El presidente recibió a su par de Francia para celebrar una reunión bilateral en la jornada previa al inicio de la Cumbre del G20 que comenzará mañana.
El presidente francés, Emmanuel Macron, recorrió varios lugares emblemáticos de la ciudad de Buenos Aires tras su llegada a la Argentina para participar de la cumbre del G20, entre ellos una conocida parrilla, una tradicional librería porteña y las históricas Catedral y Plaza de Mayo.
El mandatario, que llegó anoche al país y fue recibido por la vicepresidenta Gabriela Michetti, eligió para cenar una parrilla de Puerto Madero, donde degustó junto a su esposa, Brigitte Macron, y una comitiva de medio centenar de personas, un ojo de bife «jugoso», según trascendió.
Esta mañana, el presidente francés visitó la librería El Ateneo, ubicada en el barrio porteño de Recoleta, donde compró varios ejemplares de autores argentinos y se mostró interesado en la literatura nacional. Asimismo, disfrutó de un desayuno y se acercó a los vecinos que se reunieron en avenida Santa Fe y Callao para saludarlo.
Macron dijo ser lector de los escritores Julio Cortázar y Jorge Luis Borges, por lo que su itinerario continuó con una visita a la Fundación Internacional creada por la mujer de Borges, María Kodama, en 1988.
Fue la misma Kodama la encargada de recibir a Macron y su esposa, quienes recorrieron el lugar y prestaron especial atención a la biblioteca.
El autor argentino fue un visitante asiduo de la capital francesa, donde recibió incluso la Legión de Honor en 1983 de manos de François Mitterand.
Antes de su conferencia de prensa en Casa Rosada junto al presidente argentino Mauricio Macri, Macron visitó cerca del mediodía la Catedral porteña y la Plaza de Mayo.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, se dijo «orgulloso» de que la mayoría de los habitantes de Nueva Caledonia se mostrara contrario a la independencia en el referéndum celebrado en el archipiélago, al tiempo que ofreció «diálogo» y «garantías» a los independentistas.
Ubicación de Nueva Caledonia.
En un discurso el presidente francés señaló que el voto, en el que el 57 por ciento de los electores rechazó la independencia, es «una muestra de confianza en Francia, en su futuro y en sus valores». Macron evitó hablar de vencedores y vencidos, y aseguró que «los únicos derrotados son el miedo y la división», frente a «la paz y el espíritu de diálogo», que consideró que es «el único camino posible».
El presidente, que en nombre de la neutralidad del Estado no participó en la disputa, destacó la «participación excepcional», que alcanzó el 80 por ciento, en la consulta celebrada entre las 08.00 y las 18.00 hora local de este domingo 4 de noviembre de 2018. Agregó entender «la decepción» de los independentistas y señaló que Francia será «el garante de la dignidad de todas las capas de la sociedad».
Votación
Macron invitó a todas las fuerzas políticas del archipiélago a «pensar en el futuro» y progresar en «la inscripción de Nueva Caledonia en Francia y en Oceanía».
Unionistas vs. independentistas
Los unionistas destacaron la amplia victoria y pidieron que sirva para renunciar a los dos referéndums que en los dos próximos años les permiten los acuerdos de Noumea, firmados en 1998 en la capital de Nueva Caledonia. Un argumento rechazado por los independentistas, que señalaron que ningún sondeo les otorgaba más del 40 por ciento de apoyo y que su causa ha avanzado de forma paulatina en las diferentes elecciones locales.
«El pueblo se ha despertado, estamos a dos palmos de la victoria», proclamó el líder independentista Alosio Sako. Por ello, aseguró que reclamarán un nuevo referéndum dentro de dos años para «confirmar la curva ascendente» del independentismo.
Los resultados son similares a los de las últimas elecciones locales, con un avance de los independentistas, quienes lo achacan a la fuerte movilización. Mientras, los unionistas consideran que se debe a que en el censo electoral solo podían votar aquellos que residen en el archipiélago al menos desde 1994, lo que incrementa el porcentaje de electores autóctonos.
Macron en Nueva Caledonia (archivo).
El referéndum se celebró 165 años después de que el archipiélago fuera colonizado por Francia. Su organización se basa en un acuerdo firmado ya en 1998 por Francia y las fuerzas locales, que completaba un pacto de paz de 1988. Unos 174.000 habitantes de las islas debían responder «sí» o «no» a la pregunta: «¿Quiere usted que Nueva Caledonia acceda a la soberanía plena y sea independiente?»
En la anterior consulta, en 1987, el 98 por ciento votó a favor de seguir formando parte de Francia, pero las fuerzas independentistas boicotearon el referéndum, por lo que el resultado seguramente se vio afectado.
Canacos vs. caldoches
Nueva Caledonia tiene una larga historia de lucha por la independencia sobre todo de parte de los nativos canacos, que ascienden al 39 por ciento de la población y que protagonizaron revueltas en 1878 y 1917. Más recientemente hubo hechos de violencia en la década de 1980, que pusieron al país al borde de la guerra civil.
En esta oportunidad, durante la campaña electoral previa a los comicios, dos fuerzas llamaron a votar por la independencia y tres por seguir formando parte de Francia. Los descendientes de los colonizadores y deportados («caldoches») europeos, que representan el 27 por ciento de la población, son favorables en general a seguir formando parte de Francia. Se teme que el referéndum inflame las tensiones étnicas entre los canacos y los caldoches.
Se teme que el referéndum inflame las tensiones étnicas entre los canacos y los caldoches.
El archipiélago de la Nueva Caledonia fue conquistado por Francia en 1853 y, al principio, fue usado como centro penitenciario. Actualmente, el territorio francés de ultramar tiene más de 280.000 habitantes, entre ellos muchos inmigrantes provenientes de otros países del Pacífico.
Las islas reciben de París ayuda por valor de unos 1.000 millones de euros al año (1.141 millones de dólares), además de fondos de la Unión Europea. El archipiélago del Pacífico sur es conocido por el turismo que atrae con sus lagunas, playas y la naturaleza virgen. La isla se encuentra a 1.200 kilómetros al este de Australia y a 18.000 kilómetros de París.
El nombre de Nueva Caledonia se lo puso el explorador británico James Cook en 1774. Napoleón III reclamó el territorio para Francia en 1853. El país aprueba sus leyes de forma autónoma, entre ellas las de impuestos y empleo, pero París controla la defensa y la política exterior.
Como sea, aunque la mayoría de la población vote «no», esto no significará el fin de la causa independentista, ya que los acuerdos pactados con París permiten la celebración de otros dos referendos de aquí a 2022.
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