“No quiero vender ninguna ‘maquinita’ para la cara. Gracias”.
El escueto tuit que Eugenia la China Suárez escribió el martes por la tarde fue despertando con el correr de las horas una polémica que involucra a una veintena de famosas que promocionan en sus redes sociales una máquina facial como tratamiento de belleza.
En tiempos en los que los consultorios dermatológicos y los centros de estética están cerrados por la cuarentena, algunas empresas buscan alcanzar nuevos clientes a través de este método: elegir una artista o influencer para que exhiba en Instagram o Twitter las aparentes bondades de su producto, e invite a sus miles (en algunos casos, millones) de seguidores a adquirirlo.
Actrices como Marcela Kloosterboer, Florencia Peña o Julieta Nair Calvo son algunas de las famosas que compartieron su experiencia con la máquina que sirve para exfoliar la piel y promete una piel joven y luminosa.
También modelos como Zaira Nara, Nicole Neumann, Rocío Guirao Díaz, Sofía Zámolo, María del Cerro y Sofía Jujuy Jiménez. En la mayoría de sus posteos, el producto que aparece con más frecuencia es Lumispa y pertenece a la empresa multinacional Nu Skin.
Además, se promociona la Galvanic Spa, otra máquina que se puede aplicar sobre el rostro pero también sobre otras partes del cuerpo. Según las indicaciones, el uso de ambos productos se acompaña con cremas –también de la empresa– y, de esa forma, los resultados estéticos serían aún mayores. PlayEl video que compartió Mica Viciconte en su cuenta de Instagram, en donde tiene dos millones y medio de seguidores, promocionando la máquina
“Acompáñanos a descubrir tu mejor versión”, indica la biografía de la cuenta oficial de Instagram de la empresa en Latinoamérica. Y acompaña el mensaje con el hashtag “Anti envejecimiento”. Allí, tienen 90 mil seguidores, un número que ni se acerca a la cantidad que tienen las famosas que promocionan el producto como Sol Pérez, Mica Viciconte, Morena Rial, Micaela Tinelli, Laurita Fernández, Mariana Brey, Cinthia Fernández, Adabel Guerrero, entre otras.
Por su parte, y en contra de esta metodología, Jimena Barón también utilizó su cuenta de Instagram para derribar el mito sobre cualquier producto de belleza. “Antes de gastar fortunas en productos de belleza prueben una semana lavarse la cara cuando se levantan y antes de acostarte, hidratar la piel con alguna crema (la que puedan comprar según el bolsillo), tomar dos litros de agua por día, comer sano y dormir bien. Debería haber un gran cambio y no sale una fortuna. Dale una chance a eso antes de intentar comprar magia. La magia no existe, ya te pasó con tu ex, deberías saberlo”, escribió la cantante en la red social en la que tiene más de seis millones de seguidores.
Dudas y certezas
A diferencia de la acción que las figuras del espectáculo suelen realizar en las redes (el tan mentado canje: esto es, promocionar un producto determinado a cambio de quedarse con uno o con varios, o bien, por dinero), aquí el manejo es otro. Luego de hablar maravillas de la máquina facial, comparten un link en el cual aparece el catálogo con más de 400 productos de la empresa, o bien un formulario que invita a inscribirse para trabajar como revendedora. Incluso se brinda una cuenta de WhatsApp para comunicarse a través de mensajes.
La gran mayoría de las cuentas que mencionan las influencers son privadas. Es decir, el usuario debe enviar una solicitud para poder seguirla y acceder al perfil y el contenido posteado.
La polémica surgió, además de la negativa de Suárez y Barón, a partir de que distintos usuarios de Twitter denunciaron públicamente que Nu Skin estaría reclutando famosas como revendedoras y no solo a través de un canje de productos o plata a cambio de una promoción. Lo que llevó a que se especulara con la existencia de un sistema piramidal.
¿Cómo funcionaría? Cualquier persona puede contactarse con un representante de la empresa –que tiene oficinas en los Estados Unidos– para realizar una reunión virtual a través de la popular aplicación Zoom. Allí se presenta el negocio y se hacen capacitaciones para saber vender el producto y también para, en una segunda instancia, reclutar vendedoras.
En algunos casos no se requiere inversión alguna: solo se trata de comercializar el producto del otro lado de la pantalla o del teléfono. Pero en otros, se adquiere la máquina facial con el fin de poder probar los resultados frente a los seguidores, o potenciales clientes.
Si bien algunos en sus denuncias públicas comparan esta situación con la del “Telar de la Abundancia», aquí hay una diferencia, ya que hay una compañía detrás. Nu Skin pertenece al grupo de las once empresas asociadas a la Cámara Argentina de Venta Directa (CAVEDI). En estos casos la venta directa puede ser mononivel: simplemente, cada revendedor gana dinero por la venta de productos. Pero está la opción multinivel, que promete generar mayores ingresos al crear una red propia de asociados que obtienen comisiones con sus ventas que se reparten entre el líder del equipo y los reclutadores. De esta forma, el promotor inicial termina ganando más que quienes se sumaron más tarde.
La empresa en cuestión forma parte de las que se desenvuelven en la modalidad multinivel. Nacida en Utah (Estados Unidos) en 1984, hoy opera en 54 países, contando con más de un millón de distribuidores independientes en todo el mundo. Sin embargo, la historia de la compañía tiene antecedentes de denuncias por “prácticas engañosas”, y ha pagado millones de dólares por distintos juicios en China y Estados Unidos, siempre relacionados con su forma de operar, asociado a un engaño.
En medio de la polémica que ahora alcanza a las famosas argentinas, una de las primeras en salir a aclarar su situación fue Cinthia Fernández, que tiene casi cinco millones de seguidores en Instagram, red social en la que compartió un video para explicar cómo funciona el procedimiento de venta y promoción. Según su palabra, antes de aceptar la propuesta de la empresa ella misma probó los productos, y luego tuvo una reunión con directivos de la firma para acercarles una devolución sobre su experiencia. PlayLa palabra de Cinthia Fernández, en medio de la polémica (Video: «Instagram)
«Después de eso, ellos deciden si vos podés vender, porque no es vender por querer ganar dinero o sin saber qué se está promocionando. Se dijo que era una estafa piramidal, pero para que pase eso el de arriba tiene que ganar más que el de abajo –asegura Cinthia–. Y los que vendemos Nu Skin ganamos por lo que vendemos: nadie estafa a nadie. No es que uno gana más que otro”.
Además, habló sobre las políticas de devolución de la empresa: «Está en el contrato que se hace al comprar, y consiste en que si uno hace el tratamiento como dicen y hay registro en fotos de que se compró y usó la cantidad de cremas indicadas y no se notan los cambios, la empresa devuelve el dinero. Nadie chantajea a nadie”.
La palabra de la empresa
Con la polémica ya instalada en las redes sociales, las mismas que usa para promocionar sus productos, Nu Skin emitió un comunicado. “En Nu Skin, estamos comprometidos en mantener a nuestros clientes como la más alta prioridad y brindamos total transparencia con respecto a nuestro negocio”, indica el escrito, y aclara que “no se cobra una cuota de inscripción”.
“Ofrecemos muchos materiales de mercadeo y herramientas digitales sin costo para nuestra fuerza de ventas, además de nuestras garantías de producto. Con más de 35 años de experiencia e innovación, Nu Skin ha sido reconocida como la marca número 1 del mundo en tecnologías de belleza para el hogar y cuenta con más de 75 científicos que son parte de la compañía”.
Por último, agradece a sus miembros: “Estamos orgullosos de lo que hemos construido y de los productos y servicios innovadores que seguimos proporcionando a los consumidores”.
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