La semana política en Argentina estuvo marcada por intensos debates y notorias dificultades en el Senado, donde el oficialismo enfrentó obstáculos significativos para avanzar con la Ley Bases y el paquete fiscal, elementos clave de la agenda de reforma del Estado impulsada por el gobierno de Javier Milei. Tras un trámite relativamente fluido en la Cámara de Diputados, la situación cambió drásticamente en el Senado, revelando tensiones tanto dentro del oficialismo como entre distintos bloques opositores.
Descontento y Descoordinación
El proceso legislativo se vio afectado por la falta de una estrategia coherente y una negociación efectiva por parte del Ejecutivo, especialmente en un ambiente que varios senadores describieron como menos «amigable» que la Cámara baja. La ausencia de «negociadores» del Ejecutivo en el Senado fue particularmente criticada, considerando que muchos senadores no responden directamente a los gobernadores de sus provincias, complicando aún más las dinámicas de poder y las alianzas políticas necesarias para asegurar la aprobación de la legislación.
Críticas desde las Propias Filas y la Oposición
Además del descontento manifiesto por parte de senadores del PRO y la UCR, que cuestionaron la forma en que sus colegas en Diputados manejaron temas sensibles como el blanqueo de capitales y el Régimen Impositivo para las Grandes Inversiones (RIGI), se sumó el «fuego amigo» dentro del propio bloque oficialista y críticas contundentes de Cambio Federal, liderado por el senador Romero. Las críticas se centraron en la falta de defensa adecuada de los proyectos durante las sesiones de comisión, donde los funcionarios gubernamentales no lograron convencer ni siquiera a sus aliados teóricos.
Escenario Complicado para el Oficialismo
El kirchnerismo, por su parte, parece estar en una posición cómoda, esperando capitalizar los errores del oficialismo. Se percibe que cualquier modificación sustancial en el Senado obligará a que los proyectos retornen a Diputados, retrasando o complicando aún más su aprobación final. Los senadores del kirchnerismo junto con otros bloques no alineados con el gobierno actual están en posición de forzar cambios significativos o incluso bloquear completamente la legislación.
La Semana Decisiva
Con una nueva sesión de comisión planificada para la próxima semana, el oficialismo se enfrenta a la urgente necesidad de «destrabar» las negociaciones y asegurar algún nivel de consenso que permita avanzar con los proyectos. La posibilidad de posponer la sesión al martes debido a problemas logísticos subraya la incertidumbre y la complejidad del contexto político actual.
En conclusión, el panorama en el Senado argentino es de incertidumbre y desafío para el oficialismo, que necesita recalibrar su estrategia y mejorar su capacidad de negociación para evitar una derrota legislativa que podría tener repercusiones significativas para la estabilidad del gobierno de Milei y su capacidad para implementar su agenda de reformas profundas del Estado.
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