El gobierno ucraniano ha dado inicio a la evacuación obligatoria de Dobropillia, una ciudad ubicada a tan solo 15 kilómetros de la línea del frente, debido a la ofensiva rusa que se ha intensificado en las últimas semanas. Decenas de residentes, incluyendo familias con niños y personas discapacitadas, han abordado autobuses con sus pertenencias esenciales, mientras la amenaza de ataques con drones y bombardeos continúa latente en la cercanía de Chásiv Yar.
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SITUACIÓN CRÍTICA
La evacuación de Dobropillia, una localidad de origen minero en la región oriental del país, se produce después de que las tropas rusas se aproximaran peligrosamente a la autoproclamada toma de Chásiv Yar por el Ministerio de Defensa ruso, una ciudad estratégica que servía de barrera defensiva para las fuerzas ucranianas. Según cifras de la misión humanitaria Proliska, más de 1.250 personas ya han sido evacuadas de Dobropillia y sus alrededores en las últimas dos semanas, incluyendo cerca de 260 con graves problemas de salud o movilidad.
IMPACTO EMOCIONAL
Liubov, residente local, relató el impacto emocional de la salida forzada en Dobropillia, expresando su pesar, incertidumbre y la dificultad de abandonar sus pertenencias. Por otro lado, el voluntario de Proliska, Denys Naumov, describe la volatilidad de la situación, señalando la presencia constante de explosiones, fuego de artillería y amenazas de ataques de drones y bombas guiadas, mientras el control sobre el área se torna incierto.
SITUACIÓN ESTRATÉGICA
La captura de Chásiv Yar ha representado un golpe estratégico para las defensas ucranianas en el óblast de Donetsk. El Ministerio de Defensa ruso confirmó la toma tras un año de intensa batalla, mientras fuentes militares ucranianas lo niegan y denuncian bombardeos continuos en el sector. Chásiv Yar, antes del conflicto, era considerado clave para la protección de las ciudades de Kostiantinivka, Kramatorsk y Sloviansk.
El conflicto se mantiene estancado en el plano diplomático. Trump ha exigido a Putin que retire sus tropas antes del martes próximo, bajo amenaza de endurecer sanciones, mientras el líder ruso continúa demandando que Ucrania ceda los territorios ocupados y renuncie a su integración en la OTAN, requisitos rechazados por Kiev y sus aliados occidentales.