El gobierno ucraniano expresó su inquietud a la Embajada de EE. UU. por la suspensión de parte del envío de armamento militar, medida que afectaría su capacidad defensiva frente a la invasión rusa. La asistencia de armas estadounidenses es de importancia crítica para repeler los ataques en el frente oriental y meridional.
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John Ginkel, encargado de negocios de la Embajada de EE. UU. en Kiev, fue citado por la Cancillería ucraniana para expresar su preocupación. La suspensión afecta sistemas altamente demandados por las fuerzas armadas ucranianas, como los sistemas de defensa aérea Patriot, artillería de precisión y misiles Hellfire. El gobierno de Ucrania subrayó que cualquier retraso en el apoyo a sus capacidades de defensa solo alentaría al agresor a continuar la guerra y el terror en lugar de buscar la paz.
La intensificación de la ofensiva rusa coincidió con el anuncio estadounidense, lo que generó una reacción positiva del Kremlin. Dmitri Peskov, portavoz presidencial, afirmó que menos armas enviadas a Ucrania implicarían el fin de la operación militar especial rusa. Esta reducción en el flujo de armamento occidental respalda las declaraciones de Moscú sobre la necesidad de disminuir la implicación de potencias extranjeras en el conflicto ucraniano.
La decisión de la Casa Blanca se alinea con una revisión del Departamento de Defensa sobre el apoyo y la asistencia militar de EE. UU. a otros países, poniendo en primer lugar los intereses nacionales. Mientras tanto, el gobierno ucraniano busca movilizar apoyo diplomático adicional entre sus socios europeos para compensar la posible disminución del flujo de armas estadounidenses, aunque fuentes militares afirman que Europa no lograría cubrir completamente el vacío en caso de una reducción significativa de la ayuda de Washington.