Tensión en Mali: levantamiento militar y paradero desconocido de las autoridades políticas

En medio de un clima de confusión, incensantes rumores y creciente tensión, oficiales militares se levantaron hoy contra el Gobierno de Mali y, según anunciaron, lo derrocaron y detuvieron a las máximas autoridades del país, un golpe de Estado que fue condenado, entre otros, por Francia, el expoder colonial que mantiene una importante influencia política, económica y militar.

«El presidente Ibrahim Boubacar Keita y el premier Boubou Cisse están bajo nuestro control», informó uno de los líderes de los militares amotinados que quisieron permanecer anónimos, según informó la agencia de noticias ANSA.

El líder golpista agregó que las dos máximas autoridades políticas del país están detenidos en la residencia del presidente derrocado en Bamako, la capital de Mali.

Sin embargo, otro oficial militar que se identificó como golpista aseguró a la prensa, también bajo condición de anonimato, que el presidente y el primer ministro estaban siendo trasladados en un vehículo blindado a Kati, una ciudad aledaña a la base militar donde comenzó el levantamiento.

Sin un anuncio oficial, los rumores sobre el paradero de las máximas autoridades del Gobierno internacionalmente reconocido se multiplicaban, al igual que las versiones sobre el verdadero acatamiento del levantamiento militar entre las Fuerzas Armadas del país africano.

Según el diario francés Le Monde, la radio y televisión públicas fueron evacuadas a la mañana para garantizar la seguridad de los trabajadores, luego de que el premier Cissé pidiera públicamente a los militares amotinados abrir un diálogo y frenar el levantamiento.

Pero este llamado no surtió efecto y mientras los militares sublevados anunciaban la detención de los máximos líderes políticos del país, cientos de personas comenzaron a concentrarse alrededor del Monumento de la Independencia, en una plaza en el corazón de Bamako para apoyar el golpe y pedir la renuncia del presidente.

Esa misma plaza ha sido el epicentro de las protestas contra el Gobierno desde junio pasado. Los manifestantes acusan a las autoridades de corrupción y haber empeorado la inseguridad.

La base militar de Kati también tiene un simbolismo especial para la historia política reciente del país.

En 2012, un grupo de oficiales militares se levantó allí y derrocó al entonces presidente Amadou Toumani Touré y generó un vacío del poder en el norte del país que permitió el avance de grupos milicianos islamistas, lo que a su vez hizo que Francia enviara tropas a su excolonia.

Hoy los soldados franceses siguen allí.

El canciller francés, Jean-Yves Le Drian, fue uno de los primeros en condenar «con la mayor dureza posible este grave acontecimiento» y llamó a los militares sublevados a «recapacitar», según el diario Le Monde.

El presidente francés, Emmanuel Macron, en tanto, se comunicó con varios líderes africanos para discutir la situación y apoyó una posible mediación de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Cedeao), un organismo que hoy advirtió en un comunicado su «rechazo a cualquier cambio político inconstitucional».

Además de Francia y Cedeao, la Unión Africana y Estados Unidos condenaron el levantamiento militar.