El Parlamento de Nueva Gales del Sur aprobó hoy una ley para despenalizar la interrupción del embarazo, castigada con 10 años de cárcel desde hace 119 años. Un día antes, en el estado mexicano de Oaxaca, también se aprobó la interrupción libre del embarazo hasta las 12 semanas de gestación.
Tras un intenso e interminable debate, que demandó más de 70 horas, la mayoría de los miembros del legislativo regional votó a favor de la medida, que generó el rechazo de grupos religiosos y políticos conservadores, como el exprimer ministro Tony Abbott.
Alex Greenwich, el legislador del grupo independiente que impulsó la propuesta de ley, agradeció a sus compañeros el apoyo a esta «reforma histórica».
Además de eliminar el aborto como un delito de la Ley Criminal, la nueva norma permite a las mujeres la interrupción voluntaria del embarazo hasta las 22 semanas de gestación y practicada por un médico registrado.
En caso de querer cesar el embarazo a partir de ese período, la mujer deberá obtener el consentimiento de dos médicos.
El arzobispo de Sídney, Anthony Fischer, dijo en un comunicado que la nueva ley supone una «derrota para la humanidad» porque «representa una abdicación dramática de la responsabilidad de proteger a los miembros más vulnerables de nuestra comunidad».
Un gran paso en México
El Congreso de Oaxaca, una de las zonas más pobres y con mayor desigualdad social de México, aprobó el miércoles la despenalización del aborto. Por encima de los gritos de «¡asesinos, asesinos!», 24 diputados —de 41 en total— han manifestado su voto a favor de los derechos de las mujeres. Y el Estado se ha convertido en el segundo, después de Ciudad de México, en permitir la interrupción libre del embarazo hasta las 12 semanas de gestación. Los legisladores prevén que la medida entrará en vigor el próximo mes.
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