El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, y el canciller alemán, Friedrich Merz, estrecharon lazos al firmar un tratado histórico que compromete a ambas naciones en materia de defensa, comercio y migración. Este acuerdo se produce en un contexto geopolítico marcado por la situación en Ucrania y la postura de Rusia, con el respaldo vacilante de la administración del presidente Donald Trump.
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El tratado incluye compromisos para impulsar la inversión, fortalecer la cooperación policial contra el tráfico de personas en el Canal de la Mancha y mejorar la defensa mutua. Además, se enfatiza el compromiso con la seguridad euroatlántica y se acuerda aumentar el gasto en defensa al 3,5% del PIB en los próximos años.
En el ámbito migratorio, se destacan medidas para frenar el tráfico ilícito de migrantes y facilitar los viajes de intercambio de escolares. Ambos líderes también discutieron maneras de impulsar el apoyo europeo a Ucrania, en un momento en que se anuncian planes para reforzar el arsenal de Kiev mediante la venta de armas estadounidenses a los aliados de la OTAN.
El tratado entre el Reino Unido y Alemania refleja una convergencia en políticas exteriores, de seguridad y migratorias en el contexto del E3 (Gran Bretaña, Francia y Alemania), en un esfuerzo por afrontar los desafíos actuales con determinación.