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Robert Francis Prevost, hasta ahora obispo de Boston, fue elegido este jueves como el nuevo papa de la Iglesia Católica. Con el nombre de León XIV, se convierte en el sucesor de Francisco, el pontífice argentino que marcó más de una década de liderazgo eclesiástico.
Fumata blanca y júbilo en San Pedro
La esperada fumata blanca emergió desde la chimenea de la Capilla Sixtina, confirmando que los 133 cardenales reunidos en el cónclave lograron consenso en el segundo día de deliberaciones. La multitud congregada en la Plaza San Pedro estalló en aplausos y cánticos al escuchar el tradicional anuncio “Habemus Papam”.
Prevost era uno de los principales candidatos a suceder a Francisco. Su elección refuerza la presencia estadounidense en la cúpula vaticana, algo pocas veces visto en la historia moderna de la Iglesia.
Expectativa global y tradición centenaria
Más de 1.400 millones de católicos en todo el mundo siguieron con atención las señales desde el Vaticano. Tras la fumata negra emitida en la mañana, la vigilia en la plaza se había renovado con esperanza de un desenlace positivo durante las rondas vespertinas.
Peregrinos y turistas se congregaron nuevamente con banderas, pancartas y cánticos, mientras se especulaba sobre el perfil del nuevo pontífice. La jornada estuvo cargada de emoción y simbolismo, fiel al rito centenario que marca la elección papal.
Un hecho poco común: mayo vuelve a ser histórico
León XIV es apenas el tercer papa elegido en el mes de mayo en la historia de la Iglesia Católica. Antes lo fueron Clemente VI en 1342 y Pablo V en 1605, ambos recordados por sus intensos pontificados en tiempos de grandes desafíos.
El impacto de este nuevo liderazgo comenzará a delinearse en las próximas semanas, mientras se define la hoja de ruta del flamante pontífice estadounidense.