Dos de las máximas potencias mundiales se muestran en veredas opuestas con respecto a la crisis en Venezuela. Mientras Estados Unidos se refiere a Nicolás Maduro como «expresidente» y apoya al autoproclamado presidente interino Juan Guaidó, Rusia mantiene su apoyo al líder bolivariano y acusa al gobierno estadounidense de encabezar «una injerencia extranjera destructora» que es «una vía directa hacia el baño de sangre».
Mediante un comunicado del ministerio de Relaciones Exteriores, Rusia critica lo que considera una injerencia en los asuntos internos venezolanos. «Una injerencia extranjera destructora (…) es inaceptable. Ello es una vía directa hacia la anarquía y el baño de sangre», dice el texto, según consignó AFP. «Vemos en las acciones descaradas de Washington una nueva demostración de la ignorancia total de normas y principios del derecho internacional», añaden desde el ministerio, refiriéndose al apoyo abierto de Estados Unidos al autoproclamado presidente interino de Venezuela, el opositor Juan Guaidó.
«Exhortamos a los políticos venezolanos razonables opuestos al gobierno legítimo de Maduro, a que no se conviertan en peones de una partida de ajedrez extranjera», prosigue el comunicado. En ese sentido, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, denunció la «usurpación del poder» por la oposición. «Consideramos el intento de usurpación del poder en Venezuela (…) como una violación del derecho internacional», declaró Peskov a la prensa.