El laboratorio británico AstraZeneca informó que su AZD7442 logró una rebaja «estadísticamente significativa» en Covid severo e incluso la muerte.
Un fármaco en fase experimental desarrollado por el laboratorio británico AstraZeneca contribuye a reducir en un 50 por ciento el riesgo de contraer enfermedad grave o morir a causa de Covid-19, según reveló este lunes la compañía.
En un comunicado, la firma expuso los resultados de la última fase de un ensayo que muestra que el llamado AZD7442, una combinación de anticuerpos, logró una rebaja «estadísticamente significativa» en Covid-19 severo o muerte frente al placebo asignado a pacientes no hospitalizados con síntomas entre leves y moderados del virus.
Se detalla que el 90% de los participantes en el estudio procedían de poblaciones expuestas a un alto riesgo de progresar hacia un Covid-19 grave.
El ensayo encontró que una dosis de 600 mg de AZD7442 suministrada por inyección intramuscular reducía en un 50 por ciento el riesgo de desarrollar enfermedad severa o morir frente a los pacientes sintomáticos que tomaron placebo durante siete días o menos. En aquellos participantes que recibieron tratamiento a los cinco días de presentar síntomas, el AZD7442 acortó en un 67 por ciento el riesgo de desarrollar Covid-19 severa o morir frente a los pacientes que tomaron placebo.
Este ensayo con AZD7442 es el primero en fase III que demuestra el beneficio tanto en la profilaxis como el tratamiento del Covid-19 y se administra de manera fácil mediante una inyección, señaló AstraZeneca.
«Con casos continuados de infecciones de Covid-19 graves por todo el globo, hay una necesidad significativa de nuevas terapias como AZD7442 que puedan emplearse para proteger a poblaciones vulnerables de infectarse con covid-19 y puedan también ayudar a evitar la progresión hacia enfermedades severas», indicó Hugh Montgomery, profesor de Medicina Intensiva en la University College London y principal investigador en el ensayo TACKLE.
Según agregó, estos resultados positivos muestran que «una conveniente dosis de AZD7442 intramuscular podría desempeñar un papel importante a la hora de ayudar a combatir esta devastadora pandemia». Por su parte, Mene Pangalos, vicepresidente ejecutivo de la farmacéutica, apuntó que estos resultados sobre AZD7442 se suman a la evidencia que hay para el uso de esa terapia tanto en la prevención como el tratamiento de Covid-19.
«Una intervención temprana con nuestro anticuerpo (AZD7442) puede obtener una reducción significativa en la progresión hacia la enfermedad severa, con protección continua durante más de seis meses», subrayó Pangalos.
Este anuncio coincide con el que que realizó el laboratorio Merck, quien solicitó a las autoridades sanitarias de Estados Unidos la autorización para el uso de emergencia de su medicamento Molnupiravir, su píldora experimental contra el coronavirus para pacientes graves, que «redujo el riesgo de hospitalización o muerte en aproximadamente un 50 por ciento en comparación con el placebo».
Un equipo de investigadores comprobó que compuestos vegetales de un arbusto que crece en la región andina del noroeste de Argentina y en Bolivia, combinados con la exposición a la luz solar, podrían ser la base de un tratamiento efectivo para la infección por el virus herpes simple de tipo 1 (HSV-I) que causa herpes labial, informó hoy la Agencia CyTA-Leloir.
El arbusto es el «Heterophyllaea pustulata Hook f.» (Rubiaceae), popularmente conocido como “cegadera” en alusión a que puede ocasionar lesiones oculares e incluso ceguera en cabras y otros animales que lo consumen y se exponen a la luz solar.
En estudios in vitro, científicos de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y del Conicet probaron que ciertas moléculas de la “cegadera” responsables de la fototoxicidad de la planta, antraquinonas fotosensibilizadoras, pueden inhibir al HSV-I en cultivos de células infectadas expuestas a la luz.
“Los resultados son promisorios y preparan el terreno para la realización de estudios preclínicos en animales con el objetivo de desarrollar tratamientos eficaces y localizados en lesiones producidas por el patógeno”, afirmó la doctora en Química Susana Núñez Montoya, investigadora del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (Imbiv-Conicet) y de la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ) de la UNC.
Este tipo de tratamiento para combatir infecciones en el que se combina un compuesto químico fotosensibilizador y la luz se denomina “terapia fotodinámica antimicrobiana”, explicó la farmacéutica y doctora en Química María Laura Mugas, primera autora del trabajo e investigadora del Imbiv-Conicet y del Departamento de Ciencias Farmacéuticas de la FCQ de la UNC.
Con ese tratamiento, las investigadoras lograron inhibir más de un 80% de las partículas virales del HSV-I cuando estaban en presencia de luz, tal como publicó la revista Planta Medica.
“La importancia del estudio radica en que el HSV-I es más sensible al proceso de foto-estimulación que la célula hospedadora, generando la inactivación de las partículas virales inmediatamente después del tratamiento con luz; lo cual es importante para reducir la propagación de la infección”, señaló Mugas.
El tratamiento convencional es aciclovir, aunque el uso a largo plazo o en forma recurrente, no sólo en pacientes inmunosuprimidos, puede promover la aparición de cepas virales resistentes.
“Frente a esta problemática, el desarrollo de nuevos enfoques terapéuticos tópicos es un gran desafío y en este sentido, la inactivación fotodinámica no discrimina cepas resistentes de no resistentes”, subrayó Núñez Montoya.
Del estudio también participaron Florencia Martínez, Marta Contigiani y Brenda Konigheim, del Instituto de Virología Dr. J. M. Vanella y del Conicet; Juan Javier Aguilar, del Instituto de Virología Dr. J. M. Vanella; y Juliana Marioni y José Luis Cabrera, del Departamento de Ciencias Farmacéuticas de la FCQ de la UNC y del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (Imbiv) del Conicet.
El gobernador Raúl Jalil recorrió el Laboratorio Satélite Forense del Poder Judicial, ubicado en la localidad chacarera de Villa Dolores, para interiorizarse sobre su funcionamiento y dialogar con los especialistas sobre la inversión que se realizará para mejorar sus instalaciones y equipamiento.
En la recorrida el gobernador estuvo acompañado por el Procurador de la Corte, Enrique Lilljedahl, el senador Dalmacio Mera, la intendenta de Valle Viejo, Susana Zenteno, el ministro de Seguridad, Hernán Martel, la secretaría penal de la Procuración, Verónica Mercado, y el director del laboratorio, Hector Hugo Bulacios.
El mandatario destacó durante la recorrida que muchos de los análisis, cotejos y peritajes que se realizaban en primera instancia en nuestra provincia posteriormente debían ser enviados a la provincia de Salta para obtener resultados finales. No obstante, como consecuencia de la situación epidemiológica generada por la pandemia, el traslado de estos materiales se ha vuelto más complejo.
“Antes Catamarca podía apoyarse en laboratorios de otras provincias pero ahora, con la pandemia como contexto, debemos enfocarnos en una fuerte inversión en nuestro laboratorio local para que prescindir de los envíos a otros laboratorios. La pandemia nos ha mostrado los lugares donde tenemos que realizar inversiones en infraestructura y herramientas para tener una mejor autonomía”, explicó el gobernador Jalil.
El laboratorio del Poder Judicial se instaló en el edificio reconvertido del viejo hospital de Villa Dolores y ahora se buscará concentrar en ese espacio -donde todavía quedan instalaciones para recuperar y reconvertir- más actividades relacionadas con el trabajo de campo que realizan los peritos judiciales.
La semana pasada se conoció una de las noticias más alentadoras en la carrera por desarrollar una vacuna contra el COVID-19. La firma alemana BioNTech y la farmacéutica estadounidense Pfizer anunciaron que las primeras pruebas realizadas en humanos arrojaron señales alentadoras, al demostrar que el prototipo fue bien tolerado por los participantes de la fase inicial de los ensayos clínicos.
La fórmula es una de las 17 vacunas que están siendo probadas en humanos como parte de una carrera frenética para dar con la inmunización que detenga la pandemia de coronavirus, que ha infectado a más de 12 millones de personas en el mundo y ha dejado hasta ahora más de 550.000 muertos. Tras la difusión de los resultados preliminares, las acciones de BioNTech subieron 4,6%, y las de Pzifer, 4,4 por ciento. La estadounidense posee alrededor del 1% de BioNTech y colabora en el desarrollo de la nueva vacuna, pero todos los derechos pertenecen a la compañía alemana, que está haciendo la mayor parte de la investigación.
La sede de la compañía biofarmacéutica BioNTech en Mainz, Alemania (REUTERS/Ralph Orlowski/Foto de archivo)
BioNTech espera comenzar a finales de este mes con la Fase 3 de los ensayos, en los que participarían hasta 30.000 personas. Será un estudio aleatorio para ver si efectivamente la vacuna previene la infección, que debería concluir antes de fin de año, cuando la empresa buscaría la aprobación por parte de los reguladores de todo el mundo para empezar a producir en masa.
Ugur Sahin, presidente ejecutivo y fundador de BioNTech, anticipó en una entrevista publicada este viernes en The Wall Street Journal que tiene la expectativa de que la vacuna sea aprobada en diciembre, y que se podrían tener preparados varios cientos de millones de dosis incluso antes de la autorización. Además, sostuvo que para los últimos meses de 2021 ya podrían estar listas más de 1.000 millones de dosis.
De todos modos, Sahin no fue demasiado optimista al predecir cuánto tiempo llevará tener verdaderamente bajo control al virus en todo el planeta. “Asumo que sólo terminaremos con este virus cuando más del 90% de la población mundial obtenga inmunidad, ya sea a través de la infección o de una vacuna”, dijo, y precisó que eso podría ocurrir recién dentro de diez años.
Científicos e investigadores trabajan en una potencial vacuna para la enfermedad del coronavirus en el laboratorio de Pfizer en Pearl River (Pfizer/Handout via REUTERS)
BioNTech informó la semana pasada que las pruebas de dos dosis de su fármaco BNT162b1 en 24 voluntarios sanos mostraron que luego de 28 días habían desarrollado niveles elevados de anticuerpos ante el COVID-19, normalmente vistos en las personas infectadas. La compañía alemana indicó que la inoculación más concentrada de dos dosis —ambas administradas mediante dos inyecciones con una diferencia de tres semanas cada una— estuvo seguida por un breve episodio de fiebre en tres de cada cuatro voluntarios. Una tercera dosis, probada con una concentración más elevada en un grupo separado, no se repitió después de la primera inyección porque produjo dolor en los voluntarios.
“Estos primeros resultados de ensayos demuestran que la vacuna ofrece actividad inmune y causa una fuerte respuesta inmunológica”, dijo Sahin. “Nuestra candidata puede producir anticuerpos a un nivel más alto que los encontrados en personas que se han recuperado de una infección por COVID-19”.
Hasta el momento no se han aprobado vacunas contra el COVID-19 para su uso comercial. Un análisis del Instituto de Tecnología de Massachusetts realizado el año pasado mostró que una de cada tres vacunas que llegan a los estadios iniciales de pruebas en humanos consiguen autorización sanitaria. BioNTech dijo que los datos demostraban que la terapia BNT162b1 podía administrarse en dosis que eran bien toleradas por las personas, con efectos secundarios temporales.
El virólogo francés Luc Montagnier, ganador del Premio Nobel por su trabajo sobre el VIH y figura muy controvertida en la comunidad científica, aseguró que el virus SARS-CoV-2, que causa la COVID-19, fue creado en un laboratorio insertando en un coronavirus genes del VIH-1, el virus del sida.
“Hemos llegado a la conclusión de que este virus fue creado”, dijo el científico francés, galardonado en 2008 con el Premio Nobel de Medicina por su participación en la investigación que condujo al descubrimiento del virus del VIH, durante una entrevista con el canal francés CNews.
Según Montagnier, unos “biólogos moleculares” insertaron secuencias de ADN del VIH en un coronavirus como parte de su trabajo para encontrar una vacuna contra el sida.
“Ha habido una manipulación del virus: al menos una parte, no la totalidad. Hay un modelo, que es el virus clásico, que proviene principalmente de los murciélagos, pero al que se han agregado secuencias de VIH”, dijo.
“En cualquier caso, no es natural”, continuó. «Es el trabajo de profesionales, de biólogos moleculares. Un trabajo muy meticuloso. ¿Con qué objetivo? No lo sé. Una hipótesis es que querían crear una vacuna contra el sida”, dijo.
El Centro de Cultivo de Virus del Instituto de Virología de Wuhan es objeto de sospechas (Héctor Retamal/ AFP)
Para respaldar su teoría, Montagnier citó el estudio de un grupo de investigadores del Instituto Indio de Tecnología de Nueva Delhi, que halló “un parecido extraño” y que “tiene pocas posibilidades de ser fortuito” en las secuencias de aminoácidos de una proteína de SARS-CoV-2 y el de VIH-1. El estudio, publicado en un sitio web donde los científicos comparten análisis en curso sin esperar la verificación de expertos, fue posteriormente retirado por sus autores.
Montagnier también predijo la inminente desaparición del virus, debido a que su supuesto origen artificial lo estaría debilitando.
“Uno puede hacer cualquier cosa con la naturaleza, pero si usted hace una construcción artificial, es poco probable que sobreviva. La naturaleza ama las cosas armoniosas; lo que es ajeno, como un virus que llega de otro virus, por ejemplo, no es bien tolerado”, aseguró. Para el científico, las partes del virus en las que se insertó VIH están mutando rápidamente, provocando su autodestrucción.
“Entonces lo que vemos es que en el oeste de los Estados Unidos, en Seattle, las secuencias están destruidas, prácticamente inexistentes. Entonces si el poder patógeno del coronavirus está ligado a la inserción de estas secuencias, podemos pensar que va a desaparecer”, dijo.
La comunidad científica cuestiona las teorías de Montagnier
No es la primera vez que Montagnier causa sensación en la comunidad científica. Ha sido prácticamente así desde 2010, después de que el célebre virólogo comenzara a difundir una serie de teorías cuestionadas por sus colegas, como el supuesto origen microbiano del autismo, y lanzara una cruzada contra las vacunas (que en 2017 le valió una petición firmada por un centenar de médicos que calificaron sus declaraciones de “peligrosas”).
Tras la entrevista, expertos franceses volvieron a refutar la última teoría de Montagnier.
Jean-Francois Delfraissy, inmunólogo y jefe del consejo científico que asesora al Gobierno francés sobre la pandemia de la COVID-19, sostuvo en una entrevista con la BFM TV de Francia que la hipótesis de que se creó un virus en un laboratorio sonaba a “una visión sobre una conspiración que no se relaciona con la ciencia real”.
“Todos en la comunidad científica están de acuerdo en que la COVID-19 es un coronavirus. De vez en cuando hay coronavirus diferentes de los demás, al igual que el SARS y el MERS con una patogenicidad que ha aparecido”, agregó.
Para Olivier Schwartz, jefe del departamento de virus e inmunidad del Instituto Pasteur de Francia, los estudios sobre los genes del virus muestran claramente que no fue un virus producido por seres humanos en un laboratorio.
“El profesor Montagnier difunde teorías caprichosas”, dijo al semanario francés L’Obs. Schwartz expuso que el “SARS-CoV-2, el virus que causa la enfermedad COVID-19, no fue creado en el laboratorio. Esto lo vemos al estudiar el patrimonio genético del virus, que ha sido secuenciado por equipos chinos y luego verificado en muchos otros laboratorios, incluido el Instituto Pasteur, que fue el primero en Europa en hacerlo”.
“Este virus es claramente parte del árbol genealógico del coronavirus. Está cerca del SARS-CoV-1, con el que tiene un 80 por ciento de homología”, apuntó.
Los expertos también cuestionaron el estudio indio citado por Montagnier.
“El equipo indio terminó retirando su manuscrito. Mi opinión personal es que estos investigadores indios tuvieron buena fe desde el principio en su deseo de analizar el genoma del virus, y se dieron cuenta de su error más tarde. Pero el profesor Montagnier ha aceptado una teoría caprichosa”, concluyó Schwartz.
Por su parte, la comunidad científica de Massive Science ya ha identificado unos quince virus que incorporan la misma secuencia común a VIH-1 y SARS-CoV-2, incluido un virus de abeja y otro virus de batata. Según el genetista de la Universidad Nacional de Australia Gaetan Burgio, entrevistado por el periódico Le Monde, “la secuencia común es corta. Si hubiera habido inserciones deliberadas de secuencias VIH, habrían sido mucho más grandes. Es una coincidencia”.
Qué se sabe sobre el origen del virus
Las teorías sobre un posible origen humano del coronavirus se alimentaron después de que trascendiera que las agencias de inteligencia de Estados Unidos investigan si el virus podría haber salido accidentalmente del Instituto de Virología de Wuhan, que alberga el Centro de Cultivo de Virus, el banco de virus más importante de Asia donde se preservan más de 1.500 variedades.
De acuerdo con Fox News, que citó a fuentes del Gobierno estadounidense, el “paciente cero” de la pandemia podría haber sido infectado por una variedad de virus de un murciélago que estaban estudiando en el laboratorio y que luego pasó a la población de Wuhan.
Cuando le preguntaron por esta hipótesis, el presidente estadounidense Donald Trump dijo: «Cada vez más estamos oyendo esta historia” y agregó que Estados Unidos estaba llevando a cabo una “investigación en profundidad”.
No obstante, los científicos creen que el virus apareció en un murciélago y pasó al hombre a través de una especie intermediaria, probablemente el pangolín.
Pero lo cierto es que el origen del virus sigue envuelto en el misterio.
Un estudio de un grupo de científicos chinos, publicado en enero en la revista The Lancet, reveló que el primer paciente de COVID-19 no tenía ninguna conexión con el mercado de animales de Wuhan, así como tampoco la tenían 13 de los primeros 41 pacientes.
Shi Zhengli, una de las principales expertas chinas en coronavirus de murciélago y vicedirectora del laboratorio de Wuhan, formó parte del equipo que publicó el primer estudio que sugería que el SARS-CoV-2 (el nombre oficial del virus) venía de los murciélagos.
En una entrevista con la revista Scientific American, Shi dijo que el genoma del SARS-CoV-2 no concuerda con ninguno de los coronavirus de murciélago que su laboratorio estudió hasta ahora.
Según Filippa Lentzos, una investigadora en bioseguridad del King’s College de Londres, aunque no hay pruebas sobre la teoría del accidente en el laboratorio, tampoco hay “pruebas reales” de que el virus viniera del mercado.
“Para mí el origen de la pandemia todavía es una pregunta sin respuesta”, dijo a la AFP.
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