Federico Benvenuto, de 33 años, salió el martes de la cárcel de Marcos Paz. Su tiempo fuera de las celdas, sin embargo, fue efímero. El miércoles por la tarde, la Policía de la Ciudad lo encontró robando un comercio de Almagro y lo detuvo.
Minutos más tarde, dos efectivos de la fuerza porteña que circulaban por la zona observaron al delincuente correr entre los peatones, dándoles empujones, lo cual les llamó la atención. Los oficiales lo persiguieron y lo alcanzaron en la intersección de las calles Yatay y Lezica.
La sorpresa llegó al momento de identificarlo: los oficiales encontraron en uno de sus bolsillos un oficio donde figuraba que ayer había sido liberado de la cárcel de Marcos Paz por el Tribunal de Casación.
Al consultarle por esto, Benvenuto increpó a los uniformados y, según relató el parte policial difundido en los medios, aseguró que le habían dado la libertad para evitar la propagación de la pandemia del COVID-19. A su vez, mientras era arrestado, el detenido gritó de forma irónica: “Qué me importa que me lleven preso, ayer (por el martes) salí del penal de Marcos Paz por el coronavirus. Llevame, igual mañana (por el jueves) me voy de nuevo”.
Esta mañana, el secretario de Seguridad de la Ciudad sumó un ingrediente polémico al caso. En septiembre del año pasado, Benvenuto había agredido al juez que intentaba tomarle declaración. Infobae accedió a las imágenes del ataque, donde se puede ver cómo el delincuente patea una silla que de milagro no impactó en el rostro del magistrado.
“¿Si le hago sacar las esposas, usted se va a quedar quieto en su asiento?”, se escucha preguntar al magistrado. “Y si me tengo que quedar quieto, me voy a quedar quieto”, responde, desafiante, Benvenuto, segundos antes de patear una silla blanca que tenía a su alcance con el objetivo de golpear al juez.
“Te voy a matar, gato, ¿qué te pensás? Estás en mi casa, atrevido”, amenaza y repite el delincuente antes de que concluya el acto procesal y de que vuelen otros asientos por el aire.
El ataque se produjo en el Juzgado Nacional en lo Criminal 61, a cargo del juez Luis Alberto Schelgel, quien interviene en un expediente por tentativa de robo donde Benvenuto está imputado.
“Esta persona, en septiembre del año pasado, le pateó el escritorio a un juez que le estaba tomando declaración. Amenazó de muerte al juez frente a la custodia del Servicio Penitenciario. Y ahora Casación le dio libertad sin siquiera denunciar domicilio”, recordó D’Alessandro.
Esta mañana, la Policía de la Ciudad detuvo a otro preso que recientemente fue liberado. Estaba condenado por robo y violencia de género. Lo liberaron por la excusa del coronavirus. Volvió a su casa y golpeó a sus familiares. Quedó preso en una alcaidía de Capital Federal.
Este jueves a las 20 se realizará una cacerolazo nacional en rechazo de que los presos reciban el beneficio de la prisión domiciliaria bajo la excusa del coronavirus. La protesta fue convocada por redes sociales.
En las últimas horas, la adhesión al reclamo contra las excarcelaciones creció en Facebook, Twitter y Whatsapp y sumó el apoyo de familiares de víctimas de delitos graves, referentes del feminismo que se opusieron a la liberación de acusados por delitos sexuales, y dirigentes políticos oficialistas y opositores. Ayer, el descontento se adelantó a la convocatoria original y se pudieron escuchar cacerolazos en barrios de la Ciudad de Buenos Aires, Rosario y Córdoba.
El malestar quedó reflejado en la plataforma change.org, donde se disparó una iniciativa para solicitarle al Poder Judicial que desista de la idea de liberar reclusos. En poco más de dos días, la petición superó las 470 mil firmas, lo que la ubica en una de las solicitudes con mayor crecimiento del sitio.
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