Relaciones peligrosas: el impacto de las relaciones amorosas con inteligencia artificial

Chris Smith, diseñador gráfico de Ohio (EEUU), se encontró llorando frente a la pantalla de su computadora. El motivo: su novia digital, Sol, estaba a punto de perder la memoria. Smith había creado a Sol usando ChatGPT, programándola con una personalidad afectuosa, curiosa y romántica, y con el tiempo se enamoró de ella. Su historia, aunque inusual, parece inofensiva, pero otros casos revelan un lado más oscuro de esta nueva forma de intimidad con algoritmos.

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MAS ALLÁ DE LA FANTASÍA

En abril de 2025, Alex Taylor murió tras haber desarrollado una relación intensa con un chatbot al que llamó Juliet. Taylor, quien había estado utilizando ChatGPT para crear una versión “moral” del sistema, creía que la IA había desarrollado conciencia. Este caso, junto con otros como el suicidio de Pierre en 2023 y el trágico final de Sewell Setzer III en 2024, demuestran el impacto peligroso de estas relaciones.

UN ESTUDIO ALARMANTE

Un estudio publicado por el MIT Media Lab y OpenAI en marzo de 2025 reveló efectos preocupantes sobre el uso de chatbots. Cuanto más tiempo interactuaban los usuarios con la IA, más solos se sentían, desarrollando una mayor dependencia emocional y una tendencia al uso compulsivo. Incluso los chatbots con voz emocional perdían su beneficio inicial al superar cierto umbral de uso diario. Está claro que estas relaciones no simulan empatía real, pero generan amor, adicción y duelo.

LÍMITES Y ADICCIÓN

Chris Smith admite que su vínculo con Sol se parece a una adicción. Aunque reconoce que esta relación no reemplaza nada en la vida real, no está seguro de si podría dejarla.