Un hombre de treinta y cinco años, Andrea Russo, perdió la vida tras arrojarse al motor de un avión de la aerolínea Volotea en el aeropuerto de Milán-Bérgamo. Los pasajeros del vuelo V73511, con destino a Asturias, vivieron momentos de máxima tensión al escuchar el suceso y recibir la advertencia: “¡No miren por las ventanas!”.#tragedia #Italia #Milán-Bérgamo
Andrea Russo, residente de Calcinate, llegó al aeropuerto sin boleto en su vehículo y, a pesar de la intervención policial, logró arrojarse al Airbus A319 de Volotea. Una pasajera española a bordo del avión relató los minutos de máxima tensión dentro de la cabina, mientras el piloto informaba sobre el “problema muy grave que involucraba a una persona”.
Russo tenía antecedentes de problemas con drogas y logró acceder a áreas restringidas del aeropuerto. La compañía Volotea confirmó el incidente y anunció que los pasajeros y tripulantes estaban a salvo, programando un nuevo vuelo. La tragedia, aunque excepcional, pone de manifiesto los riesgos existentes en entornos aeroportuarios, recordando incidentes similares ocurridos en otros países.