Una de las nietas de la víctima escribió una carta pidiendo una pena ejemplar y máxima. El abuelo de 89 años fue goleado el 21 de diciembre, agonizó 26 días en coma inducido.
«Murió mi abuelo…» son las primeras palabras que Viviana, una de las nietas de Bernabé Fortunato López, escribió tras el brutal crimen. El hombre, que tenía 89 años, jubilado de Vialidad, fue sorprendido el 21 de diciembre en su casa ubicada en la calle General Paz al 800. Una pareja lo golpeó durante algunos minutos, el abuelo quedó en coma inducido durante 26 días hasta que su luz dijo basta el miércoles 16 del corriente. «Queremos que la Justicia actúe con todo el peso de la ley, le pasó a mi abuelo pero ¿a cuántos abuelos les pasó lo mismo y uno no sabe? ¿a cuántos más les puede llegar a pasar?», se preguntó Viviana en diálogo con El Tribuno.
La familia del hombre, víctima de una brutal golpiza que terminó con su vida, atravesó un estado de alerta cuando desde la Fiscalía Penal 5, donde estaba la causa, les dijeron que la pareja acusada de matar a López podía llegar a quedar en libertad vinculada a la causa. «Nos dijeron eso porque supuestamente son drogadictos y ella estaría embarazada», apuntó Viviana. Los inquietantes fundamentos que recibieron hizo que la familia supusiera que los criminales quedarán en libertad y, peor aún, que podrían evitar una condena ejemplar. «La familia de mi abuelo exige que esos dos malvivientes no sean amparados por la Justicia salteña, a mi abuelo le quitaron la vida de una forma terrible».
«Alan Nahuel Arias, apodado Ruso (23), y María del Valle Guaymás (21), apodada la Beba, lo redujeron echándole gas pimienta en sus ojos», reza el escrito por los nietos del abuelo asesinado, «con golpes en su cuerpo lo entraron a su casa, lo ataron del cuello con un trapo, arrastrándolo por todas las habitaciones de la casa, buscaban dinero y objetos de valor, sus ropas están todas rotas, llenas de sangre y orinadas del dolor que sufrió por los golpes que le dieron». En el escrito Viviana explicó que se ensañaron con un hombre que estaba en muletas, «con las mismas lo golpearon, produciéndole fracturas en la cervical, el cráneo, tórax, las costillas y la nariz».
En las sentidas palabras que la familia de Fortunato López (89) expresó en esas líneas contaron: «26 días en coma inducido luchando por vivir. Su familia agradece a todos los doctores, enfermeros, a la Fiscalía, a la Brigada que actuó, a los vecinos que a través de su ayuda se pudo dar con estos malvivientes, a este medio y todos los que nos apoyaron. Gracias». Por último, solicitan al «señor gobernador, al ministro de Justicia, ministro de Seguridad y demás una pena ejemplar y máxima para estos malvivientes. Por la sangre de mi abuelo, que clama justicia, por cada abuelo que hoy no puede hablar, por cada hijo que se quedó sin su padre, por los nietos como yo que seguimos sin entender por qué pasó, pero que confiamos en ustedes, en sus capacidades y empatía. Que se haga justicia».
Estaba en la mira
Según se supo de la investigación, la madre de Viviana -hija de don López- contó que en los últimos tres días le llamó la atención ver en la cuadra y más precisamente a unas cuantas casas del domicilio de su padre a la Beba, María del Valle Guaymás, quien al parecer estaba vigilando y siguiendo los movimientos del anciano. La causa pasó a la Fiscalía Penal 4 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, a cargo de Ramiro Ramos Ossorio. La familia de la víctima está a la espera de la ampliación de la imputación para la pareja de acusados.
El día de la golpiza «mi abuelo se quedó un rato solo porque mi sobrina salió y mi mamá se fue al banco. Cuando llegó la policía mi abuelo alcanzó a decir que había sido una pareja».
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