Un reciente informe de Unicef ha puesto en evidencia una alarmante realidad en Argentina: cada noche, un millón de niñas y niños se van a dormir sin haber cenado debido a la falta de recursos económicos en sus hogares. Este dato es parte de la Octava Encuesta Rápida de Unicef, que también revela que un total de 1,5 millones de menores en el país se ven obligados a omitir alguna comida a lo largo del día.
La crisis económica y la pobreza creciente son las principales causas de esta situación. Según el informe, en un 48% de los hogares con niños los ingresos no son suficientes para cubrir las necesidades básicas, lo que lleva a muchas familias a endeudarse o a recurrir a estrategias de supervivencia, como reducir la compra de alimentos esenciales. Esta privación alimentaria afecta especialmente a los hogares con jefatura femenina y a aquellos ubicados en barrios populares.
Además, el estudio subraya que no solo los niños se ven afectados. En muchos casos, los adultos en estos hogares también omiten comidas para priorizar la alimentación de los menores, lo que agrava la precariedad en la que viven estas familias.
Unicef ha lanzado la campaña «El hambre no tiene final feliz» para sensibilizar a la sociedad sobre esta problemática y fomentar donaciones que ayuden a mitigar el impacto del hambre en la infancia argentina (unidiversidad.com) (Radio Mitre).
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