Robaron por segunda vez en la sede de Cáritas y piden más seguridad en la zona: “Es tierra de nadie”

Delincuentes ingresaron y se llevaron alimentos destinados a ayuda social. El padre Chanquía, encargado de la institución, denunció la falta de seguridad y solicitó mayor control por el aumento de robos en el área.

El padre Guillermo Chanquía denunció que la sede de Cáritas en Catamarca, de la que se encuentra encargado, fue víctima de un robo y daños materiales el pasado sábado. El hecho ocurrió en el edificio ubicado frente a la Plaza de Choya, donde, según el padre, los ladrones destruyeron puertas, ventanas, techo y paredes para ingresar. “Nos vimos con el robo de la institución, no solo el robo, sino también los daños que se produjeron para poder ingresar. Rotura de ventanas, de aberturas, rejas, techo, bloc, paredes”. A continuación, comentó que ya radicaron la denuncia: “Por supuesto, dimos aviso a la Justicia”.

Este es el segundo robo que sufre la sede en poco tiempo, agravado por la falta de seguridad en la zona y el abandono de casas cercanas. “Hay varios baldíos y lugares deshabitados. Podemos decir que es tierra de nadie porque hay varios vecinos también que sufrieron robos”, indicó el sacerdote, quien afirmó que algunos residentes alertaron a la policía del robo a Cáritas, aunque la intervención fue tardía y no se recuperaron los bienes sustraídos.

La mercadería robada incluía alimentos y ropa destinados a ayuda social para familias de bajos recursos. “Los días lunes, miércoles y viernes, que se da la atención de ayuda inmediata, las chicas preparan lo que se va a entregar el lunes, así que lo del lunes era para las parroquias de la ciudad y para los bolsones que se realizan los días lunes, que mensualmente hay gente que está anotada en planilla y que va a retirar, un poco para eso era el destino de esta mercadería”, detalló Chanquía sobre la distribución que Cáritas organiza regularmente.

En cuanto a las medidas de seguridad, el edificio contaba con paredes altas, aunque sin un sistema de alarma en la parte trasera, donde ocurrió el ingreso. Ante el elevado costo de los daños, el padre Chanquía consideró difícil cambiar la sede y solicitó un mayor control policial: “Este lugar es bastante amplio, bastante completo”, por lo que “conseguir un lugar así de grande sería muy difícil”, cerró.