El equipo del ministro de Economía, Luis Caputo, evalúa la posibilidad de que los próximos incrementos en las tarifas de electricidad y gas natural sean más leves. Esta medida, que busca contribuir a la desaceleración de la inflación, estaría respaldada por los importantes ajustes que ya han experimentado los hogares, comercios e industrias en lo que va del año.
Sin embargo, los aumentos más fuertes pendientes se concentran en los combustibles y en los servicios de transporte público en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). En este sentido, fuentes oficiales consultadas por Infobae señalaron que el gobierno analiza el mejor momento para implementar estas subas, con la posibilidad de que se efectúen en octubre.
Prioridad en la desaceleración de la inflación
La estrategia del ministro Caputo está centrada en mantener la desaceleración de la inflación, apoyándose en una política de ajuste fiscal. Durante una reciente presentación del vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning, ante el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), se destacó que se prevé que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de agosto será del 3,9%, mientras que en septiembre podría ser del 3,5%, en línea con las proyecciones oficiales.
A pesar de que tanto en agosto como en septiembre se aplicaron incrementos en los servicios públicos y combustibles, estos ajustes fueron cuidadosamente calculados para minimizar su impacto en la inflación y en la opinión pública. De hecho, una oficina en la Casa Rosada ha estado monitoreando el impacto de estos aumentos en la percepción social y política.
Subsidios y coberturas en energía
El gobierno proyecta que, para finales de este año, los usuarios cubran el 81% del costo de la energía eléctrica, quedando el 19% restante financiado a través de subsidios. Actualmente, esa cobertura alcanza el 63%, lo que representa un avance significativo respecto al 48% registrado a finales de 2023, tras el congelamiento de tarifas durante la administración anterior.
Aumentos en combustibles y transporte
En cuanto a los combustibles, la situación es compleja. Desde que Javier Milei asumió la presidencia, los precios de la nafta y el gasoil han aumentado un 160% en promedio, impulsados por la liberalización de precios y la actualización del impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL). No obstante, el gobierno ha optado por suavizar el ritmo de estas subas. En septiembre, al igual que en meses anteriores, se postergó el ajuste previsto en el ICL para evitar un mayor impacto en la inflación.
El caso del transporte público en el AMBA es similar. A mediados de agosto se autorizó un aumento del 37,5% en el boleto de colectivo, y el 16 de septiembre entrará en vigor un incremento del 40% en las tarifas de trenes. Aún quedan pendientes subas adicionales para ambos servicios, que podrían implementarse en octubre o noviembre.
Por último, el 1 de septiembre se aplicó un aumento del 4,48% en las tarifas de agua y cloacas en el AMBA, que continuará ajustándose mensualmente de acuerdo con un coeficiente que combina salarios y la inflación mayorista y minorista.
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