Un impactante crimen ocurrió en la ciudad de Salta, donde Sebastián “Dolver” Chaile fue asesinado en la calle por un jubilado que aseguró haber sido víctima de varios robos cometidos por el joven.
“Te cansaste de robarme”, fue la frase que le habría dicho el hombre de 73 años a Chaile, según relataron los vecinos que observaron la situación. El jubilado, tras matarlo, esperó a la Policía y se entregó.
El hecho ocurrió el miércoles por la tarde, precisamente en la calle Río Chicoana, en la parte sureste de la capital salteña. El jubilado esperó al joven, sacó su revólver y le disparó.
“Nosotros estábamos llevando a los changuitos a la escuela y el hombre salió de la nada y le disparó en el corazón”, expresó una niña de 12 años que presenció la secuencia.
El jubilado de 73 años mató al presunto ladrón y luego se entregó a la Policía (Foto: Gentileza El Tribuno).
Su testimonio, replicado por el medio Qué Pasa Salta, fue avalado por la madre de la chica: “Mi hija me dijo que él se para afuera de su casa al horario de la salida del colegio. Dolver se estaba rescatando. No merecía que lo vengan a matar y encima lo sorprendan por la espalda”, declaró indignada.
Tras recibir los disparos, Chaile fue derivado al Hospital San Bernardo, donde finalmente murió producto de los impactos que recibió en el cuerpo.
“El abuelo no se fue nunca del lugar. Le pegó los tiros y se quedó ahí a un costadito esperando a que llegue la Policía. Cuando llegaron, les dijo lo que hizo, le entregó su arma y lo subieron al patrullero. La ambulancia se llevó al otro que estaba despierto”, sumó otra vecina del barrio en diálogo con El Tribuno.
Personal de Criminalística y peritos del CIF (Cuerpo de Investigaciones Fiscales) realizaron las pericias de rigor ordenadas por la fiscalía penal actuante.
Yésica junto a su pareja, Sebastián Chaile, quien murió tras recibir varios impactos de bala (Foto: Gentileza Qué Pasa Salta).
Yesica, pareja del presunto ladrón, relató a Qué Pasa Salta cómo transcurrieron los momentos previos al trágico episodio: “Llegó a las 14 y me dijo que iba a llevar a un sobrino a la escuela. Iba él junto a dos niños, uno de tres y otro de cinco. Cuando compraban en el kiosco, salió el hombre y le disparó a tres cuadras de mi casa. No le importó que estaban los chicos”.
Luego, agregó: “Sebastián era una persona tranquila. Si bien cumplió dos condenas por robo en el pasado, nunca me contó que robó. Últimamente, no salía a la calle. Andábamos juntos por todos lados”.
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