El pequeño Tomás le pidió a los Reyes Magos que le traigan el traje de San Martín. Ayer lo lució junto a los Granaderos en el Campo de la Gloria.
«¿Y ahora cuando vuelven?», le preguntó ayer cuando caía la noche Tomás Magnago a su papá Lucas en el momento en que la delegación de Granaderos a Caballos del General San Martín culminaba su presentación por la conmemoración del 206º aniversario del histórico combate. Es que el pequeño de tres años se convirtió en fanático del Padre de la Patria y quisiera que los desfiles ocurran cada fin de semana para lucir de nuevo el reluciente traje que le obsequiaron los Reyes Magos.
El fin de semana Tomás se llevó todas las miradas en los actos que se realizaron en San Lorenzo, su ciudad natal. Con ingenuidad y alegría se acercó primero a los integrantes de la Fanfarria «Alto Perú» para tomar fotos y cantar con ellos. «Tocaron la marcha de San Lorenzo y Tomy la sabe entera así que estaba encantado. Después el domingo a la mañana participamos del izamiento de la bandera en el Campo de la Gloria, hubo un acto en la plaza San Martín, y ahí fue el encuentro con los Granaderos», contó al diario La Capital de Rosario Lucas Magnago, el papá de Tomás.
«Esto empezó hace un par de meses cuando buscábamos videos de aventuras y espadas, entonces le mostré la marcha de San Lorenzo, le conté que San Martín usaba espada, y después encontramos videos de Zamba en Paka Paka, a su vez mi papá trabajó en el convento de San Carlos, y mi tío fue el párroco del museo», relató para explicar que no fue pura casualidad el encanto por San Martín sino más bien una tradición familiar. «De hecho ayer después del acto mi mamá me recordó que gané un ensayo literario en la primaria y tengo medallas de la Asociación Sanmartiniana», agregó.
Además Silvana, la mamá de Tomás, es profesora de historia: «Mi casa está llena de libros de historia, a los dos nos gusta mucho la historia así que solemos leer también junto a Lucas». Aunque haya que esperar un año para el despliegue multitudinario en el Campo de la Gloria, seguramente Tomás se las ingeniará para seguir usando el traje, imaginando historias y es más que seguro que será protagonista en los actos escolares.
«Le gusta San Martín y está todo el tiempo actuando, tiene un caballito de madera, y te pide que seas Cabral y lo salves. Como la mamá es siempre buena a ella no le pide que sea realista, pero a veces a mi me toca ser realista. Con la abuela juega a cruzar los Andes, colocan almohadones que simulan montañas y los traspasa», enumera risueño el papá.
Además, aclara que mientras juega con la familia Tomás no negocia ser San Martín aunque en la escuela si quiere a convencer a otros de las bondades del general. «Las seños se ríen porque los demás juegan a los superhéroes de Marvel y él quiere que sean San Martín pero por ahora no lo consigue». Le sobra pasión para transmitir su admiración y sumar seguidores del héroe más aclamado de la historia argentina.
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