El gobierno ucraniano ha comenzado la evacuación obligatoria de Dobropillia, ciudad ubicada a tan solo 15 kilómetros del frente, debido a la ofensiva rusa que se ha incrementado en las últimas semanas. Decenas de residentes, incluyendo familias y personas discapacitadas, han abordado autobuses con sus pertenencias esenciales, ante la constante amenaza de ataques con drones y bombardeos en la región cercana a Chásiv Yar.
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IMPACTO EMOCIONAL Y VOLATILIDAD
Liubov, una residente local, describió el impacto emocional de la salida forzada, mencionando que es duro vivir en un lugar y tener que dejarlo todo atrás. Denys Naumov, voluntario de Proliska, señaló la volatilidad de la situación, describiendo la constante escalada desde el 17 de julio y la evacuación diaria de personas, especialmente ancianos o con dificultades de movilidad, debido a la presencia de explosiones, fuego de artillería y la amenaza constante de ataques.
Chásiv Yar, considerada clave para la protección de varias ciudades, ha sido capturada según el Ministerio de Defensa ruso, pero fuentes militares ucranianas lo niegan, denunciando bombardeos continuos en el área. La captura supone un golpe estratégico para las defensas ucranianas en el óblast de Donetsk, ya que representa el ‘desmoronamiento’ de la línea defensiva en cierta dirección. Mientras tanto, el conflicto se mantiene estancado en el plano diplomático, con demandas y amenazas por parte de líderes internacionales.