En los últimos meses, el uso de patentes provisorias de papel se ha vuelto habitual en vehículos 0 km o que necesitan reponer una chapa robada. Pero esta solución transitoria plantea interrogantes legales y operativos, especialmente en casos de accidentes y robos. ¿Qué sucede si un vehículo con patente provisoria choca y se da a la fuga? ¿Y si no tiene ninguna identificación visible?
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El uso de estas patentes en papel se ha extendido hasta los 180 días debido a la falta de insumos para las matrículas metálicas. Sin embargo, esto complica la identificación del titular en caso de accidente o situación irregular. Además, las aseguradoras han expresado sus complicaciones para aceptar estas patentes. La falta de chapa metálica genera problemas con las pólizas de seguros y puede dificultar los reclamos por siniestros.
Dentro del marco legal, circular sin la chapa oficial puede acarrear sanciones significativas, como multas y descuento de puntos en el scoring. También se han reforzado los controles en la vía pública para fiscalizar con mayor rigor los vehículos sin patente reglamentaria. A pesar de esto, las patentes provisorias son consideradas válidas legalmente mientras se resuelve el faltante de insumos.
La ausencia de las placas de metal complica la fiscalización electrónica y la emisión de infracciones, lo que genera un vacío en la capacidad de control del tránsito. Aunque se espera una normalización del stock en el transcurso de mayo, por ahora las patentes de papel continúan generando dolores de cabeza para conductores, aseguradoras y autoridades de tránsito.