La escalada de violencia desatada luego de que el grupo islamista palestino Hamás atacara Israel el sábado pasado, dejaba este viernes al menos 3.000 muertos y cientos de miles de desplazados en la Franja de Gaza, sitio donde las víctimas mortales ascendían a 1.799.
Esa continuidad de ataques provocó 1.400 muertos en territorio israelí y que 150 personas hayan sido tomadas como rehenes. La cifra de fallecidos fue modificándose a medida que el Ejército de Israel ingresaba en comunidades atacadas para cuantificar víctimas y daños y por la muerte de heridos que estaban graves. Además, el Ministerio de Salud israelí elevó el número de heridos a 3.430, de los cuales 28 estaban en situación crítica y 335 en grave estado.
Benjamin Netanyahu habló de destruir a Hamás
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reiteró este viernes en un discurso efectuado durante el Shabat, el descanso preceptivo de los judíos, que Israel destruirá al Movimiento de Resistencia Islámico (Hamás) en el marco de una inminente ofensiva terrestre sobre la Franja de Gaza.
«Destruiremos a Hamás y ganaremos, pero llevará tiempo», ha aseverado el primer ministro israelí, agregando que están luchando «como leones» y que este es «tan solo el principio», según ha recogido el diario The Times of Israel.
Netanyahu, quien este viernes se reuni´con varias familias que han perdido a sus seres queridos por los ataques del movimiento islamista palestino, subrayó que Israel «nunca olvidará» los «horribles actos» cometidos por el enemigo.
Además, expresó que el país tiene un «apoyo internacional tremendo». Israel convirtió esta semana en destino de representantes diplomáticos de algunas de las principales potencias internacionales.
De hecho, este mismo viernes la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, viajaron a Israel para expresar su solidaridad con el pueblo israelí en medio de unos ataques que se han saldado ya con más de 1.300 civiles muertos.
Sin embargo, todos los expertos coinciden en señalar la complicación que una ofensiva terrestre sobre la Franja de Gaza, un estrecho territorio de unos 40 por 11 kilómetros en el que residen más de 2,2 millones de personas y con una de las densidades de población más altas del mundo, tendrá para el Ejército israelí, por mucho que previamente se haya intentado debilitar las capacidades de Hamás con bombardeos aéreos.
Israel ordenó hoy la evacuación hacia el sur de todos los civiles del norte de la Franja de Gaza, una medida condenada por la ONU y rechazada por Hamás que alcanzaría a un millón de personas, mientras continúan los bombardeos al enclave en respuesta a la ofensiva que el grupo islamista palestino hizo hace seis días.
El Ejército de Israel llamó a la evacuación de todos los civiles de la ciudad de Gaza, en el norte del enclave, hacia el sur por su propia seguridad y protección, con mensajes difundidos también en árabe.
El Ejército dio en principio un plazo de 24 horas, aunque admitió luego que esta evacuación llevaría tiempo.
Hamás rechazó inmediatamente la orden. «Nuestro pueblo palestino rechaza la amenaza de los líderes de la ocupación (israelí) y sus llamados a dejar sus casas y huir hacia el sur o Egipto», afirmó la organización islamista en un comunicado. La ONU, informada momentos antes de la orden israelí de reubicación de 1,1 millón de habitantes, urgió a anularla.
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