gente no es solamente preocupación por la situación económica, noto una suerte de decepción, frustración, escepticismo… Es decir, es casi un enojo para con nosotros mismos en nuestra calidad de argentinos. Entonces yo no creo que si el déficit en lugar de ser 0 es 0,1 o con un superávit haya motivos para ser más optimista. O que si la inflación del mes siguiente en lugar de ser 5 fuera 4 nos pondría más optimistas. Si yo viera a la clase política teniendo la capacidad de discutir un diagnóstico concreto sobre lo que le viene pasando a la Argentina hace mucho tiempo sí me volvería optimista. ¿Qué quiere decir esto? Argentina en todo el mandato del presidente Macri no va a haber crecido. De hecho cuando termine va a haber caído el ingreso por habitante. El ingreso por habitante en Argentina no crece desde el año 2008. En 20 años crecimos la cuarta parte de lo que creció Chile, la tercera parte de lo que creció Uruguay. Entonces Argentina hace mucho que no puede encender los motores de crecimiento y esto en lugar de motivar una reflexión más profunda de la clase política lleva a eslóganes de que nuestros problemas se resuelven con crecimiento. Sí claro, todos los problemas se resuelven con crecimiento, la pregunta es por qué no estamos pudiendo crecer. En la Argentina tenemos problemas repetidos, como en la película El día de la marmota. Te despertás y es siempre el mismo día, es el día de la crisis. Yo creo que diagnosticamos muy livianamente y perdemos la oportunidad de entender por qué nuestros problemas se repiten. Y los espacios políticos tienden a cerrarse en lugar de abrirse.

    Martín Lousteau en la redacción de Infobae
    Martín Lousteau en la redacción de Infobae

    -¿La carrera entre los sueldos y la inflación no explica gran parte de ese pesimismo?

    — Sí, pero me da la sensación de que el pesimismo es algo más profundo. La manifestación, el detonante del pesimismo es otra vez sopa, otra vez un problema que ya vimos. Yo siento que los argentinos sentimos, con cierto grado de realismo, que no estamos siendo capaces de resolver ninguno de los problemas viejos que teníamos y, por ende, enfrentar desafíos nuevos. 

    — Eso explicaría la caída de la imagen de Mauricio Macri, ¿pero también un enojo con la clase política en general?

    — Sí, de descreimiento generalizado. Con la clase política y la clase dirigencial pero también con todos los argentinos. Es esto de no podemos salir nunca de donde estamos. Estamos condenados a esto, a repetir el mismo ciclo todo el tiempo. Los argentinos tenemos una vinculación muy especial con el dólar. ¿Por qué? Porque la Argentina ha tenido tantas crisis a lo largo del tiempo que el dólar es la garrocha que te permite saltar la grieta que se abre con el cataclismo. El dólar genera en la Argentina inflación posterior, entonces los argentinos nos asustamos por anticipado porque esta película ya la hemos vivido. Hay que ser muy consciente como clase política al tomar decisiones de que esto es lo que está pasando. La suba de precios no terminó de llegar, la suba de tarifas no terminó de llegar, el parate y la recesión no terminaron de llegar. Entonces la verdad que tenemos que volver a adquirir una sensibilidad muy especial para poder lidiar con este escepticismo generalizado y justificado que tienen los argentinos si es que vamos a ser capaces de resolver la cuestión y de sentar bases para que estas cosas no vuelvan a ocurrir mañana.

    Lousteau durante el último encuentro con Bono en Roma
    Lousteau durante el último encuentro con Bono en Roma

    — A principios de septiembre, en ese fin de semana de reuniones frenéticas, ¿volvió a la Quinta de Olivos?

    — ¿En septiembre? Yo lo veo regularmente al Presidente cuando creo que tengo algo con lo que puedo contribuir. Pero ese fin de semana no fui a Olivos. Y lo que conversé en su momento con el gobierno me lo guardo.

    — ¿No tuvo una propuesta concreta para sumarse al gabinete?

    — Prefiero no comentar esas cosas.

    — ¿Volvería a integrar el gabinete?

    — Yo no he sido parte del gabinete.

    — Bueno, fue embajador en Estados Unidos…

    — Sí, es una tarea muy distinta al gabinete, es representar a todo un país en el exterior en una revinculación con Estados Unidos. Pero no he sido parte del gabinete. Yo he hecho públicas mis diferencias en materia de diagnóstico económico, de medidas concretas con las tarifas, con el sistema previsional. Yo creo que Cambiemos lo que necesita es ampliarse en su diagnóstico, el diagnóstico hasta ahora no ha funcionado muy bien. Yo estoy siempre dispuesto a aportar lo que mi equipo ve en distintas áreas pero particularmente en la economía y cómo se podrían resolver los problemas de otra manera. La vocación esa la tenemos siempre. Ahora, eso no es ingresar a un gabinete. A veces la mejor manera de colaborar, la mejor manera de contribuir con un amigo que te parece que se está equivocando en las decisiones que toma es decírselo.

    Lousteau junto a Bono, David Mc Williams, Jamie Drummond y Gayle Smith en una reunión para analizar los proyectos para luchar contra la pobreza, mejorar el acceso a la educación de los sectores vulnerables y la protección del medio ambiente
    Lousteau junto a Bono, David Mc Williams, Jamie Drummond y Gayle Smith en una reunión para analizar los proyectos para luchar contra la pobreza, mejorar el acceso a la educación de los sectores vulnerables y la protección del medio ambiente

    — ¿Pero si ese amigo le pidiera que se sume? ¿Aceptaría?

    — Yo estoy siempre dispuesto a contribuir con el país si es que entiendo que la manera en que a uno lo convocan es la adecuada. ¿Qué quiere decir esto? ¿El diagnóstico está cambiando? ¿Cambiemos se amplía? Yo competí contra Cambiemos y existe la intención de los partidos políticos que conforman Cambiemos ahora en la Ciudad de Buenos Aires de conformar eventualmente Cambiemos. Pero esto requiere reglas, requiere aceptar las diferencias, requiere aceptar que es una coalición, requiere por ende compartir diagnósticos, requiere recalibrar las sensibilidades que cada uno de nosotros tiene con distintas cuestiones. Nosotros somos un espacio político que tiene especial apego por crear una economía que tenga sensibilidad, un Estado que vuelva a ser eficaz, que vuelva a resolver temas prioritarios como la educación pública, la salud pública, que aborde la inseguridad de otra manera. La pregunta es ¿cuándo se conforma un gabinete de una coalición, estas diferencias se tienen en cuenta? ¿Este es el trabajo que ocurriría? Entonces yo siempre estoy dispuesto a colaborar. Si lo que me piden es incorporarme a un lugar con el cual discrepo en el diagnóstico, la respuesta es no.

    — ¿Pero si se dieran esos cambios estaría dispuesto a integrar el gabinete?

    — Si Cambiemos entiende que es más de lo que es hoy, que hay muchos de nosotros que pensamos distinto, que hemos dicho en su momento que nos parece que Cambiemos debería ser un instrumento definitivo de la política argentina. Pero no es lo que está ocurriendo hoy día.

    — ¿Y no se lo planteó al Presidente las últimas veces que hablaron?

    — No, cuando yo hablo con el Presidente en general hablamos de como ya hace mucho vengo transmitiéndole un diagnóstico distinto del que le transmiten sus funcionarios de la economía.

     Con el Presidente hablamos de como ya hace mucho vengo transmitiéndole un diagnóstico distinto del que le transmiten sus funcionarios de la economía

    — ¿Ya definió dónde y por qué espacio será candidato el año que viene?

    — No, como ya dije en la Ciudad de Buenos Aires se creó y se firmó un acuerdo con la intención de crear Cambiemos si se dan las condiciones de respetar las identidades de cada uno y la competencia franca con identidades distintas. Eso es lo que existe hoy en la Ciudad de Buenos Aires, es la intención de constituir Cambiemos.

    — Eso permitiría, por ejemplo, una interna entre usted y Rodríguez Larreta…

    — Eso permitiría un montón de internas y permitiría visiones distintas y enriquecer a Cambiemos. Cambiemos tiene que tener la vocación verdadera de ampliarse. Porque muchas veces, espasmódicamente, cuando hay crisis se convoca a distintos actores a una mesa política, a acercar el diagnóstico, e inclusive se ofrecen cargos…

    — Pero cuando se sale de la urgencia…

    — Apenas se sale de la urgencia esa convocatoria más amplia no existe. Yo creo que si Cambiemos se instala como un actor definitivo de la política argentina que puede ganar elecciones, que puede reelegir, eso va a hacer que el peronismo tenga que ser mejor y deba tener una propuesta concreta y no solo esperar que ocurra una crisis. Eso haría que el sistema funcione distinto. Ahora, para eso Cambiemos se tiene que ampliar. Para eso Cambiemos tiene que ser más sólido, tiene que tener visiones distintas. Para eso la gente tiene que poder elegir qué visión de Cambiemos va a liderar la próxima etapa.

    — ¿El encuentro de Parque Norte de este viernes de las fuerzas que integran Cambiemos no hubiera sido una buena oportunidad para discutir eso?

    — No parece que haya voluntad de dar esos debates todavía en Cambiemos, yo no lo veo. Me parece que de vez en cuando los fuerza la realidad, los puede forzar las elecciones o la intención de voto que tengan otras personas potencialmente de ese espacio pero evidentemente no está incentivado por el PRO. El PRO no es un partido que se caracterice por su apertura en la concepción de la sociedad, en la concepción de la economía, en la concepción del Estado.

    — ¿La otra opción sería competir por afuera de Cambiemos en la elección porteña?

    — Nosotros lo que vamos a hacer es defender siempre las mismas cosas que estuvimos defendiendo. Como yo creo que Cambiemos puede tener un rol definitivo en la política argentina, ojalá tenga la apertura necesaria para incorporar a todos aquellos que no quieren volver al pasado pero que tienen una visión distinta del manejo del Estado, del estándar ético, del manejo de la economía, del manejo de la Argentina. Yo quisiera ver eso.

    — ¿Le parece que Macri y Marcos Peña piensan igual que Rodríguez Larreta en ese punto o tienen diferencias marcadas?

    — No, me parece que tienen diferencias.

    — Usted se siente más cómodo con un pensamiento parecido al de Larreta…

    — Yo lo veo a Larreta más pragmático. Sus alianzas en la Ciudad de Buenos Aires han sido muy amplias.

    — ¿Y el menos pragmático sería Macri o Peña?

    — Me cuesta pensar cuál es el menos pragmático. Me parece que el Presidente está a cargo de algo extremadamente complejo y usa todos los instrumentos que tiene a disposición. La concepción de un PRO más cerrado la ha manifestado varias veces Marcos Peña.

    — Peña sería el ideólogo del Cambiemos más cerrado.

    — Por lo menos es el representante o el ideólogo de lo que es hoy el PRO.

    – O Cambiemos.

    — Sí, sí, Cambiemos. Lo que pasa es que ahí yo tengo una diferencia muy grande con ciertas posturas radicales. Yo creo que los lugares no se reclaman ¿sí? Y que las medidas o las visiones distintas no se piden, uno las tiene que crear, las tiene que comunicar a la sociedad y tiene que ganarse un mandato para eso. Entonces los lugares uno se los gana por capacidad técnica; por la potencia de la voz, como es el caso de Carrió; o por los votos. Entonces lo que necesita el radicalismo y lo que necesitan otros actores que se sienten incómodos con ciertas tendencias del PRO en el manejo de la cosa pública es enhebrar una visión y ser capaces de comunicarle esa visión a la sociedad y mostrar que pueden gestionar esa visión. Eso le daría, si la sociedad lo avala y le da mandato, la posibilidad de reequilibrar una coalición o inclusive de liderar una coalición. Pero para eso primero hay que tener una visión, sin visión y sin diagnóstico el reclamo de los lugares es una queja, no es otra cosa.

    — ¿Qué opina de la foto del otro día entre Massa, Urtubey, Schiaretti y Pichetto?

    — Me parece que es una foto interesante. Después veremos cómo es la táctica electoral, pero dicen ‘al pasado no queremos volver, con el pasado queremos competir’. Y está mostrando un peronismo que tiene una amplitud. Y yo creo que Cambiemos tiene que tener también esos mismos grados de amplitud de decir adentro de este espacio hay gente que piensa distinto.

     La foto de Massa, Urtubey, Schiaretti y Pichetto me parece interesante. Está mostrando un peronismo que dice que no quiere volver al pasado

    — ¿Pero se imagina sentado a una mesa con esos cuatro dirigentes por ejemplo?

    — Yo pertenezco a otro espacio, yo pertenezco a otro espacio.

    — Bueno, pero estamos hablando de la amplitud y de la confluencia de distintos espacios.

    — Yo me imagino sentándome en una mesa con todos. ¿Por qué digo esto? Porque hoy en la Argentina está de moda decir tal se sentó con tal y casi manifestarlo como si fuera una denuncia. Yo creo que los dirigentes políticos estamos obligados a hablar los unos con los otros. Obligados hasta para entender en qué cosas no nos vamos a poner de acuerdo. Ahora, la pertenencia al espacio político es una cuestión distinta, yo estoy en otro ámbito. Tengo una excelente relación con muchos de esa mesa. Pero eso no implica que estemos en el mismo espacio político, estamos en espacios políticos distintos.

    —¿Qué es lo que más extraña de la embajada en Estados Unidos? ¿O me va a decir que no extraña nada?

    — Sí, extraño la embajada. Primero Washington es una ciudad muy verde. Muy apacible, muy llana, muy chata y con un tránsito mucho más moderado que Buenos Aires. Y más allá de las responsabilidades que a uno le tocan como embajador, que son importantes, la verdad es que los argentinos vivimos bombardeados de problemas, de angustias. Y vivimos en un entorno que es bastante hostil. Y eso hace que uno además de lidiar con su trabajo lidie con otro montón de urgencias y angustias. La vida afuera es una vida más apacible. Hay días en que pierdo tiempo para ver a mi hijo o llego a mi casa y mi disposición mental no es la misma después de haber sido bombardeado por las noticias que todos tenemos. Extraño un poco lo tranquilo de la vida que teníamos en Washington. Y otra cosa que sí extraño por las características de nuestra familia, ya que mi mujer también es muy conocida, es que nosotros en Washington éramos anónimos. Entonces podíamos caminar por la calle con nuestro hijo de la mano, ir a un parque público… Lo hacemos acá, pero no es igual porque uno se siente observado.

    La carta de Bono: “Martín, economista, embajador, diputado, pensador poético, traductor, amigo…gracias por tu guía en este viaje para ser y traer dignidad a un mundo más grande…la campaña de One y yo valoramos el tiempo sustraído a la familia (especialmente Gaspar). Gracias nuevamente por unos días mágicos aquí en Roma. Bendiciones”.
    La carta de Bono: “Martín, economista, embajador, diputado, pensador poético, traductor, amigo…gracias por tu guía en este viaje para ser y traer dignidad a un mundo más grande…la campaña de One y yo valoramos el tiempo sustraído a la familia (especialmente Gaspar). Gracias nuevamente por unos días mágicos aquí en Roma. Bendiciones”.

    — ¿Qué posibilidades cree que tiene hoy Macri de lograr la reelección el año que viene?

    — No sé, es muy difícil. La verdad que estamos viviendo un momento de tanta volatilidad que es muy difícil. Lo primero que es difícil es pensar quiénes van a ser los candidatos el año que viene.

    — ¿Pero cree que tiene una posibilidad alta o baja?

    — Yo creo que está en el medio. ¿Por qué? Porque la verdad que lo que vemos es esto que manifestaba recién, que hay un escepticismo generalizado, una decepción, un descreimiento para con todos. Entonces en la medida en que no haya una alternativa distinta, en que no haya una recreación de esa confianza, del optimismo y de las posibilidades que tenemos los argentinos para hacer cosas, la gente va a elegir entre lo que existe. Y también ve que el pasado es un pasado al que no quiere volver. Entonces a pesar de que cuando analice el mandato del presidente Macri no vamos a haber crecido, la inflación va a ser la misma o más alta, la pobreza va a ser la misma o más alta, la deuda va a ser mucho más alta, o sea que uno no va a poder mostrar una gestión que amerite pensar en un futuro mucho mejor mañana, también creo que la gente dice… ¿Qué hay del otro lado?  ¿Cristina? ¿O cuatro referentes del peronismo que se juntaron? ¿Y qué van a proponer exactamente? Porque vuelvo otra vez con lo mismo: no es un tema de figuras, es un tema de cuál es la épica, cuál es el lugar al que la sociedad argentina quiere volver, cuál es el lugar al que la sociedad argentina piensa que realmente podría volver si quisiera.

    Lousteau el viernes en los estudios de Infobae
    Lousteau el viernes en los estudios de Infobae

    — Las dos últimas: ¿Cree que Cristina Kirchner tiene alguna chance de volver a ser presidenta?

    — Yo creo que no. Creo que Cristina es el pasado y las sociedades no vuelven para atrás.

    — Y en esto de tratar de pronosticar el futuro, ¿se animaría a decir a cuánto cree que estará el dólar a fin de año?

    — No. No porque estamos viviendo un momento de mucha volatilidad y muchas dudas. Un momento en el cual todo el mundo ha perdido confianza en lo que los argentinos deberíamos ser capaces de hacer. Y entonces esa desconfianza se retroalimenta. Yo tenía un diagnóstico de que el dólar tenía que tener el valor que tiene hoy cuando valía 20. Entonces yo digo éste es un valor con el que la Argentina es competitiva. Argentina es cara para los argentinos porque están perdiendo poder adquisitivo producto de la inflación, pero dejó de ser cara para el resto del mundo. Lo vemos en los chilenos viniendo para acá, en cómo empieza a cambiar de a poco la balanza turística. ¿Pero alguien hubiera podido pronosticar a pesar del atraso cambiario que la devaluación iba a ser 100% en nueve meses? No, porque estas cosas se retroalimentan con la confianza. Las cosas como el dólar solo reflejan eso, reflejan la intranquilidad.

  • Uno de los secretarios de los Kirchner pidió declarar como arrepentido en la causa de los cuadernos

    Uno de los secretarios de los Kirchner pidió declarar como arrepentido en la causa de los cuadernos

    Fabián Gutiérrez, ex secretario privado de los Kirchner, declaraba esta tarde ante el fiscal Carlos Stornelli para negociar convertirse en un nuevo imputado-colaborador en la causa de los cuadernos de las coimas.

    Según revelaron a Infobae fuentes judiciales, apenas llegó a tribunales de Comodoro Py procedente del sur del país, donde había sido detenido, Gutiérrez pidió ser traslado al quinto piso para hablar ante los fiscales Stornelli y Carlos Rívolo. Lo acompañaba su abogado defensor Martín Magram.

    Gutiérrez quedó preso el 26 de septiembre en Santa Cruz, a raíz de las declaraciones como arrepentido del ex secretario de Obras Públicas del kirchnerismo, José López. Este lo señaló como la persona que le entregó los USD 9 millones que llevó al convento de General Rodríguez.

    José López involucró a Gutiérrez (foto CIJ)
    José López involucró a Gutiérrez (foto CIJ)

    López además aseguró estar convencido de que ese dinero era de la ex presidente Cristina Kirchner.

    Según recordó, ya fallecido Néstor Kirchner en 2010, pero antes de la muerte de Daniel Muñoz, Gutiérrez lo llamó en 2016 para reunirse con él.

    Se encontraron en el Hotel NH Buenos Aires City, dijo López. Allí Gutiérrez le dijo que debía cambiar de lugar un dinero, cuyo monto no le indicó. López dijo que pensó en llevar esa plata al convento de monjas de General Rodríguez, donde solía concurrir con su mujer y adonde iban Julio De Vido y Alicia Kirchner, entre otros.

    Ayer, por orden del juez Bonadio, fueron detenidos en Santa Cruz Julio Álvarez y Víctor Fabián Gutiérrez, dos ex secretarios privados de la ex presidente Cristina Kirchner. En la misma jornada, Bonadio concedió las apelaciones de la mayoría de los procesados, entre ellos la ex mandataria, y también les tomó declaración indagatoria a Eduardo «Wado» De Pedro y a José Ottavis, quienes negaron haber participado en la cadena de recaudaciones ilegales.

    José Ottavis ayer en Comodoro Py
    José Ottavis ayer en Comodoro Py

    Bonadio también dispuso las detenciones de Raúl Copetti, señalado recaudador de los Kirchner, Roberto Sosa y Ricardo Barreiro, este último «jardinero» de la familia.

    En la causa, consta la declaración del piloto del avión presidencial de los Kirchner, Sergio «Potro» Velásquez, quien aseguró que Daniel Muñoz,ex secretario de Néstor Kirchner ya fallecido, llevó valijas con dinero al Sur en el avión presidencial, que luego volvían vacías a Buenos Aires.

    «Las personas que solían esperar a Kirchner y a Muñoz en Río Gallegos eran Roberto Sosa, Daniel Álvarez y otro señor de apellido Copeti. En El Calafate por lo general la persona que los esperaba era Ricardo Barreiro, a quien los medios apodaron ‘el jardinero’. En esos viajes aterrizábamos en Río Gallegos, estacionábamos en la plataforma principal al principio y luego se pasó a estacionar en el último hangar perteneciente a la Fuerza Aérea. Ni bien aterrizábamos, se acercaban automóviles y camionetas, cargaban las valijas que traía Muñoz, y se retiraban rápidamente del lugar junto con Muñoz», dijo el piloto.

    Por otra parte, Bonadio dictó el procesamiento del ex director del Ente Binacional Yacyretá, Oscar Thomas, por el delito de «asociación ilícita». Sobre Thomas, quien estuvo más de un mes prófugo en la causa de los cuadernos antes de ser apresado, el magistrado impuso un embargo de 4.000 millones de pesos

  • Mauricio Macri: Me voy a quedar hasta el final

    Mauricio Macri: Me voy a quedar hasta el final

    «Voy a seguir hasta el final con ustedes. Vamos a poner el país en marcha. Sigamos trabajando porque por este camino veremos los resultados». El presidente Mauricio Macri habló esta mañana con una radio de Santiago del Estero y trató de mostrar su optimismo sobre el futuro de la Argentina.

    «Siempre soy optimista. Estoy acá porque creo que tenemos un gran futuro por delante y confío en todos los santiagueños y los argentinos en lo que podemos llegar a hacer trabajando juntos. Yo soy de los que creen que cada dificultad que estamos pasando nos fortalece», remarcó el jefe de Estado.

    «Todavía tenemos unos meses duros por delante, pero claramente vamos a poner el país en marcha«, auguró en declaraciones a Radio Huna, en las que Macri además hizo foco en su compromiso con la Argentina: «Me tomo este trabajo con una enorme responsabilidad y amor porque realmente es lo que siento por el país y por ustedes».

    Además, sobre el momento actual, consideró: «Somos más fuertes que hace dos años porque hemos ido aceptando la verdad, no escuchando los cantitos de sirena que dicen que todo es fácil, que no hay que hacer ningún esfuerzo».

    De todos modos admitió que hoy «se ha puesto el viento muy en contra», aunque aclaró que gran parte tuvo que ver con la cantidad de cosas que fueron pasando en el mundo y en la Argentina.

    «Pero a pesar de eso, siento como nunca, y el mundo se da cuenta como nunca, que hay una decisión de los argentinos de salir adelante, de que esto lo vamos a pasar sin buscar atajos, sin volver al engaño y sin incumplir con los compromisos», apuntó en la entrevista radial.

    Finalmente reiteró que el Fondo Monetario Internacional le está brindando a la Argentina  un apoyo «inédito en tiempo, en condiciones y en cantidad de dinero» para permitir que el país cuente con los plazos necesarios para alcanzar el equilibrio.