Este domingo surgió otro conflicto en Oriente, cuyos protagonistas fueron Rusia y Ucrania. A la conflictiva relación que mantienen se le sumo el desacuerdo con respecto a la navegación de navíos correspondiente a los límites fronterizos.
El hecho resulta surgir tras la navegación de tres buques de la armada ucraniana (dos de la artillería y un remolcador) en las aguas del Mar de Azov, a través del Estrecho de Kerch, en el Mar Negro -frente a la costa de Crimea, capital ucraniana-. Al interpretar una violación de fronteras, el ejército ruso abordó y capturó los navíos.
Desde Ucrania se declaró que un barco de la guardia fronteriza rusa chocó contra el remolcador y luego disparó contra los barcos, inmovilizando a los tres. Describieron que el estrecho de Kerch estaba bloqueado por un petrolero y que un avión militar ruso volaba sobre el área.
Por otra parte, al conocerse el hecho y en pedido de la liberación de los buques, se sucedieron manifestaciones y agresiones -arrojaron huevos, realizaron pintadas, se desato el incendio de un árbol de navidad-, dirigidas hacia el Consulado ruso en Kharkiv, por parte de ciudadanos ucranianos que disienten con la postura del país vecino.
Por su parte, el Parlamento se reunía para votar sobre una solicitud para imponer la ley marcial del presidente Petro Poroshenko, quien acusó a Moscú de una «nueva fase de agresión».
En las afueras del edificio, manifestantes liados con la extrema derecha exigían romper el acuerdo con Rusia sobre el uso del mar de Azov y el estrecho de Kerch y, a la vez, brindar su apoyo a la armada.
Cabe recordar que Ucrania se encuentra en un momento de intensos conflictos internos, sumidos desde 2.014 tras la anexión de Crimea a Rusia, donde se ha perdido el control de extensos territorios en manos de rebeldes (los que se acusan de estar respaldados por Rusia). Denominada Guerra en el Donbáss, implica principalmente contiendas en el este ucraniano, las que resultaron ya en 10.000 personas muertas.
La tensión viene en escalada luego del Euromaídan, las protestas a favor de la integración en la Unión Europea y el alejamiento de la órbita rusa, el que fue respondido con movimientos pro-rusos que llevaron a conflictos armados y a la autoproclamación de indendencia en el óblast (provincia) de Lugansk, de Donetsk y de Járkov (este último recuperado por Ucrania).
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