El Reino Unido anunció sanciones sin precedentes contra una extensa red de espías rusos pertenecientes al GRU, la agencia de inteligencia militar rusa. Esta medida, la mayor ofensiva sancionadora emprendida por el Reino Unido contra los servicios de inteligencia rusos, expone a tres unidades del GRU y a 18 de sus oficiales. Las sanciones responden a una campaña sostenida de actividad cibernética maliciosa, atentados encubiertos con explosivos e incendios provocados. Aunque los sancionados residen en Rusia, funcionarios británicos aseguran que exponer a un número tan grande de operativos rusos hará que les resulte difícil continuar con sus actividades delictivas en el futuro. La operación de Salisbury en 2018, el bombardeo del Teatro de Mariúpol en Ucrania en 2022, ciberataques dirigidos contra infraestructuras clave en Europa y el intento de sabotear investigaciones oficiales son algunas de las acciones atribuidas a estas unidades sancionadas. La coordinación entre agencias británicas, europeas y estadounidenses ha sido clave para identificar y documentar las actividades de estos grupos, que operan bajo la supervisión directa del Kremlin. La campaña de sanciones busca frenar la escalada de agresiones híbridas que han puesto en jaque la seguridad y la estabilidad de Europa, limitar la capacidad operativa del GRU y enviar un mensaje claro al Kremlin sobre las consecuencias de sus acciones.
Reino Unido impone sanciones a red de espías rusos que desestabilizan Europa
