Un hombre fue detenido en la ciudad bonaerense de Ensenada acusado de balear en el rostro a su exmujer y luego montar una escena para simular que la víctima había querido suicidarse, informaron hoy fuentes policiales.
El hombre fue identificado por los investigadores como Héctor Guardia (32) y quedó detenido como sospechoso del delito de «homicidio agravado en grado de tentativa por mediar violencia de género», a disposición del fiscal platense, Marcelo Martini.
El hecho ocurrió esta mañana, cuando el hombre se presentó en la guardia del hospital Gutiérrez de La Plata junto a su expareja, de 26 años, cuya identidad se resguarda, quien presentaba un disparo en el rostro.
El hombre explicó a los médicos que su exmujer se hallaba en una casa de las calles 125 entre 35 y 36 de Ensenada cuando se había intentado suicidar efectuándose un disparo en la cara.
Los médicos dieron inmediato aviso a la policía y, al llegar los efectivos al centro asistencial, se entrevistaron con la hermana de la víctima, quien afirmó que el balazo fue efectuado por la expareja de su hermana.
Según la mujer, la relación entre ambos era conflictiva desde hace tiempo.
Tras herir a su exmujer el hombre ocultó el arma de fuego empleada y ropa de cama en casa de un familiar.
Finalmente, personal policial detuvo al hombre, en tanto la mujer fue derivada al hospital Rossi de La Plata para realizarle estudios complementarios sobre la lesión de bala en su rostro.
Creen que, mientras intentaban detenerlo, alguien lo ubicó primero, lo asesinó y le cortó la cabeza. Estaba en un baldío.
A Luis Roberto Domínguez (63) lo buscaban por todo Saladillo. Tenía un arma y había sido denunciado por violento: baleó a su ex pareja en un intento de femicidio. Por eso las autoridades temían que pudiera lastimar a alguien más o incluso que volviera a atacar a la víctima. Pero la investigación dio un giro cuando lo encontraron muerto. Primero pensaron que se había suicidado, pero un macabro detalle descartó esa hipótesis. A Domínguez lo decapitaron y este miércoles un equipo de fuerzas especiales de a Bonaerense buscaba sin éxito su cabeza.
Los rastrillajes en el baldío FOTO: ABC SALADILLO
La trágica historia empezó este lunes en una casa sobre la calle Hipólito Yrigoyen al 3900, en Saladillo. María Rosa Abal (48) estaba con su hija, Marisa Moreno (30), cuando apareció Domínguez, su ex.
El hombre estaba armado y las amenazó. Fue una más de las tantas veces en que lo hacía en los últimos dos meses y medio, pero también fue la peor.
Es que, desde que María Rosa había juntado fuerzas para separarse, Domínguez se había puesto cada vez más violento. Ella le tenía miedo pero se animó a hacer la denuncia en la Comisaría de la Mujer. No se atrevió a pedir la perimetral porque le preocupaba que resultara peor. O que pasara lo que finalmente ocurrió.
Los investigadores en el lugar del hallazgo. FOTO: ABC SALADILLO
Cuando apareció en la casa, Domínguez empezó a los tiros. A María Rosa no la mató por centímetros: le disparó en la espalda, muy cerca de un pulmón. A su hija, Marisa, la hirió en la mano derecha. Las dos terminaron en el hospital.
Los vecinos llamaron al 911 y Domínguez se escapó por la medianera del fondo. Estuvo desaparecido hasta este martes.
Fue a eso de las 18 que el dueño de un baldío llamó a la Policía. Había ido a cortar el pasto de su terreno y se había encontrado con un cuerpo.
Era Luis Domínguez, confirmaron sus familiares por la ropa y rasgos de su cuerpo. Pero no estaba completo.
A Domínguez, se sospecha ahora, lo decapitaron y descartaron su cuerpo en ese terreno, a 850 metros de la casa de María Rosa.
La aparición del cuerpo decapitado hizo que en Saladillo se dijera de todo. Por ejemplo, que a su cabeza se la había llevado un perro o que se había suicidado y una alimaña se la había arrancado.
Fuentes de la investigación confirmaron a Clarín que Domínguez había sido «decapitado». Pero ese baldío no fue la escena del crimen. «No había una gota de sangre y, por la magnitud del caso, debería. Estamos investigando un homicidio, no hay posibilidad de que haya sido otra cosa. Los resultados preliminares de la autopsia no detectaron otras lesiones, excepto algunas defensivas, pero hasta no hallar la cabeza no podemos saber. Eso y la escena del crimen son el eje de la búsqueda», detallaron.
El arma con el que el hombre había baleado a María Rosa y Marisa estaba tirada en el baldío de Bonifacio Alisal y Alejandro Armendariz, justo frente a una cancha de fútbol, a metros del cadáver.
«No es una zona rural, sí un poco alejada del centro. Pero al lado del terreno hay una vivienda, hay casas en la cuadra, no es inhóspito. No descartamos que la cabeza pueda estar en el mismo predio, pero como hay pastos crecidos y poca visibilidad, los peritos recomendaron que el rastreo se haga con perros para evitar que se contamine», explicaron las mismas fuentes.
Luis Domínguez era albañil y tuvo una relación de 14 años con María Rosa. Hacía menos de tres meses que ella lo había denunciado por maltrato pero la causa fue a un juzgado de familia y no se abrió una investigación penal. La mujer tiene una hija y dos hijos varones, todos de un matrimonio anterior. Las dos mujeres baleadas fueron dadas de alta pero continúan con curaciones y tratamiento médico.
El ataque a las dos mujeres y el crimen de Domínguez son investigados por la Fiscalía n° 1 de Saladillo, a cargo de Patricia Hortel.
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