Suiza, con una población de 9 millones de habitantes, alberga más de 370.000 búnkeres nucleares, situándola como líder mundial en refugios por habitante. Estas instalaciones garantizan a cada ciudadano, suizo, extranjero o refugiado, una litera en caso de conflicto armado o desastre nuclear, ya sea en territorio suizo o en una nación vecina.
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CONSTRUCCIONES SÓLIDAS
La regulación exige que cada persona cuente con mínimo un metro cuadrado de espacio en el refugio y que los búnkeres no superen los 30 minutos a pie desde el domicilio, o 60 minutos en áreas montañosas. Por ley, los edificios residenciales deben incorporar refugios; si un inmueble carece de búnker propio, existen alternativas públicas disponibles.
CRONOLOGÍA HISTÓRICA
El origen de la red de búnkeres se remonta a la Segunda Guerra Mundial, periodo durante el cual Suiza, rodeada por la Alemania nazi e Italia fascista, ejerció un modelo de neutralidad armada. Tras la amenaza bélica se dio impulso tanto a refugios civiles como militares en la roca de los Alpes.
EVOLUCIÓN Y ACTUALIDAD
Con el cierre de la Guerra Fría, llegó el denominado ‘dividendo de la paz’, una etapa en la que la percepción de peligro bélico disminuyó y, en consecuencia, se redujeron inversiones y mantenimiento en seguridad civil. Sin embargo, la percepción respecto a la utilidad y seguridad de los búnkeres es diversa entre la población, y la inversión de USD 250 millones responde a la evolución de la situación de seguridad mundial.
DEMANDA ACTUAL
El conflicto en Ucrania alteró la percepción de seguridad en Suiza, generando un incremento sostenido en solicitudes y consultas, tanto para búnkeres nuevos como mantenimiento de los ya existentes. Empresas especializadas informaron de un verdadero auge en pedidos de verificación y renovación, ya que muchos refugios datan de las décadas de 1960 a 1980 y exigen mantenimiento urgente.
COMPROMISO Y PROTECCIÓN
La modernización de la red de búnkeres nucleares constituye una apuesta estratégica por la seguridad colectiva y la protección ciudadana en escenarios de riesgo, reafirmando la defensa civil como pilar clave de la identidad suiza, sin que ello represente un abandono de su neutralidad histórica.