El Reino Unido impuso sanciones históricas contra el Kremlin, desenmascarando una extensa red de espionaje ruso orientada a desestabilizar Europa y socavar la soberanía de Ucrania. David Lammy, secretario de Asuntos Exteriores británico, declaró que la medida expone a tres unidades del GRU, la agencia de inteligencia militar rusa, y a 18 oficiales, acusados de asesinatos, ciberataques y sabotajes en territorio británico y occidental. Las sanciones buscan no solo castigar, sino también dificultar futuras operaciones de los agentes identificados. La coordinación entre agencias europeas y estadounidenses fue clave para documentar estas actividades que operan bajo la supervisión directa del Kremlin.
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La mayor ofensiva sancionadora jamás emprendida por Reino Unido ha expuesto launidad 29155 del GRU, responsable del ataque con novichok en Salisbury en 2018, así como launidad 26165—conocida como Fancy Bear— que participó en el atentado cibernético contra Yulia Skripal cinco años antes del envenenamiento. Estas operaciones han incluido también la interferencia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016 y el bombardeo del Teatro de Mariúpol en Ucrania. Launidad 74455, especializada en operaciones cibernéticas destructivas, ha afectado infraestructuras nacionales críticas y sistemas de control industrial en Ucrania. Las sanciones buscan limitar la capacidad operativa del GRU y enviar un mensaje claro al Kremlin sobre las consecuencias de sus acciones.