El presidente Alberto Fernández llamó hoy a debatir «desde el punto de vista de la salud pública» el proyecto de legalización del aborto que se apresta a enviar al Congreso Nacional.
Fernández expresó que «no puede ser penalizada» la interrupción de un embarazo y advirtió que, en caso de que la iniciativa se convierta en ley, no significará «que el aborto sea obligatorio».
Con estas declaraciones, en una entrevista brindada a radio Con Vos, el Presidente ratificó que el proyecto será enviado al Congreso Nacional «antes de que concluya el debate parlamentario» del período ordinario, tal como lo había adelantado el lunes último la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra.
Fernández postuló discutir la legalización del aborto «desde el punto de vista de la salud pública» y evaluó que se trata de un debate que debe ser resuelto.
«Penalizar no es la solución; lo dije en la campaña», expresó el Presidente, quien exhortó a dar un «debate sano y franco» y graficó: «No es blanco o negro, es una opción».
El proyecto de legalización del aborto será enviado al Congreso junto al Plan de los 1000 días, una iniciativa que apunta a garantizar la atención y el cuidado integral de la vida y de la salud de la mujer embarazada y de sus hijos o hijas en los primeros años de vida.
El Gobierno enviará este mes al Congreso los proyectos de legalización del aborto y el «Plan de los Mil Días», iniciativa esta última que establece un acompañamiento de la maternidad y de los tres primeros años de vida de niños y niñas en situación de vulnerabilidad, anunció hoy la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra.
«Es oficial, el Presidente va a enviar el proyecto de ley en el año 2020, en el mes de noviembre, y va a ser incorporado en el temario de extraordinarias», detalló Ibarra en declaraciones al canal C5N.
La funcionaria indicó que el Poder Ejecutivo enviará esa iniciativa «junto con el proyecto de ley de acompañamiento a la maternidad y a los 3 primeros años de vida de niñas y niños recién nacidos».
El presidente Alberto Fernández había anunciado ambos proyectos en su discurso ante la Asamblea Legislativa del 1° de marzo, antes de que la pandemia de coronavirus modificara los planes del Congreso para este año.
Ibarra recordó que el mandatario además «asumió ese compromiso en campaña electoral» y no sólo lo ratificó ante la Asamblea Legislativa sino «cada vez que fue consultado».
Al respecto, la funcionaria recordó que el país está «cursando un año muy complejo por lo que sucedió con la pandemia».
Ibarra señaló que el Gobierno tiene una «mirada vinculada al salud pública», en referencia a que «el aborto clandestino en Argentina es un enorme problema de salud pública».
«Más allá de la amenazas de prisión, las mujeres acuden a abortos clandestinos que se estima que son entre 370 mil y 520 mil por año».
Ibarra sostuvo que esa problemática constituye una «enormidad, donde las mujeres van a exponer su vida y su salud».
«Es un problema de salud pública y el objetivo que se ha planteado el Presidente es evitar las muertes de mujeres, que quede afectada su salud y lograr que ingresen al sistema de salud, de forma tal de lograr bajar el número de abortos y embarazos no intencionales», completó la funcionaria.
Sobre el proyecto de los «Mil Días», Ibarra planteó que «cuando la mujer tiene un proyecto de maternidad, que es algo muy valioso y muy hermoso, tiene que saber que el Estado va a estar allí acompañándola, tanto en el cuidado de su salud como en las necesidades materiales que tenga».
Del mismo modo, esa iniciativa contempla el cuidado de los niños y niñas «durante por lo menos los 3 primeros años de vida, para poder estar allí y que ninguna, por falta de recursos, tenga que acudir al aborto».
«El aborto no debe ser una opción en ese sentido, sino el respeto a una decisión de una mujer», aclaró.
Ante el debate legislativo en sesiones extraordinarias, Ibarra sostuvo que la intención del Gobierno es que los proyectos tengan un «tratamiento razonablemente rápido», porque el proyecto de legalización del aborto «fue muy debatido en 2018» y el objetivo para esta ocasión es que el debate sea «muy respetuoso y cuidadoso».
Sobre el proyecto integral sobre aborto -que va más allá de la despenalización y avanza hacia la legalización- trabajaron en conjunto los ministerios de Salud, a cargo de Ginés González García; y de las Mujeres, encabezado por Elizabeth Gómez Alcorta, mientras que del de asistencia a las embarazadas se ocupó la cartera de Desarrollo Social, liderado por Daniel Arroyo.
En tanto, el «Plan de los Mil Días» tiene como objetivo garantizar la alimentación de la madre desde el embarazo hasta que su hijo tenga más de dos años.
«Si la mujer quiere tener el hijo, la falta de recursos no será una excusa. El Estado le garantizará una adecuada alimentación», subrayaron fuentes oficiales sobre el proyecto, que se inspira en uno similar que funciona en Francia y consiste en que el Estado garantiza a la madre su alimentación y suplementos necesarios durante el embarazo y los primeros años de vida.
En el país, un sistema similar funciona en la provincia de San Juan, uno de los primeros distritos que visitó Arroyo durante el verano y en el que también incursionó la primera dama Fabiola Yañez.
La agrupación Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá) convocó para mañana a una «sentada nacional» para pedir a los legisladores y legisladoras nacionales el tratamiento urgente de un proyecto de legalización del aborto, ante la inminencia del cierre del año legislativo.
«Es responsabilidad del Estado crear políticas que eviten las muertes, las injusticias sociales fruto de la clandestinidad del aborto y la posibilidad de decidir sin miedo”, dijo la agrupación en un comunicado.
“Los organismos internacionales de derechos humanos, la sociedad argentina, la evidencia científica, han alertado sobre la urgencia de garantizar educación sexual, anticonceptivos y aborto legal, llegando a presentar proyectos que lograron media sanción en el Congreso en 2018”, añadió.
Agregó que “la pandemia es la causa de la urgencia” y advirtió que “la clandestinidad es la que recarga el sistema de salud”.
La agrupación sostuvo que más allá de la posibilidad del envío al Congreso de un proyecto por parte del presidente Alberto Fernández, “ya contamos con proyecto fruto de la articulación de cientos de organizaciones en el marco de la Campaña por el aborto legal, seguro y gratuito”.
“Seguimos reclamando el derecho a Educación Sexual Integral, Anticonceptivos para decidir sobre nuestros derechos sexuales (no) reproductivos y Aborto Legal”, concluyeron.
En la ciudad de Buenos Aires la sentada será en la esquina de Callao y Rivadavia, a las 14 horas; en Mar del Plata a las 11 en Yrigoyen y Luro; en Córdoba en la Plaza de la Intendencia a las 17; en Chaco a las 18 frente a la Casa de Gobierno; en Chubut a las 18 en los Tribunales de Trelew; y en Entre Ríos se realizará una intervención en peatonal y Plaza 1° de Mayo de la ciudad de Paraná.
También en Neuquén y en Mendoza a las 18 frente a sus respectivas legislaturas; en Posadas, Misiones, a las 14 en la Cámara de Representantes; en Salta a las 18 en la Plaza de la Legislatura; en San Luis a las 16 en la Plaza de Pringles; en San Juan a las 11,30 frente a la Cámara de Diputados; en Rosario en la Sede de Gobierno a las 12; a las 9 en la Legislatura de Santiago del Estero; y a las 18 en la Casa de Gobierno de Tucumán.
La red social Twitter es, desde esta mañana, la antesala de las distintas actividades que se realizarán hoy para reclamar la despenalización y legalización que concluirán con un «pañuelazo» virtual que se llevará adelante a las 18 a través de YouTube.
En el marco del Día de la Lucha por la Despenalización y Legalización del aborto en América Latina, los hashtag #AbortoLegal2020 y el lema «Es Urgente, es prioridad» impulsado por la militancia se multiplicaban hoy en miles de mensajes.
Uno de los que contaba con más interacciones en la red social era el del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad: «En el Día de Acción Global por el acceso al Aborto Legal y Seguro reconocemos y reafirmamos la necesidad de garantizar los derechos reproductivos de las mujeres y LGBTI+ de nuestro país para que no haya más muertes por abortos clandestino».
La propia ministra del área, Elizabeth Gómez Alcorta, se pronunció en el mismo sentido al afirmar que «mirar para otro lado es insostenible».
«En nuestro país se interrumpen entre 350 y 500 mil embarazos por año pero la penalización del aborto sigue vigente, forzando las prácticas inseguras y condiciones de clandestinidad, que ponen en riesgo la salud y la vida», tuiteó Gómez Alcorta.
La escritora Claudia Piñeiro, por su parte, no sólo se manifestó a favor del reclamo sino que además relató la violencia que emerge en las redes contra la campaña por el aborto legal.
«Hay gente que ve pasar un tuit sobre Aborto legal, no está de acuerdo, y lo deja pasar. Hay otra que te dice asesina, puta, vieja chota, bruja, ojalá te hubieran abortado, qué vergüenza para tus hijos, sorete, etc. Casi todos hombres», ejemplificó.
En tanto, la diputada nacional por Juntos por el Cambio Silvia Lospennato, recordada por su intervención en el debate que se dio en 2018, dijo que «Argentina puede volver a liderar la ampliación de derechos en América Latina» y le pidió al presidente Alberto Fernández que «envíe su proyecto» al Congreso: «Estamos listas para debatirlo», añadió.
También el colectivo de Actrices Argentinas, haciéndose eco del carácter regional del reclamo, publicó un video en el que aparecen, entre otras, Dolores Fonzi, acompañada de Natalia Oreiro (por Uruguay) y Julieta Venegas (México), pidiendo «que sea ley» la interrupción voluntaria del embarazo.
Más de doscientas organizaciones nacionales e internacionales que en su mayoría integran la “Unidad Provida” realizaban hoy manifestaciones en distintas ciudades argentinas y organizaron una transmisión en vivo de las mismas a través de internet, con motivo del segundo aniversario de la sesión en la que la cámara de senadores rechazó la aprobación de la Ley de Aborto Seguro, Legal y Gratuito.
A través de un comunicado, las organizaciones que rechazan la legalización del aborto informaron que hoy se manifestaban en distintas ciudades para celebrar el Día Internacional de Acción por las 2 Vidas.
Ana Mármora, una de las conductoras de la transmisión, señaló: “decían que el aborto legal no iba a obligar a nadie a abortar. Ahora van a hablar las mujeres reales, a las que les mienten, presionan y fuerzan a abortar».
«Les están negando su derecho a ser madres y sufren violencia institucional, desamparo y discriminación”, opinó.
Memé Moscoso, abogada cordobesa, afirmó que “los principales promotores del aborto clandestino son las organizaciones abortistas que venden misoprostol en connivencia con el Estado. Queremos mostrar que el aborto no es un derecho, es un gran negocio que descarta a los más vulnerables y destruye el Sistema de Salud”.
El presidente Alberto Fernández afirmó este viernes que la pandemia por coronavirus “cambió las urgencias” del Gobierno nacional que asumió el 10 de diciembre del año pasado, y por eso “las prioridades se han visto alteradas”.
“Argentina sigue teniendo las mismas carencias del 10 de diciembre y algunas se complicaron mucho más como consecuencia de la pandemia, que complicó absolutamente todo”, dijo el mandatario en una entrevista con periodistas de Radio Nacional.
En este sentido, el Presidente explicó que debió postergar el envío de la ley de aborto al Parlamento por el avance de la enfermedad, pero aclaró que se mantiene dentro de la agenda de postpandemia.
Fernández dijo que la ley para legalizar el aborto también «se postergó por la urgencia, pero está pendiente»
“Las prioridades siguen siendo las mismas, hay que seguir trabajando para mejorar las condiciones de igualdad, para darle a la mujer los derechos que tienen; yo no he abdicado en mandar la ley de aborto, en absoluto, simplemente postergamos el envío por la urgencia que hoy tenemos”, enfatizó y agregó: “Es un tema pendiente en la Argentina y no lo he dejado de lado como algo importante a resolver”.
Fernández explicó que el proyecto está terminado y que no fue enviado aún porque sabe que va a generar un debate en toda la sociedad. “No lo hemos mandado porque va a generar un debate, y está bueno que así sea. Pero preferí postergar ese debate por el de hoy, que es la pandemia”, agregó el mandatario.
Así, el Presidente ratificó su postura a favor de la legalización del aborto y pidió entender que cuando se habla de la interrupción del embarazo, se refiere a un tema de salud pública. “Yo no me siento bien sabiendo que en la Argentina mueren mujeres por un aborto”, afirmó.
Asimismo, Fernández anticipó que promoverá la aprobación del “Plan de los 1000 días” para garantizar la atención y el cuidado integral de la vida y de la salud de la mujer embarazada y de sus hijos. “Quiero dar certezas, que el Estado garantice salud y alimentación a madre e hijo entre los 1000 días que van desde el momento del embarazo hasta que el chico cumpla tres años”, afirmó el mandatario y adelantó que impulsará que ambos proyectos se traten juntos.
Una mujer levanta un pañuelo celeste durante la última movilización por las Dos Vidas que se realizó en Luján
Dentro de estas prioridades alteradas, a las que hace mención el mandatario, se encuentra le reforma judicial. Fernández manifestó que espera poder enviar al Congreso “en los próximos días” el proyecto de reforma judicial, a la vez que remarcó que quiere “seguir trabajando profundamente para que la Inteligencia se dedique a lo que se tiene que dedicar”.
“Espero que en los próximos días pueda mandar la reforma para que funcione de mejor modo la Justicia Federal argentina en todos sus fueros”, sostuvo el mandatario, quien señaló que va a “trabajar para tener una mejor Justicia”.
El jefe de Estado reveló además que el jueves envió el pliego de Cristina Caamaño para ser designada directora general de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). “Quiero seguir trabajando profundamente para que la Inteligencia argentina se dedique a lo que tiene que dedicarse, que es preservar los intereses del país frente a otros riesgos, que no son los argentinos, piensen como piensen”, añadió.
Alberto Fernández en videoconferencia desde la Quinta de Olivos (Presidencia)
Profesionales médicos de una unidad de atención sanitaria de la localidad de Villa Griselda, en La Banda, Santiago del Estero, le negaron la interrupción legal del embarazo a una niña de 12 años que había quedado embarazada producto de una violación.
Una autoridad médica de la Unidad Primaria de Atención Sanitaria (UPA) Nº 3 de Villa Griselda mintió con respecto al tiempo de gestación para que la niña no pudiera realizar a tiempo la interrupción de su embarazo.
La práctica del aborto para un caso como el de la pequeña de Villa Griselda está contemplada por la ley argentina desde 1921, hace casi 100 años. Incluso, al tratarse de una menor de 13 años, esa relación sexual es contemplada por la ley como violación.
Sin embargo, algunas autoridades del centro de salud que la atendieron apelaron a diversas estrategias de ocultamiento de información y mentiras para evitar la realización del procedimiento.
María (nombre ficticio), la protagonista de la historia, es cartonera. Según su legajo del sistema de protección de niñez, su vida estuvo atravesada por los abusos sexuales. En los documentos figuran denuncias de cuando ella tenía 3 años, en 2011, y luego dos episodios nuevos padecidos en el 2013 y el 2017.
La niña vive junto a su madre, la pareja de ella y sus dos hermanitos de 8 y 6 años en una habitación muy humilde que la familia alquila en las afueras de La Banda.
De tal modo, María quedó involucrada en una trama que ya es moneda corriente en la provincia de Santiago del Estero, donde no se aplica un protocolo de atención de los casos de interrupción legal de embarazo, generalmente debido a artimañas de los profesionales de la salud pública.
A lo largo del tiempo, se volvió una práctica habitual que aquellas personas que atienden este tipo de embarazos les mienten a las solicitantes del aborto y luego ocultan información a las autoridades sanitarias provinciales. Una vez que éstas toman conocimiento de la situación, el embarazo de la solicitante ya se encuentra en un estado muy avanzado y no queda otra alternativa que continuarlo.
En Santiago del Estero no se aplica el protocolo de la interrupción legal del embarazo, contemplado por la ley argentina desde 1921
La historia de María se remonta al 2 de abril, cuando acudió a la UPA Nº 3 acompañada por su madre debido a fuertes dolores abdominales. Después de idas y vueltas, la pequeña logró hacerse una ecografía en una sala del barrio Misky Mayu.
El resultado del procedimiento dio una edad gestacional de 20 semanas. La niña volvió a atenderse en la UPA Nº 3 y, según afirmaron referentes de Salud Sexual y Reproductiva de la provincia, dentro de ese establecimiento nunca le brindaron la información necesaria sobre derechos sexuales y reproductivos, acción que está contemplada en los artículos 3 y 5 de la Convención sobre los Derechos del Niño y el artículo 26 del Código Civil y Comercial de la Nación.
La coordinadora de la UPA Nº 3 de Villa Griselda, María de los Ángeles Pereyra, se demoró así casi tres semanas en comunicar a las autoridades sanitarias de Santiago del Estero sobre el embarazo de María.
El informe de la médica está fechado el 26 de abril, pero llegó al Ministerio de Salud de la provincia dos días después. Lo peor de la historia es que, en ese mismo documento, la médica informó que la niña llevaba un embarazo de 26 semanas: le agregó un mes y medio al tiempo de gestación real. Además, se especificó que el embarazo había sido producto de una relación con otro joven, cuya identidad no fue revelada por la protagonista.
“Con antecedente de transgresión alimentaria, se indica dieta y seguimiento, programándose control obstétrico”, rezaba el comunicado de Pereyra.
Al recibir la documentación, la cartera sanitaria de Santiago del Estero asumió que el tiempo de gestación ya se acercaba a las 30 semanas, por lo que se indicó continuar con el acompañamiento del embarazo. La práctica de la ILE se había dificultado demasiado.
Así, la historia continuó hasta la intervención de los representantes de Fortalecimiento Familiar de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia, que decidieron derivar a la pequeña al Centro Integral de La Banda, una de las grandes referencias de maternidad en la provincia.
En ese nuevo centro de salud se constató que María no cursaba la semana 30 de embarazo, sino que se encontraba en unas 24 semanas, aproximadamente.
Más de 60 países, la mayoría de ellos ubicados en el mundo desarrollado, brindan acceso legal y seguridad a interrupciones voluntarias de embarazos (Patricio Murphy)
Pese a que con esa nueva información todavía se podía haber efectuado la práctica de la ILE, el sistema de salud provincial tampoco respondió al reclamo.
La mamá, obligada por la situación personal de la familia a tener que regresar con sus otros hijos pequeños, firmó el alta voluntaria de María y ambas abandonaron el centro de salud.
En las semanas siguientes, se produjeron diversos cortocircuitos entre un tocoginecólogo de la provincia, que aseguraba que todavía era posible practicar el aborto, y representantes de Maternidad e Infancia de la provincia, que aseguraban que ya era demasiado tarde y riesgoso.
El caso de María fue elevado finalmente al Programa Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, desde donde se aconsejó reportar todas las irregularidades del caso de María a la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Desarrollo Social y la Defensoría de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes para que se restituyan los derechos vulnerados a la niña de 12 años.
Apenas un día después de los anuncios del presidente Alberto Fernández para inaugurar el período de sesiones ordinarias del Congreso, el presidente del bloque oficialista en el Senado, José Mayans, advirtió que si se aprueba el proyecto de ley de legalización del aborto “el Estado está autorizando a matar a una persona”.
El senador del Frente de Todos, un formoseño que fue elegido para ese cargo por la vicepresidenta Cristina Kirchner, destacó en diálogo con la FM Futurock que el aborto es un tema “muy profundo” y que, más allá de su postura, el bloque que preside “respetará la decisión de cada senador y diputado”.
En ese sentido, señaló que “está prohibido tomar una vida por sí a un ser que se está gestando” y afirmó que con la iniciativa que presentará el Poder Ejecutivo al Congreso “se está autorizando matar a una persona”.
Ante una consulta sobre si estaba comparando el aborto con la pena de muerte, el senador nacional sostuvo que “si el Estado está autorizando a matar a una persona, obviamente”.
Alberto Fernández y Cristina Kirchner, durante la Asamblea Legislativa de este domingo
Tras asegurar que se podría “accionar judicialmente” de aprobarse la ley, Mayans consideró que la muerte por aborto “es la causal de muerte número 77 en las mujeres” y se preguntó qué se hace por “los otros temas centrales” porque, aseguró, «hay más mujeres que se mueren por otras causas”.
“Hay que trabajar en las prioridades en la salud pública para atender las prioridades: acá nadie tiene que morirse, ni la mujer ni el niño”, agregó.
Según anunció Alberto Fernández, el proyecto del Poder Ejecutivo sobre la legalización del aborto será acompañado de otro proyecto de ley que establecerá «la asistencia del Estado a mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad, conocido como el Plan de los 1.000 días, para garantizar la atención y el cuidado integral de la vida y de la salud de la mujer embarazada y de sus hijos o hijas en los primeros años de vida”.
Mayans afirmó que su postura respecto al aborto “sigue siendo la misma” que la que tenía en 2018, cuando el Senado debatió el texto que finalmente fue rechazado por la Cámara alta, y puso de relieve que la Constitución argentina y los tratados internacionales a los que la Argentina adhiere “están a favor de la vida y crean obligaciones en ese sentido”.
Mayans y su par radical Silvia Elías de Pérez, antes del debate en el Senado del proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo, en agosto de 2018
En su discurso de este domingo para inaugurar el período de sesiones ordinarias del Congreso, el Presidente anunció en estos términos el proyecto sobre la legalización del aborto: «Quiero ahora abordar un tema que llevamos mucho tiempo debatiéndolo entre nosotros. Sé que para muchos es un tema que tiene profundas implicancias personales. Todos saben de lo que estoy hablando. El aborto sucede. Es un hecho. Y es sólo la hipocresía que a veces nos atrapa la que nos hace caer en un debate como este. Por eso, dentro de los próximos diez días presentaré un proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo que legalice el aborto en el tiempo inicial del embarazo y permita a las mujeres acceder al sistema de salud cuando toman la decisión de abortar”.
Este anuncio de Fernández, junto con el de la reforma judicial que propone el Poder Ejecutivo, fueron los dos momentos de su discurso más aplaudidos por los presentes en la Asamblea Legislativa.
Incluso fue uno de los proyectos más elogiados por distintos referentes de la oposición, como la diputada nacional por la UCR Karina Banfi y la diputada porteña del Frente de Izquierda Myriam Bregman, entre otros, mientras el presidente del Comité Nacional de la UCR y actual diputado nacional, Alfredo Cornejo, planteó la necesidad de que el proyecto de ley de aborto pase primero por una instancia superior al Congreso como una consulta popular.
Juan Pablo Medina, de 25 años, recurrió a la Justicia para intentar evitar que su novia, una estudiante de 22 años con un embarazo de siete meses, se sometiera a un aborto.
Medina, estudiante avanzado de Derecho, oriundo de Popayán, suroeste de Bogotá, contó a los medios que el bebé que esperaban había sido concebido de común acuerdo y que el niño no tenía “ninguna afectación, ninguna malformación”.
Dijo que con su novia llevaban 14 meses de relación y que de común acuerdo decidieron tener un hijo. En septiembre pasado supieron que ella tenía tres meses de embarazo. “Nos puso muy contentos. Pensamos bautizar al niño como Juan Sebastián”.
Las cosas cambiaron cuando el 27 de diciembre la madre de ella supo del embarazo y trató de disuadirla con el argumento de que afectaría sus estudios. La mujer empezó por separar a los jóvenes, y Juan Pablo perdió contacto con su novia, hasta que se enteró, en enero, de que ella “estaba hospitalizada voluntariamente solicitando el proceso del IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo)” .
Juan Pablo Medina, durante la campaña que hizo para tratar de salvar la vida de su hijo
“El 7 de enero se comunica una familiar de ella con un familiar mío -contó a la Semana.com– y le dijo que la madre estaba en un hospital en Cali y que el bebé traía malformaciones”, cosa que él niega.
El joven se declaró convencido de que la decisión no era de ella, sino fruto de la presión de su familia, en especial de su madre.
A inicios de enero se enteró de que su novia estaba hospitalizada por un supuesto “estado crítico de salud” y “malformaciones” del bebé. Pero la EPS (Entidad Prestadora de Salud) de la joven se negó a certificar que existiera una causal de “salud mental” para abortar.
Juan Pablo Medina se mostró muy extrañado ante estos argumentos “porque hasta la última ecografía del 6 de diciembre el bebé venía en óptimas condiciones”. Hasta ese momento habían realizado los controles prenatales con normalidad.
Los parientes de la muchacha le dijeron que ella alegaba no estar “preparada para acoger al bebé, que quería terminar su carrera y (que no tenía) los medios económicos”.
El hospital de Cali dio de alta a la madre en perfecto estado el 21 de enero. Entonces entró en acción una ONG llamada -irónicamente- “Profamilia”, cuya especialidad al momento de su creación (1965) era la contracepción y ahora es el aborto [está afiliada a la Federación Internacional de Planificación Familiar], desde que la Justicia colombiana aprobó un Protocolo de aborto no punible, similar al que rige en Argentina actualmente.
El hashtag #SalvemosaJuanSe se volvió tendencia en Colombia durante los días previos al aborto del bebé
En mayo de 2006, y mediante sentencia C-355/06 de la Corte Constitucional, el aborto había sido despenalizado en Colombia para los casos de riesgo de vida de la madre, violación sexual y malformaciones fetales.
El tema sigue en litigio y hay demandas presentadas ante la Corte Constitucional de Colombia, para que se defiendan los derechos del niño por nacer.
“Todos los colombianos sabemos que (Profamilia) es una de las entidades que está a favor del aborto”, dijo Medina en una entrevista conSemana.com. “Ellos manifiestan que ella se encuentra afectada psicológicamente, que tiene tendencia a querer realizar un suicidio y demás”, agregó.
Si una madre soltera puede salir adelante, un padre soltero también puede (Juan Pablo Medina)
Medina, entretanto, insistía en que su hijo por nacer era “un niño que ya prácticamente puede vivir fuera del vientre de su madre”, y que él estaba dispuesto a criarlo solo.
“Si una madre soltera puede salir adelante, un padre soltero también puede”, decía, y pedía que no se le quitara “la vida al bebé” y que se lo entregasen a él.
“Para mí él es Juan Sebastián, ya compré todo, la cuna, el kit de aseo. Quiero que me lo entreguen a mí y no se le vulnere su vida”, dijo.
Hubo muchos mensajes de apoyo a Juan Pablo Medina en las redes
A través de sus abogados presentó una denuncia penal por tentativa de homicidio y una acción de tutela. En la impugnación a la tutela interpuesta por Juan Pablo Medina, Profamilia sostuvo que el 22 de enero se le había hecho una valoración psicológica a la madre, que confirmó la causal de “salud mental” y gestionó la realización del procedimiento como era “su obligación”.
Pero el juez había dictaminado que no bastaba con la opinión de Profamilia y pedía una nueva valoración de la causal salud mental de la madre esgrimida para realizar el aborto. El centro respondió que ese pedido de la Justicia era una traba a un “derecho” fundamental. Y que estaba “obligado a garantizar la prestación de servicios de IVE” bajo las instrucciones de la Circular 003 de la Superintendencia de Salud “de realizar el procedimiento, de ser médicamente posible, dentro de los 5 días hábiles contados a partir de la consulta”. También argumentó que pedir certificados médicos adicionales era “una traba y una barrera administrativa” para el “derecho” del aborto.
Jaime López, el personero de Popayán cuyas funciones, entre otras, son la guarda y promoción de los derechos humanos y la protección del interés público, dijo que si el caso no se encuadraba en las causales fijadas por la Corte Constitucional, el procedimiento sería ilegal. Y anunció que tratarían de ponerse en contacto con las autoridades de la clínica para “tratar de establecer cuál va a ser el tratamiento que se va seguir”, y que consideraban convocar a trabajadoras sociales de la misma clínica y de la Secretaría de Salud y de la Defensoría del Pueblo para acompañar el caso, “porque lo más importante es proteger el derecho a la vida, cuando no sea una de las circunstancias que ha establecido la Corte para que se pueda proceder a practicar este tipo de procedimientos”.
Sin importar la súplica de Juan Pablo Medina, el 11 de febrero Profamilia realizó el aborto del bebé de 7 meses de gestación
Pero, sin importar nada de esto, ni atender la súplica de Juan Pablo Medina, Profamilia realizó el aborto del bebé de 7 meses de gestación el 11 de febrero pasado.
La lucha de Juan Pablo por el derecho a nacer de su hijo se había vuelto tendencia en las redes sociales y logró llegar a los medios de comunicación, pero no alcanzó. Tampoco la intervención de la Justicia.
“Los médicos de Profamilia no tienen alma, no tienen ética profesional. Para ellos es muy sencillo extraer del vientre otro bebé más en Colombia”, dijo Medina, cuando aún creía posible salvar al bebé.
En la Argentina, luego del rechazo de la legalización por el Congreso en 2018, se habilitó un protocolo muy similar al de Colombia
El juez no había rechazado del todo el “derecho” de la madre a abortar, pero puso en duda las causales alegadas,. y en su fallo del 30 de enero le había dicho a Profamilia que no era posible “dar por cumplido el requisito establecido por la Corte Constitucional referido a la certificación médica”, teniendo en cuenta que el ginecólogo (de Profamilia) “no es el idóneo para conceptuar frente a la salud mental de una persona”. En consecuencia, pidió una nueva valoración a la EPS de la madre gestante antes de que se practicara el aborto.
La entidad no esperó que se cumpliera lo ordenado por el juez y procedió a abortar a Juan Sebastián, antes de que la Justicia hubiera resuelto el planteo de fondo.
Los términos en los que Profamilia justificó la causal de salud mental con fecha 6 de febrero son los siguientes: “(La joven) comenta que desde que se enteró de la gestación ha experimentado una serie de cambios a nivel emocional, se torna deprimida, en crisis de llanto, comenta que con frecuencia ha tenido pensamientos negativos asociados a ideación suicida (como lanzarse hacia los vehículos, lanzarse de un tercer piso, cortarse las venas o el estómago), ha presentado alteración del sueño y el apetito, se torna dispersa, con falta de concentración y aislamiento, manifiesta que se han generado cambios en la forma de relacionarse con las personas y que desearía volver a ser la joven alegre a la que le gustaba salir, bailar, recochar [sic, por divertirse] y que se sentía feliz”.
“A través de la valoración realizada -concluía la entidad- puede evidenciarse que la actual condición de la paciente a partir de una gestación no planeada está generando una afectación en la esfera mental, representando riesgos para la salud física y mental a corto y largo plazo, estando así amparada en la causal de riesgo para la salud”.
¿Resulta creíble? En todo caso, quedó la duda acerca de si la muchacha fue informada de la voluntad de su novio de criar al niño por su cuenta. O de la alternativa de darlo en adopción. La versión de la joven de que la gestación no fue planeada tampoco fue chequeada con el padre ni con el entorno.
Tras dos semanas en que el caso estuvo en los medios y en las redes, se supo que, finalmente, el 11 de febrero, se llevó a cabo el aborto. Al padre se lo notificaron las autoridades judiciales. “Lo mataron”, dijo.
De inmediato, inició otro proceso legal, ahora con el objetivo de que sean condenados los responsables. Hará la denuncia penal tanto contra su novia como contra la madre de esta, instigadora del aborto.
En un comunicado, el joven agradeció a todos los colombianos que lo habían respaldado en esta lucha y habló del dolor que sentía al perder a un hijo al que deseaba “ver nacer, ver crecer y darle” todo su amor. “¡No permitamos que haya más Juanses en Colombia!”, pidió.
El comunicado del padre de «Juanse»
“Este tipo de acciones llevadas a cabo por Profamilia son una muestra del abuso de las decisiones de la Corte Constitucional”, agregó.
La Institución Prestadora de Salud que realizó el aborto advirtió que no revelará los pormenores del procedimiento, invocando secreto profesional.
Es que resultaría extremadamente chocante que revele esos pormenores, ya que a esa altura del embarazo ni siquiera puede hablarse de aborto: se trata de un parto inducido y ciertamente es mejor para ellos que no expliquen de qué modo pusieron fin a la vida de un niño con siete meses de gestación.
Este caso expone los aspectos más polémicos de los llamados protocolos de aborto no punible; a saber, la ambigüedad en la definición de algunas causales (como el “riesgo para la salud de la madre”), la no fijación de un límite temporal en la gestación para la realización de esta práctica, la negación de los derechos del padre del niño concebido y la nula voluntad por buscar soluciones alternativas y por el contrario un verdadero empecinamiento en la vía más drástica y sin retorno por parte de quienes luego aseguran que “nadie quiere el aborto”.
Jorge Yoma pasó el último mes en La Rioja. Dejó la embajada en Lima y volvió a su provincia, donde comenzó a trabajar para lograr la firma de un acuerdo de integración con Catamarca. “No tengo un cargo», aclara, en un living amplio del piso que tiene en Belgrano, en la ciudad de Buenos Aires. “Queremos acordar políticas activas, crear una agencia de promoción de inversiones, planificación y comercio exterior de la región”, explica.
A su lado, sobre un mueble, descansa un busto de León Trotsky. Un obsequio de Esteban Volkov, nieto del líder bolchevique y a quien conoció durante los años en que fue embajador en México. “Un tipo increíble, impresionante, interesantísimo, me hice muy amigo. ¡El último trotskista!», se entusiasma.
Una mayor admiración expresa cuando se refiere a Carlos Menem. “Este departamento me lo compré con la convertibilidad, ¿ves?”. Minutos más tarde levanta su teléfono celular: “Esto lo hizo Menem, ¿entendés?”. Y habla de la Panamericana y de la ruta 2, orgulloso, como si estuviera demasiado claro, como si no hiciera falta explicar más, como si nadie pudiera poner en duda que la única salida de la crisis es el regreso del 1 a 1.
—¿Cuál fue la mayor enseñanza que le dejó Menem?
—En los dos años que ministro de Gobierno lo veía a él cuando era candidato presidencial y, además, gobernaba La Rioja. Fue una maestría en la conducción política, en el liderazgo, en la persuasión. A los 30 ser ministro de un tipo como Menem, cuando estaba en plena campaña presidencial… Prácticamente me dejaba La Rioja a mí. Tuve la experiencia de gobernar casi, cuando él andaba de campaña por todos lados. Estar al lado de él, esos dos primeros años de mi carrera política, fue un máster en Ciencia Política.
—¿Todavía lo frecuenta?
— No. Lo apoyé mucho y lo vi, estuve con él, cuando fue su campaña para reelección como senador. La justicia electoral lo había impugnado, después fuimos a la Corte Suprema y la Cámara Electoral confirmó la impugnación. Lo ayudé mucho. Esto fue en 2017. Después me fui a Perú. Tengo una relación muy cordial, de mucho afecto mutuo. Sé qué es mutuo.
—Menem llega a su vida a través de su padre.
—Claro. Mi viejo había sido ministro de Hacienda en La Rioja en el segundo gobierno peronista y estaba en cana. A todos los que fueron parte del gobierno peronista en el 55 los metieron presos. Y ningún abogado quería defender a los presos políticos de, como le llamaban en aquella época, ese régimen depuesto. Porque además hasta estaba prohibido decir “Perón” o nombrar al peronismo por un decreto. Y Carlos Menem, recién recibido, jovencito, fue el único que se puso a defender y lo sacó de la cárcel a mi papá y a otros presos políticos del peronismo. Ahí empezó, no la relación mía, porque tenía un año, pero sí históricamente el vínculo afectivo y político con Menem.
—Usted estuvo preso también.
— Sí, dos veces. La primera, al fin del gobierno de Isabel Perón, estuve preso 20 días cuando ya estaba la Triple A en el Gobierno. Yo había sido fundador del partido Peronista Auténtico de La Rioja, que fue una escisión de la Juventud Peronista en la pelea que había entre la izquierda y la derecha peronista. Cuando el peronismo se derechiza, López Rega interviene el partido Justicialista y manda un interventor, un viejo fascista que ha mandado a perseguir a todo el mundo. Nosotros, con un grupo de la Juventud Peronista, nos escindimos del Justicialismo y creamos el partido Peronista Auténtico en La Rioja. Isabel saca un decreto declarando ilegal a nuestro partido y me metieron en cana con tres o cuatro compañeros fundadores en el gobierno de Carlos Menem. Y después en la dictadura, el día del golpe de Estado, también. Cayó la Gendarmería y me sacó de mi casa. Estuve desaparecido, no quiero banalizar el término, pero estuve sin que tuviera noticias mías mi familia, quince días hasta que mi mamá me salvó la vida. Recorrió todos los cuarteles, las comisarías de La Rioja, hasta que aparecí. Me blanquearon y me mandaron a la cárcel en La Rioja y me pudo ver mi mamá. Tres meses estuve.
—Milani estaba en La Rioja.
— Sí, en esa época era oficial de inteligencia y estaba destinado a La Rioja. Él fue uno de los que en el departamento de inteligencia del Ejército, del Batallón 141, donde nos tuvieron a nosotros, estaba ahí. Subteniente era, creo…
—¿Qué le pareció que lo hayan designado jefe del Ejército?
—Un disparate. El tema fue que no sabían cuando lo designaron lo que había sido.
—¿No sabían?
—Creo que no, porque Milani ascendió a general durante los gobiernos democráticos. Yo fui presidente de la Comisión de Acuerdos. No recuerdo haberle aprobado el ascenso a Milani, pero sé cómo funciona: la Comisión de Acuerdos envía el nombre de los militares a los organismos de Derechos Humanos y a la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia. Si el tipo no tiene antecedentes, pasa. Lo que pasa es que Milani estaba en el Nunca Más y los antecedentes, en La Rioja –en el Nunca Más de La Rioja, no el que reflejó el trabajo de Alfonsín-. No había antecedentes de Milani. Se vieron con Milani cuando el tipo asume la jefatura del Ejército. Yo no lo reconocí en ese momento. Compañeros que estuvieron presos conmigo dijeron: “Este es Milani, el que estaba allá, ahora es jefe del Ejército”. Creo que fue así. No es que creo: fue así. Cuando se va a tratar el pliego de él aparecen todos los antecedentes que figuraban en el Nunca Más de La Rioja porque unos compañeros lo reconocieron.
—¿Reivindica hoy las políticas de Carlos Menem?
—Para mí fue el mejor presidente. Menem… y Kirchner. Fueron los mejores presidentes desde la restauración democrática. Menem fue el presidente que hizo las transformaciones más importantes en la Argentina. Fue un punto de inflexión en Argentina. Primero, porque fue la única década sin inflación desde 60 años a esta parte, los diez años de la convertibilidad. Y Menem deja el gobierno con el nivel más bajo de pobreza de toda la restauración democrática, el 26%, pero creo que tuvo errores…
—¿Cuáles?
—Cuando devaluó Brasil perdimos competitividad nosotros. Cuando devaló el real, que era el principal socio comercial nuestro, debimos haber modificado la convertibilidad, el tipo de cambio, porque perdimos competitividad. Antes de llegar Menem al gobierno vos tenías que pedir un teléfono fijo y estabas tres años esperando para que te lo trajeran. Tres años tardaba el trámite. Qué sé yo. Acceso Norte era una calle de doble mano hasta que llegó Menem e hizo toda la Panamericana. Lo mismo que la ruta 2. Transformó la economía Menem. Creo que la historia va a ser más justa con Menem que sus propios contemporáneos. Y reivindico las ideas de Menem, absolutamente. Es más: creo que tenemos que volver a la convertibilidad. La única manera de lograr estabilidad y terminar con la inflación en la Argentina es volver a anclar el peso que circula al dólar, que tengamos las reservas en el Banco Central. Creo que hay que reconstituir reservas y volver a la convertibilidad.
—¿Y qué responde si le dicen “pero Yoma, mire cómo terminó eso”?
— Sí, lo que pasa que en el 99 lo sacaste a Fangio en el auto y lo pusiste a Chano, a De la Rúa. Lo iba a chocar. El problema no fue Menem ni la convertibilidad, el problema fueron los dos años de desquicio de la Alianza. No se puede obviar eso. No admito que me digan “mirá cómo terminó”. ¿Cómo va terminar un auto si sacás semejante conductor y ponés a otro conductor? Tenía que terminar mal.
—¿Sobre los indultos qué piensa?
—Me opuse, se lo manifesté a Menem. “¿Por qué esto? ¿Por qué indultarlos, perdonarlos?”. Y Menem me dijo: “Si no los perdono, ¿quién va a perdonar a estos tipos?”. Yo fui ministro de Gobierno de él, siendo gobernador, y en La Rioja cuando llegaba fin de año, para Navidad, hacía amnistías o conmutaciones de penas a los presos políticos. Y siempre teníamos problemas con los jueces porque había tipos que estaban en cana, condenados, y Menem les conmutaba la pena. Por supuesto que eran delitos contra la propiedad, no asesinos ni violadores. Un par de veces le dije: “Los jueces están protestando porque conmutamos la pena a éste”, y dice: “Yo no puedo ver preso ni a un pajarito en una jaula, yo estuve cinco años preso”. Tiene una cuestión con eso, con los cinco años preso y cómo los había pasado. Es una tortura. El sistema carcelario nuestro es una tortura. Pero él los había reprimido a los militares, terminó con las asonadas. El de Alfonsín fue un gobierno condicionado por las presiones. Cuando llegó Menem los reprimió a Seineldín y a todos esos, les metió bala y se acabó. Él ejercía el poder y es quien consolidó la democracia. Al levantamiento de Seineldín en Villa Martelli lo reprime. Alfonsín no lo reprime porque no le daban bola los mandos del ejército, los “carapintadas”. Eso él mismo lo reconoció. Es un tema de él, ejerció el poder en ese momento, firmó los indultos, le pareció que estaban bien. Para poner en la balanza: él indultó a los tipos pero es quien terminó con las asonadas militares.
—Hablábamos recién del modelo económico que usted elogia. ¿Cree que en Argentina hay lugar para que vuelva una experiencia de ese tipo?
—No tenemos otra salida. No hay manera de parar la inflación, de terminar con la expectativa inflacionaria, de darle estabilidad, de recrear la confiabilidad al peso. Si no, vamos a tener crisis recurrentes. Mirá, este libro me lo regaló Cavallo en 2015, se llama Camino a la estabilidad. Ahí plantea lo que se le venía a Macri si no enfrentaba la inflación. Macri lo que hizo fue todo lo contrario: metió un tarifazo, eliminó todos los subsidios a los servicios públicos, duplicó la inflación. ¿Cómo generás confianza en el peso que la gente tiene en el bolsillo y no salga a gastarlo apenas lo tiene porque sabés que mañana los precios te van a aumentar? Este fenómeno se frena valorizando el peso. La única manera de que el argentino vuelva a confiar en su moneda, a ahorrar, a invertir, a planificar, es la convertibilidad, que tenga paridad con el dólar. ¿Cómo recreás el crédito si las propiedades están en dólares?
—¿Pudo decírselo a Macri?
—Se lo dije. Él me dijo que el Fondo no lo iba a dejar y que los radicales tampoco. Se lo dije las tres veces que estuve. Después del 2017, cuando ganó las elecciones, tuve una reunión con él y le dije: “Es momento de acordar con el peronismo, clavar la convertibilidad, traerlo a Pichetto a tu gobierno. Acordá con los gobernadores, hacer un nuevo pacto federal. Aprovechá toda la legitimidad que tenés”.
—¿Se ilusionó con la incorporación de Pichetto como candidato?
—Soy muy amigo de Miguel, un compañero de toda la vida. Por él fui embajador en Perú, fue quien me propuso. La presencia de él en la fórmula le daba una visión federal al proyecto y además expresaba al peronismo. Pasa que creo que fue tarde. Pero Miguel es un tipo de enorme valía. El problema es que cuando Macri le propone la fórmula, lo que era la expresión del peronismo más o menos orgánico, federal, eran los gobernadores, Massa, Lavagna, ya había detonado todo eso. Miguel le dio una impronta política distinta a un gobierno que, la verdad, tenía muchos problemas políticos. No se animó, le faltó liderazgo a Macri. Es un tipo de buenas intenciones pero no tuvo liderazgo. Siempre estuvo muy limitado por su propia coalición de gobierno. La Argentina es un país en el cual no podés no tener liderazgo. Los mejores momentos que tuvo la Argentina fue cuando tuvo liderazgo firmes políticos. Somos un pueblo de caudillos cultural, históricamente. El pueblo deposita la confianza en un tipo porque culturalmente es así. Pasó con Yrigoyen, con Perón, con Alfonsín en el retorno de la democracia, con Menem, con Kirchner. Cuando no hay liderazgos claros tenemos problemas. Porque la gente deposita su confianza en un tipo.
—¿Alberto Fernández es un líder?
—No, va a tener que construir su liderazgo, como lo hizo Kirchner. El que lideraba era Duhalde, que lo puso a él y Kirchner se construyó su propio liderazgo desde la Presidencia. Hay que ver, lleva 50 días, pero es el gran desafío que tiene. Construir su liderazgo en acuerdo con las personas de una fuerte legitimación y liderazgo como es Cristina. Cristina tiene un liderazgo muy importante en una parte de la sociedad argentina. Entre ellos tendrán que consensuar el liderazgo de la presidencia.
—Tuvo una relación difícil con Cristina Kirchner cuando ella era presidenta y usted diputado.
—Tuvimos una muy buena relación en el Senado y en la convención constituyente en Santa Fe, en la salida de la crisis de la convertibilidad también trabajamos juntos. Pero en su último gobierno de ella, se erró mucho, no había margen para opinar de nada y generó choques. El actuar a conciencia de acuerdo a lo que yo creía correcto me generó choques con Cristina porque había un régimen medio castrense en el manejo de los bloques parlamentarios.
—Disciplina partidaria.
—Era una disciplina demasiado castrense. Yo tenía mi visión en dos o tres temas, lo manifesté y me echaron del bloque. Por eso en el último tramo fue una relación difícil.
—Lo echaron y después lo denunciaron. ¿Hubo lawfare?
—El lawfare en la Argentina existe. Es más, el chico de los mandados del lawfare en Argentina era Stiuso, el que armaba todo. La relación de la SIDE con los jueces federales siempre ha sido muy promiscua. Fui víctima de eso dos veces. El lawfare existe, es una herramienta lamentable de la política. Como dice Giovanni Sartori, la condena mediática es la peor de las condenas porque es inapelable. Cuando a vos te dicen “Matías Falco, denunciado por tal cosa”, ya en la opinión pública empiezan los panelistas a hablar y ya te condenaron. Y después el transcurso del expediente judicial no dice nada de eso, pero la condena mediática es la peor, la más injusta y perversa porque no tenés apelación. Fijate lo que le pasó al presidente De La Rúa. Todo el mundo sigue hablando del Banelco, de las coimas en el Senado, y el fallo del tribunal oral dijo que es inocente y que fue todo un invento producto de la interna de la Alianza, del Frepaso con el radicalismo, y que armaron todo eso contra De La Rúa, quien falleció yendo por los programas de televisión demostrando y mostrando la sentencia judicial. Fue “ilevantable”, todo el mundo sigue hablando de eso. Pero hay una sentencia que dijo que fue todo trucho, todo armado.
—Volvamos a Menem. ¿En qué momento se desgasta el vínculo entre ustedes?
—Cuando él no me apoyó como gobernador de La Rioja. Fui muy respetuoso de él, llegué a la política con él muy joven, tenía 30 años cuando me nombró ministro de Gobierno y él estaba lanzado a la candidatura presidencial. Primero quise ir a la elección como senador e ir a las internas justicialistas contra el hermano, Eduardo, y Menem suspendió las internas y prácticamente lo designaron a Eduardo como senador. Eso me obligó a abrirme del Justicialismo y a armar mi propio partido. No tuve ámbito de participación para mi proyecto político ni como senador y luego como gobernador en 2003. Él era candidato presidencial y apoyó a otro candidato a gobernador, Maza. Me opuse a eso, me presenté como candidato y apoyé a Kirchner. El tema fue la política provincial.
—¿Cómo llega el ofrecimiento para ir a la embajada en México? Fue dos años después.
—Claro. Yo terminaba mi mandato como senador en 2005, y Kirchner hizo un acuerdo con Maza, gobernador de La Rioja, para que que se alineara. Pero la condición que ponía Maza es que yo no me presentara a la reelección. Yo tenía diez años como senador. En la evaluación de posibilidades apareció la posibilidad de ser embajador en México y me gustó. Me gustó la experiencia, no fui a la reelección por ese acuerdo político y me fui a México.
—¿Volvería ser candidato a gobernador de La Rioja?
—Es la materia pendiente que tengo, pero las circunstancias políticas me llevaron mucho a estar afuera de la provincia.
—¿Sería difícil?
— Pasa que ahora La Rioja tiene un buen gobernador que es Quintela y que tiene por delante ocho años porque estoy seguro que va a tener una buena gestión y que lo van a reelegir. Yo lo estoy apoyando a él. No sé si las circunstancias me van a permitir ser candidato a gobernador. Fui dos veces y las perdí con los candidatos de Menem. En este momento no creo que estén dadas las circunstancias para que yo vuelva ser candidato.
—¿Cómo está viviendo estos casi dos meses de gobierno?
—Hay que dejar que ande. Lo que sí, Cambiemos dejó el país en peores condiciones en que lo recibió. Tuvieron un país con 25% de inflación y lo entregaron con 60%. De empleo hay una caída de más de 200 mil puestos de trabajo. Hay que dejarlo andar. Pusieron como tema prioritario a la deuda. Yo pondría la inflación. El problema de la Argentina no es el hambre, es la inflación. Después de 2001 se creó una red de contención social muy fuerte de las provincias y municipios que haga que el tema del hambre está contenido por esas políticas. Este tema en acuerdo con las provincias se resuelve. No creo que sea bueno y positivo ponerlo como centro del problema porque lo que estamos transmitiendo afuera… Ser Biafra no está bueno para atraer inversiones.
—Hoy diría que no hay hambre en la Argentina.
—Yo creo que no, está muy contenido por las provincias y los municipios, hay una red social enorme.
—Hay un mal diagnóstico, entonces.
—Creo que el tema de la Argentina es la inflación. El salario real cayó en el último año 50%. Los indicadores fueron tremendos. En los cuatro años de Macri la inflación fue del 300% acumulada. Y la suba salario fue del 148%, el salario privado. Vos tenés una caída del 48% del salario real. Si tomamos el salario mínimo, la pérdida es del 70%. Ha subido un 123%. El tema es la inflación, si sigue erosionando la capacidad de compra, la calidad de vida de los argentinos, la pauperización de la clase media, ese es el problema. La red de contención social es muy fuerte en los sectores bajos. El problema es la clase media que es la que te genera actividad económica, inversión, y es quien más sufre el proceso inflacionario. Creo que en la medida en que se empobrece la clase media cae la economía. El centro del problema, y que forma parte de la estrategia del gobierno, es la inflación. ¿Por qué no lo hizo Macri? Porque usa la inflación para licuar el gasto público. Lo hizo Macri y lo blanqueó Mario Quintana en una reunión con inversores en agosto de 2018 en Estados Unidos. Fue como al pasar, fue desapercibido. Mario Quintana, el vicejefe de Gabinete, dijo: “Tenemos algo que políticamente no es conveniente decir pero es muy favorable a la inversión que es la caída del salario real”. Usaron la inflación para licuar el gasto del Estado. Los salarios que pagaba el sistema previsional, las inversiones, gasto público y gasto social, se licuaron con la inflación.
—¿Y en el caso de Alberto Fernández?
—Tiene 50 días. Yo lo que haría es atacar ya la inflación porque es “el” problema argentino. Él puso el tema de la deuda en el centro del problema. Quizá esté bien. Pero creo que hay que atender el tema de la inflación. El tema de la deuda es grande, los vencimientos son importantes. Lo que dijo el gobierno de Alberto es solucionar ese tema primero, afrontar los compromisos y generar los excedentes fiscales necesarios para atender el pago de la deuda, arreglar con los bonistas. Pero si no atacás la inflación, la caída en el nivel de vida de los ciudadanos cada día es más fuerte y es una bomba de tiempo en términos sociales. Argentina no pasó lo de Chile porque había elecciones y la gente tenía expectativas. Ya las hubo, ya asumió el gobierno y no podés seguir teniendo una inflación del 3 o 4% mensual. Es complicado porque se deteriora mucho el salario, la calidad de vida. A la inflación no lo solucionás con acuerdo de precios porque cuando lo anunciás, ya los supermercadistas aumentaron un 30% e hicieron un colchón. Cuando dijiste “vamos a congelar los precios de medicamentos”, te clavaron un aumento del 30% hasta que se concrete el congelamiento. Estos acuerdos no sirven, necesitás políticas estructurales. La única política que demostró lucha contra la inflación y te da estabilidad y te tranquiliza la economía y al pueblo es la convertibilidad. Soy un convencido de eso.
—¿Cómo tomó que Macri haya responsabilizado a sus funcionarios en sus últimas declaraciones?
—Es lo que él decía a todo el mundo, me lo dijo a mí. Yo te lo cuento porque ya lo dijo él públicamente, si no no lo contaría. Cuando le planteé estos temas él me dijo eso: “Los radicales no me van a dejar”.
—No supo gobernar.
—No tuvo liderazgo. Fue una coalición de partidos en deliberación permanente en la cual ninguno se hacía cargo, todos eran vergonzantes. No se hacían cargo de su propio gobierno, todos eran críticos. Y Macri no tuvo el liderazgo suficiente para decir: “Soy el Presidente y se toman las medias que hay que tomar”. Falló la coalición y la falta de liderazgo del Presidente a pesar de que tenía buenas intenciones pero no supo, no quiso o no pudo superar los problemas que le planteaba el país en 2015. La estrategia comunicacional que tenían era que no se hable. Estuvieron los dos primeros años con Lázaro Báez y López y el convento. Cuando eso se terminó, cuando estaba agotado, instalaron el tema del aborto y mandaron el proyecto cuando la mayoría de sus votantes está en contra. La realidad cotidiana agredía a los argentinos y no se podía hablar. Había una protección, una agenda mediática que instaló Cambiemos y no se hablaba. De pronto, perdieron las elecciones. Claro, qué sorpresa… ¿Cómo no vas a perder las elecciones, hermano? Fue una sorpresa para ellos. Tenés 300% de inflación, ¿y no vas a perder la elección? Perdiste 200 mil puestos de trabajo, pero no hablaba nadie. Hablaban de los pañuelos verdes y celestes, Lázaro Báez… Todo el mandato fue una estrategia comunicacional. Ese fue el gran problema del gobierno de Cambiemos. Por eso me gusta trabajar el tema de la integración de las provincias del NOA en una región, en este caso La Rioja y Catamarca. Tenemos que imponer una agenda. Las provincias tienen que imponer una agenda real. Venimos con dos gobiernos porteños. En esta última elección todos los candidatos eran de la ciudad de Buenos Aires, todos. Por eso aparece como tema el género y vamos a discutir políticas de género.
—¿Qué piensa sobre estos temas?
—Para mí fue la única política exitosa no deseada por el gobierno de Cambiemos. Porque esto comienza cuando mandan el proyecto de ley de aborto, genera una movilización muy fuerte en las mujeres, en las mujeres militantes. Si vas a La Rioja o a Catamarca, no es un tema que forme parte de la gente pero sí en la clase media porteña. Yo creo que generó una importante movilización de los sectores medios, de las mujeres, de la militancia, que sirvió para ocupar el centro de la cancha y que esconde el debate sobre los reales problemas de la Argentina.
—Eso sería en el plano mediático. ¿Más allá de eso qué opina?
—Eso de que las universidades, el lenguaje inclusivo, todo eso, me parece una pelotudez, qué querés que te diga. Me parece una inocentada, somos una sociedad adolescente. Son todos eufemismos, rótulos, pero nadie te habla directamente de los temas. Todo se rotula, se banaliza.
—¿Sobre el aborto no hay un debate?
—No, no lo hay. El debate lo instaló Cambiemos cuando manda el proyecto de ley. El kirchnerismo estuvo 12 años en el gobierno y la postura de Cristina siempre fue contra el aborto. Lo instala Macri y Cambiemos para que no se hable de economía.
—Pero una vez que lo instalan hay una discusión.
—Sí. Pero si hay algo que no necesita la Argentina es discutir eso. La Argentina tiene problemas mucho más serios. Si vamos a hablar de salud pública, en los hospitales del interior no hay especialistas. No te pueden atender una gripe o un parto en un hospital de interior de La Rioja o Tucumán. De Chilecito las tienen que llevar a La Rioja para un parto. ¿Le vas a decir a un hospital público “cuando caiga una embarazada tienen que inducir al aborto”? No curan la gripe, no tienen insumos, ni profesionales, ni médicos, los problemas de la salud pública son problemas estructurales muy serios. No hay médicos. Te enfermás en Chepes o en Vinchina, La Rioja, y te tienen que llevar 500 kilómetros hasta la capital porque no tenés para una radiografía, no hay mamógrafo, no hay nada. Esos son los problemas. No me digás que el problema es el aborto. Sí cumplir con la ley de salud reproductiva. Con campañas que nunca se hicieron. ¿Cuántos preservativos se distribuyeron en los hospitales públicos o en las escuelas o en los ministerios de Salud? Ahora, ¿qué les van a decir? ¿“Tenés que hacer abortar a las mujeres”? ¿Cuántas clases de educación sexual se dieron en las escuelas? ¿Cómo se cumplió con la ley de salud reproductiva? Fue un fracaso. Salió la ley y no se cumplió nunca. No se repartió un preservativo en los boliches. Cumplamos con eso.
—Quienes están a favor de legalizar también piden eso…
—Por eso digo. Pero para mí no es un tema. La Argentina tiene hoy temas demasiado serios. Instalar el aborto o las políticas de género es distraer la atención cuando deberíamos poner la energía en resolver otros temas. En La Rioja se han perdido 20 mil puestos de trabajo en un año. Tengo amigos, compañeros, que me mandan todos los días: “Conseguime algo, perdí el laburo”. Y de qué les hablo, ¿de políticas inclusivas? Sería un error instalar de nuevo este debate porque es seguir con la estrategia de Cambiemos de ocupar la agenda pública en temas que no son las urgencias de los ciudadanos.
“En la Argentina el aborto es un delito. Es un extraño delito donde casi nunca se condena a ninguna mujer por aborto pero todos sabemos que existe. ¿Cuál es el problema de que exista? Que todo aborto se vuelve clandestino y en la clandestinidad el riesgo de vida y de salud de la mujer aumenta. El problema es más agudo de acuerdo a la clase social de quién practica el aborto. Si es de clase alta, lo hará en un centro de salud adecuado, en condiciones adecuadas y el certificado médico dirá que tuvo una aborto espontáneo y su salud estará garantizada”, expresó el presidente Alberto Fernández este miércoles, en el cierre su gira europea en Francia.
Ante los alumnos del Instituto de Estudios Políticos de París (Scienses PO París), el mandatario anunció que el Gobierno prepara un proyecto para despenalizar el aborto. “Voy a mandar un ley que termine con la penalización del aborto y permita la atención de cualquier aborto en cualquier centro público”, indicó.
“Una mujer sin recursos toda su vida corre peligro. Y si zafa su vida, corre el riesgo de sufrir lesiones internas. Es parte de la discusión hipócrita que se tuvo con el divorcio, durante años discutimos si se podía volver a casar”, manifestó Fernández, quien trazó una analogía con una vivencia personal junto a su madre y su nueva pareja: “Salió la ley, mi mamá y Carlos se casaron y los tres hijos fuimos testigos. ¿Para qué discutimos durante 20 años esto? Yo siento que con el aborto pasa algo parecido. Hay quien siente que legalizar el aborto lo vuelve obligatorio. No es obligatorio para nadie. Es un tema que debemos resolver desde el mundo de la salud pública. No podemos poner en riesgo la salud de la mujer que decide abortar”.
Y agregó: “No vivo en paz con mi consciencia sabiendo que una mujer tiene que realizarse un aborto, no tiene la posibilidad económica y termina en manos de un curandero que con una aguja la termina lastimando o matando”.
El 17 de noviembre de 2019, casi un mes antes de asumir la Presidencia, Fernández brindó una entrevista en la cual confirmó que enviaría un proyecto de ley para legalizar el aborto en caso de resultar electo. “Quisiera que el debate no sea una disputa entre progresistas y conservadores, entre revolucionarios y retrógrados, es un problema de salud pública que debemos resolver y hay que asumirlo así”, dijo por aquel entonces.
“Debemos respetar tanto a la mujer que siente que es un derecho sobre su cuerpo como a la mujer que siente que Dios no le permite hacerlo. Y cuando uno despenaliza y legaliza el aborto no lo hace obligatorio. Por lo tanto, el que sigue teniendo la convicción de que Dios no lo permite que no lo haga. Y respetémoslo. Y respetemos a los otros”, señaló en diálogo con Página 12.
El presidente electo ya había manifestado su posición con respecto a este tema durante la presentación del libro de la escritora Ana Correa titulado “Somos Belén”, que repasa la historia de una joven tucumana que fue presa luego de haber tenido un aborto espontáneo.
“No lo podía creer. Lo que más me impresionó es que cuando Belén recupera la libertad pide que no la reconozcan porque no sabía cómo la iban a recibir y la jefa de la cárcel le dice que tenía que salir con la cara en alto porque no era culpable de nada, ella no quería que la reconocieran. Y todas las que salieron ese día salieron con una máscara para no ser reconocidas. ¿Cómo podemos vivir en esa sociedad? ¿Cómo podemos ver eso y no reaccionar? Estoy muy convencido de lo que digo respecto de los derechos de la mujer”, completó.
A última hora del miércoles, a días de ser electa diputada provincial en Santa Fe y tras haber anunciado que votaría a Mauricio Macri en un eventual balotage con Alberto Fernández, Amalia Granata recibió una invitación para un encuentro privado con el Presidente. A las 19 del viernes, y acompañada por su pareja, el empresario Leonardo Squarzon, la periodista ingresó a la Quinta de Olivos.
«Entré por el jardín y me encantó: ¡lo tienen divino! Y tenés gente (por personal de seguridad) que te sigue todo el tiempo, te ponen aparatos abajo del auto», contó Amalia en diálogo con Marcelo Polino en su programa de Radio Mitre. Pero su relato sobre la «charla amena» que mantuvo con Macri, y de la que también participó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, nada tuvo de frívolo.
«Yo quería escuchar cuál era su postura (sobre el aborto). En realidad sabía, pero tenía dudas. Y me dijo que tiene la misma postura que yo:él es pañuelo celeste «, dijo Granata, quien desde tiempo hizo pública su postura en contra del aborto legal, seguro y obligatorio. Al fin, fue ese compromiso el que la terminó lanzando a la arena política.
No obstante, la periodista -que se retirará de los medios una vez que ocupe su bancada en la legislatura santafecina, aunque seguirá en la radio con Polino y Yanina Latorre– remarcó que no concurrió al encuentro para «hacer una alianza» con Juntos por el Cambio. E insistió: «Quiero aclarar que no pertenezco a Cambiemos. Fui para hablar sobre el aborto y la niñez, que son los temas de los que me voy a ocupar. Y nada más«.
Además, contó que luego de conversar con Bullrich sobre el narcotráfico y la seguridad en Rosario en particular, y Santa Fe en general, Macri se sumó a la reunión. Se mostró «preocupado» por la obesidad infantil, mientras que ella lo puso al tanto de sus ideas para modificar los trámites de adopción. «Igual, yo lo hablé con él hace dos años. No pasó nada, no pasó nada…», lamentó Polino, haciendo referencia a un encuentro que periodistas del espectáculo mantuvieron con el Presidente (tras buscar ser padre adoptivo durante seis años, el jurado del Bailando 2019 declinó su idea: «Se me pasó el tiempo», explicó).
«¿Cómo lo viste?», la consultó Yanina Latorre. «Es tranquilo, (está) muy enterado de todos los temas, pero se lo nota un poco cansado -comentó Amalia-. Igual, ya eran casi las 7 de la tarde. Seguramente arrancó a las seis de la mañana, le habían pasado mil horas. Pero súper bien».
Mano a mano: Granata y Macri
La ex modelo explicó que también se habló de la situación social y económica. «Estamos complicados… -diagnosticó-. Pero él (por Macri) lo sabe: yo lo voté. Y no porque me encante, sino porque no me queda otra. Fui honesta y se lo dije. Lo sabe».
Fue entonces cuando en Polino Auténtico, el ciclo que comparten los sábados por la mañana, las columnistas protagonizaron un intercambio de ideas:
Yanina: —Igual, lo más preocupante es la situación económica, la violencia. Hay temas mucho mas graves que el aborto. No (lo digo) por vos, que sos diputada, y me parece genial que te ocupes. Pero creo que el Presidente de los argentinos tiene que empezar a proponer algo para la campaña.
Amalia: —Sí, pero aunque es un tema que ha sido subestimado, a muchísima gente le importa.
Yanina: —De eso no come y vive el país. ¿Sabés qué pasa? La gente no tiene para comer, lo del apagón es tremendo, los tarifazos, los sueldos, la inflación…
Amalia: —Pero eso no quita que (el aborto) también sea importante.
El cruce se cerró con la aclaración de que, si bien piensan muy distinto, Granata y Latorre se respetan y aprecian mutuamente. Por caso, cuando el 10 de diciembre la rosarina asuma su bancada, su amiga estará allí, acompañándola.
Inseparables. Granata, Polino y Yanina hoy, en la radio; la flamante legisladora seguirá en el programa aún después de asumir su cargo (Foto: Twitter)
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