Una niña estadounidense de 10 años falleció tras sufrir un presunto paro cardíaco durante una visita familiar al Palacio de Versalles, en Francia, en medio de una ola de calor. #Tragedia #Versalles #olaDeCalor
INVESTIGACIÓN EN CURSO
El incidente ocurrió en un patio del recinto histórico, marcado por temperaturas extremas. A pesar de recibir atención médica rápida, incluida la intervención de los bomberos y el Servicio Móvil de Urgencia y Reanimación (SMUR) de Versalles, los intentos de reanimación resultaron infructuosos.
La ministra francesa de la Transición Ecológica, Agnès Pannier-Runacher, calificó la situación como “nunca vista”, advirtiendo sobre temperaturas de hasta 41°C en distintas zonas del país durante la ola de calor.
Otras dos personas murieron ese mismo día en Francia por causas relacionadas con el calor, y más de 300 requirieron atención de emergencia. La situación también afectó a Italia y Bélgica, intensificando las alertas sobre los riesgos para personas vulnerables, especialmente en niños y ancianos.
La niña, diagnosticada con trastornos del espectro autista, seguía un tratamiento médico regular. Aunque no tenía un diagnóstico previo de afecciones cardíacas, se desconoce si las altas temperaturas influyeron en su fallecimiento.
Se ha abierto una investigación judicial para esclarecer las circunstancias del deceso. Las autoridades locales indicaron que se llevará a cabo una autopsia, dado que no se encontraron indicios sospechosos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que los golpes de calor constituyen la principal causa de muerte relacionada con el clima, especialmente en personas con enfermedades preexistentes. El impacto del calor en la salud humana es una preocupación creciente, con estudios que estiman un alto número de defunciones asociadas a episodios de calor extremo en Europa.