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  • Israel intensifica ofensiva contra Hezbolá en el sur del Líbano en medio de temores de una escalada regional

    Israel intensifica ofensiva contra Hezbolá en el sur del Líbano en medio de temores de una escalada regional

    Israel ha incrementado significativamente su ofensiva militar contra el sur del Líbano, utilizando bombas de gran poder en una operación masiva dirigida a posiciones del grupo militante Hezbolá. Este ataque se produce tras una serie de explosiones previas que afectaron a miembros de Hezbolá, dejando un saldo de decenas de muertos y miles de heridos, explosiones que la organización atribuye a Israel.

    En respuesta a los ataques, Hezbolá ha prometido represalias contundentes, calificando las acciones de Israel como una «declaración de guerra». Esta escalada ha generado temores de que el conflicto se extienda por toda la región, en un momento en que las tensiones entre Israel y Hezbolá alcanzan un punto crítico.

    Operación israelí y ataques en Beirut

    Además de los bombardeos en el sur del Líbano, que han causado daños significativos en infraestructura militar y civil, Israel ha lanzado ataques en otras áreas, incluidas algunas zonas de Beirut. El objetivo principal ha sido neutralizar las capacidades de Hezbolá, organización respaldada por Irán, que cuenta con una amplia red de militantes y arsenal en la región.

    El ejército israelí ha afirmado que los ataques buscan prevenir futuros atentados y frenar las acciones ofensivas de Hezbolá, quienes, por su parte, han intensificado el lanzamiento de cohetes hacia el norte de Israel, atacando tanto objetivos militares como civiles.

    Respuesta de Hezbolá y potenciales consecuencias

    Hezbolá, una de las fuerzas no estatales más poderosas del Líbano, ha respondido con una andanada de cohetes y ataques en represalia, dirigiéndose a varias ciudades y posiciones estratégicas en el norte de Israel. El líder del grupo, Hassan Nasrallah, ha prometido que las represalias serán «severas y devastadoras» y que no habrá límite en sus acciones defensivas.

    La comunidad internacional observa con preocupación cómo el conflicto entre Israel y Hezbolá se intensifica, y se teme que esta escalada de violencia pueda extenderse a otros países en una región ya sumamente inestable. La intervención de potencias externas, como Irán, que ha sido un aliado cercano de Hezbolá, añade un elemento de incertidumbre al conflicto.

    Preocupación internacional

    Los recientes enfrentamientos han provocado que varios países y organizaciones internacionales, como Naciones Unidas, llamen a la calma y al cese de hostilidades, advirtiendo sobre el riesgo de una guerra a gran escala en Oriente Medio. A pesar de estos llamados, tanto Israel como Hezbolá han mostrado pocas señales de retroceder en sus respectivas ofensivas.

    A medida que aumentan las bajas civiles y la infraestructura libanesa se ve cada vez más afectada, el conflicto no solo representa un desafío humanitario, sino también un peligroso frente geopolítico, cuyas repercusiones podrían afectar la estabilidad de toda la región.

    Conclusión

    La intensificación del conflicto entre Israel y Hezbolá en el sur del Líbano ha generado preocupación mundial ante la posibilidad de una guerra de mayor envergadura en Oriente Medio. Con bombardeos cruzados y un creciente número de víctimas, la situación parece estar lejos de solucionarse mientras ambos bandos se preparan para nuevas rondas de enfrentamientos.

  • Líbano conmemora un año de la devastadora explosión

    Líbano conmemora un año de la devastadora explosión

    En medio de una feroz crisis política y económica, Líbano recuerda hoy el primer año desde la gigantesca explosión que devastó el puerto de Beirut, su capital, con una mezcla de dolor por la pérdida de vidas y la indignación popular ante la impunidad que rodea a este hecho, su peor desastre en tiempos de paz.

    La tarde del 4 de agosto de 2020, el estallido de toneladas de nitrato de amonio utilizado para fertilizantes y explosivos causó 214 muertos y dejó heridas a unas 7.000 personas, además de desplazar de sus hogares a 300.000 beirutíes y provocar daños estimados en hasta 6.000 millones de dólares.

    Al menos 214 personas murieron en la tragedia, una de las mayores explosiones no nucleares de la historia, que destruyó barrios enteros de la capital libanesa.

    Familiares de las víctimas y sobrevivientes organizaron vigilias, oraciones, ceremonias y marchas para honrar a quienes murieron en la explosión, cuyas ondas expansivas se sintieron hasta en Chipre.

    El papa Francisco instó el mundo entero a prestar apoyo al país de Medio Oriente, cuya crisis no le permitió superar las consecuencias de la explosión.

    «Un año después de la terrible explosión acaecida en el puerto de Beirut, capital del Líbano, que causó muerte y destrucción, mi pensamiento se dirige a ese querido país, especialmente a las víctimas, a sus familias, los numerosos heridos y los que han perdido la casa y el trabajo», dijo el pontífice en la audiencia general de este miércoles, citado por el portal ruso de noticias Sputnik.

    En estas condiciones difíciles Francisco pidió a la comunidad internacional que «ayude al Líbano a emprender un camino de la resurrección con gestos concretos, no sólo con palabras».

    La fecha de la tragedia fue instituida «día de duelo nacional», pero el dolor se ha ido convirtiendo en ira ante la impunidad por los hechos.

    La impopular clase política viene utilizando su inmunidad para evitar acusaciones en su contra, y ha hecho todo lo posible para impedir el trabajo del principal juez que investiga el desastre.

    Familiares de las víctimas llamaron este lunes a las autoridades a levantar la inmunidad en el caso, y advirtieron que están dispuestos a «quebrar huesos» en las próximas protestas.

    «Se acabaron las manifestaciones rutinarias y pacíficas, cuidado con nuestra ira», advirtió Ibrahim Hoteit, un portavoz de las familias.

    Hoy, una de estas protestas está programada para llegar a la sede del Parlamento.

    Amnistía Internacional acusó a las autoridades libanesas de una «vergonzosa» obstrucción de la justicia y Human Rights Watch las señaló de «negligencia criminal».

    «Las pruebas recabadas muestran de forma manifiesta que se debió a acciones y omisiones de altos cargos libaneses que no informaron del peligro que suponía el nitrato de amonio (..) no supieron proteger a los ciudadanos», recapitula Lama Fakih, directora de crisis y conflictos de Human Rights Watch, en un informe presentado ayer en teleconferencia desde Beirut.

    Informes de inteligencia libaneses y extranjeros, citados por la agencia de noticias AFP, revelan que cientos de toneladas de nitrato de amonio fueron almacenados en las mismas bodegas que toneladas de fuegos artificiales y cuerdas de mecha, entre otros materiales peligrosos.

    Estos documentos sugieren que el fuego comenzó a raíz de unas obras de soldadura en el sitio.

    Sin embargo, no se realizaron hasta ahora investigaciones en profundidad para verificar esas versiones y aclarar cómo llegaron esos materiales a los almacenes y por qué permanecieron en el lugar durante años.

    Legisladores libaneses, por otra parte, no se ponen de acuerdo sobre la formación de un Gobierno, lo que ha provocado una situación de vacío de poder.

    Francia, expotencia colonial en Líbano y fuente de ayuda para el país, urgió tener un Gobierno instalado para mediados de septiembre.

    Pese a la falta de acuerdo sobre el Gobierno, París buscará recaudar 350 millones de dólares en ayuda humanitaria de emergencia para Líbano en una reunión de donantes apoyada por la ONU este miércoles.

    El caos en Líbano comenzó antes de la explosión, con un país en bancarrota que bloqueó los ahorros de la población en los bancos mientras la moneda local se hundió en el mercado negro.

    El país sufre escasez de medicamentos, combustible y agua potable, unas dificultades que agravan el trauma nacional por la explosión y golpean a su sector de salud, sacudido por una nueva ola de contagios de Covid-19.

  • Muerte, destrucción, desaparecidos y sin techo: Líbano afronta los resultados de la catastrófica explosión en Beirut

    Muerte, destrucción, desaparecidos y sin techo: Líbano afronta los resultados de la catastrófica explosión en Beirut

    Investigadores buscaban hoy entre los escombros del puerto de Beirut pistas sobre el origen de la explosión que ayer devastó parte de la capital del Líbano y causó al menos 135 muertos y más de 5.000 heridos, mientras que varias autoridades portuarias fueron puestas bajo arresto domiciliario.

    La potente detonación, equivalente a un terremoto de 3,5 grados, dejó calles repletas de vidrios y escombros y decenas de desaparecidos, y amenaza con agravar la mayor crisis económica del país en décadas y su fuerte brote de coronavirus.

    Vuelos de ayuda internacional comenzaron a arribar hoy a Beirut, donde el estallido dañó tantos edificios que el Gobierno local dijo que cientos de miles de personas podrían no ser capaces de volver a sus hogares por dos o tres meses.

    El humo todavía salía hoy de la zona portuaria, donde se formaron montañas de granos por la destrucción de varios silos rodeados de hangares que también quedaron completamente derruidos. La explosión abrió un cráter de unos 200 metros que se llenó con agua del mar.

    Gran parte del centro de la ciudad de más de 1 millón de habitantes quedó sembrada de escombros, vidrios que cayeron desde las fachadas de edificios y numerosos vehículos dañados.

    El ministro de Salud, Hamad Hasan, informó al canal local Al Manar que los muertos ya ascienden a 135 y los heridos superan los 5.000, y no descartó que las cifras continúen subiendo en las próximas horas, según la cadena Al Jazeera.

    Autoridades libanesas habían dicho que servicios de emergencias aún buscaban a unos 100 desaparecidos entre los escombros.

    El Gobierno dijo que al parecer la explosión fue causada por un incendio en un depósito del puerto que en solo unos minutos otro depósito cercano, en el que desde 2013 hay almacenadas 2.700 toneladas de nitrato de amonio, que habían sido confiscadas. El nitrato de amonio sirve como fertilizante o explosivo.

    Aún no está claro qué pudo desatar el fuego inicial.

    En medio de acusaciones cruzadas entre las autoridades del país, el jefe de la Administración de Aduanas libanés, Badri Daher, dijo hoy que hizo seis solicitudes a la Justicia en los últimos años para que se retirara el nitrato de amonio del puerto.

    El Gobierno del primer ministro Hasan Diab anunció ayer la creación de una comisión para investigar el origen del estallido y para encontrar a cualquier eventual responsable.

    «No hay palabras para describir la catástrofe de anoche en Beirut», dijo hoy el presidente Michael Aoun al prometer una pesquisa transparente antes de una reunión de gabinete.

    Luego de la reunión, el gabinete ordenó poner bajo arresto domiciliario a un número no precisado de funcionarios del puerto mientras se investiga la explosión.

    El gabinete también declaró el estado de emergencia por dos semanas, lo que da al Ejército plenos poderes durante ese lapso.

    La detonación fue la más potente que se haya registrado en la ciudad, que estuvo dividida durante la guerra civil que desangró al país de 1975 a 1990 y que ha soportado bombardeos del vecino Israel y grandes atentados con explosivos.

    Familiares de los desaparecidos suplicaban por las redes sociales información sobre sus seres queridos, mientras que locutores de radio leían los nombres de heridos o personas cuyo paradero seguía sin conocerse.

    Muchos residentes tuvieron que mudarse a casas de familiares o amigos luego de que sus departamentos sufrieran serios daños e incluso tratarse ellos mismos sus heridas porque los hospitales estaban desbordados, informaron medios locales.

    El gobernador de Beirut, Marwan Abboud, estimó hoy ante la prensa que la mitad de la ciudad fue afectada, entre 250.000 y 300.000 personas se quedaron sin sus hogares y que las perdidas materiales totales podrían ascender hasta 15.000 millones de dólares.

    El gabinete aprobó una partida extraordinaria equivalente a 66 millones de dólares, al cambio oficial, y 13 millones, al no oficial que rige en las calles.

    El Gobierno anunció que se abrirán escuelas públicas, cerradas por el coronavirus, para albergar a los que quedaron sin techo y que el Ministerio de Turismo trabajará en la apertura de hoteles con el mismo fin.

    El Líbano ya se encontraba al borde del colapso en medio de su mayor crisis económica desde el fin de la guerra civil, y su capacidad para lidiar con este desastre se presume muy limitada.

    Los que quedaron sin hogar podrían ser muchos de los mismos que han perdido sus trabajos y ahorros luego de una fuerte devaluación y de una hiperinflación.

    El suministro de alimentos también se suma ahora a las preocupaciones, porque el Líbano importa casi todos sus productos vitales y su principal puerto ha quedado destruido.

    El sistema sanitario justo enfrenta un aumento de casos de coronavirus, y el desborde de los hospitales por los heridos podría multiplicar los contagios.

    Aunque el Gobierno ha prometido ayuda, sus recursos dinerarios son escasos, y la tragedia amenaza con caldear el ánimo social en un país sacudido recientemente por meses de protestas contra todas las facciones políticas, incluyendo el grupo islamista Hezbollah.

    Reino Unido prometió 6,6 millones de dólares en ayuda, Países Bajos y Francia ya tienen equipos de trabajadores humanitarios en Beirut ayudando en tareas de rescate, y el presidente francés, Emmanuel Macron, se esperaba que llegara hoy al Líbano, un ex protectorado francés que retiene fuertes vínculos políticos y económicos con París, junto con asistencia humanitaria.

    En tanto, Rusia anunció el envío de cinco aviones con médicos, rescatistas y equipos sanitarios y Grecia mandó un avión con rescatistas y un perro rastreador.

  • El Papa Francisco pidió que la comunidad internacional ayude a Líbano

    El Papa Francisco pidió que la comunidad internacional ayude a Líbano

    El papa Francisco pidió hoy que la comunidad internacional ayude a Líbano a «superar la grave crisis que está atravesando», profundizada por las explosiones que ayer provocaron decenas de muertos y miles de heridos en la zona portuaria de la capital, Beirut.

    «Ayer, en Beirut, en la zona del puerto, fortísimas explosiones causaron decenas de muertos y miles de heridos y destrucciones muy graves; rezamos por las víctimas y sus familiares», sostuvo el pontífice durante la audiencia general en el Palacio Apostólico del Vaticano.

    Líbano sufrió ayer otro golpe contundente a su ya deteriorada situación socioeconómica, con dos explosiones en la zona portuaria de Beirut, que dejaron decenas de muertos y miles de heridos, hospitales destruidos o desbordados e impactantes imágenes que dieron la vuelta al mundo.

    «Rezamos por el Líbano, para que con el esfuerzo de todos sus componentes políticos, sociales y religiosos pueda afrontar este momento tan trágico y doloroso», agregó Jorge Bergoglio.

    En ese marco, el Papa deseó que el país asiático pueda, «con la ayuda de la comunidad internacional, superar la grave crisis que está atravesando».

    Esta tarde, el Papa se trasladó también a la Basílica de Santa María la Mayor, a unos cinco kilómetros del Vaticano, para rezar frente a la Virgen por «tantas situaciones de dolor que lleva en el corazón, entre ellas la del Líbano», informó un comunicado del Vaticano.

    La visita de este miércoles fue la número 83 del pontífice a la Basílica que se encuentra frente a la embajada argentina en Italia y a la que Francisco le encomienda cada uno de sus viajes fuera al exterior.

    Durante su catequesis de hoy, el Papa se refirió también a la pandemia de coronavirus que «sigue causando dolor y sufrimiento en toda la humanidad, sembrando muerte y un sinnúmero de enfermos».

    «Además, muchas personas y familias viven un tiempo de incertidumbre por los problemas socioeconómicos que ha producido, y que golpean sobre todo a los más pobres», lamentó el Papa.

    Francisco retomó hoy las audiencias generales de los días miércoles tras la pausa estival de julio, aunque las celebraciones continúan realizándose, como desde el inicio de la pandemia, en la biblioteca privada del Papa, sin público, y no en la Plaza San Pedro como era costumbre hasta la difusión del coronavirus.

  • Una fuerte explosión sacude la capital del Líbano

    Una fuerte explosión sacude la capital del Líbano

    Una fuerte explosión sacudió hoy la capital libanesa, Beirut, y provocó cientos de heridos y graves daños materiales, un incidente del que no se conoce la causa aún y que fue comparado con Hiroshima por el alcalde de la ciudad.

    El ministro de Salud, Hamid Hassan, informó que cientos de personas resultaron heridas por la explosión que ocurrió en el área portuaria de Beirut, en una sección que almacena materiales altamente explosivos, según el jefe de Seguridad Interna del Líbano, Abbas Ibrahim, citado por la agencia oficial de noticias estatal NNA.

    Medios locales e internacionales aseguraron que hay al menos 10 muertos, pero las autoridades aún no confirmaron ningún fallecido, aunque sí dieron alerta a todos los hospitales de la zona para recibir a un alto número de heridos.

    El gobernador de Beirut, Marwan Abboud, por su parte, describió al escenario posterior a la explosión como «un desastre nacional parecido a Hiroshima», en referencia a la ciudad japonesa atacada por Estados Unidos con una bomba nuclear a finales de la Segunda Guerra Mundial.

    En videos difundidos en redes sociales se puede ver una nube de humo que se alza sobre el cielo y luego una fuerte explosión que se sintió a varias manzanas a la redonda.

    Varias imágenes mostraron cómo bomberos intentaban apagar el fuego y detener los destrozos materiales.

    Otro video muestra la destrucción en las inmediaciones, con autos y camiones con vidrios rotos y las calles cubiertas de escombros.

    Entre los edificios dañados están las oficinas del ex primer ministro Saad Hariri y las oficinas locales de CNN, según informó la propia cadena de noticias.

    Según testigos, los hogares que se encontraban a una distancia de hasta 10 kilómetros de distancia resultaron dañados, con balcones derrumbados y vidrios destruidos.

    Una testigo que vio la escena a una distancia de varios kilómetros del lugar, dijo que sus ventanas estallaron por la explosión: «Lo que sentí fue un terremoto», afirmó Rania Masri a la cadena CNN.

    «El departamento se sacudió horizontalmente y de repente se sintió como una explosión y las ventanas y puertas se abrieron de golpe. El vidrio se rompió. Muchas casas fueron dañadas o destruidas», describió la mujer.

    El jefe de Seguridad Interna, Ibrahim, visitó de inmediato el lugar de la explosión y

    pidió calma ante la falta de certezas.

    «No podemos adelantarnos a las investigaciones», según replicó el canal de noticias ruso RT.