Pocas veces visto: 8 años de prisión a la responsable de una tragedia vial

El juicio a María Florencia Bridoux Tello (29) concluyó ayer en la ciudad de Orán con una condena a 8 años de prisión efectiva para la mujer acusada de haber provocado la muerte de dos hermanas en un siniestro vial ocurrido hace más de 10 años en la ruta nacional 50, cerca de esa localidad norteña. Para los familiares de las víctimas terminó por fin un largo y doloroso proceso que desnudó, una vez más, las falencias de la Justicia en materia de celeridad en una causa que hace tiempo debió estar resuelta.

Alicia Gómez y Orlando Barba, los padres de Vanesa y Gisela, no se retiraron del todo conformes con el monto de la condena que dictó la Sala II del Tribunal de Juicio, integrada por los jueces Raúl Fernando López, Edgardo Laurenci y María Laura Toledo Zamora. Ellos esperaban que Bridoux Tello fuera sentenciado, como mínimo. a 11 años de prisión, tal como lo habían solicitado en la jornada del jueves las fiscales penales María Soledad Filtrin y Mónica Viazzi.

«A nuestra hijas ya las perdimos, pero después de todo lo que hizo esta mujer para eludir la Justicia, esperábamos más», expresó con el rostro compungido el padre de Vanesa y Gisela, quienes al momento de los hechos tenían 14 y 21 años, respectivamente. El siniestro se produjo el 6 de julio de 2008 cuando el auto Ranault Mégane en el viajaban con su padres detuvo la marcha por un control de Gendarmería en la ruta 50 y fue chocado de atrás por el Volkswagen Surán que conducía Bridoux Tello. Según las fiscales, la mujer, entonces de 19 años, conducía en estado de ebriedad a una velocidad frenética de más de 130 kilómetros por hora. Por el tremendo impacto ambos vehículos estallaron en llamas y las hermanas Barba murieron calcinadas, en tanto que los padres sufrieron graves quemaduras.

La audiencia de ayer comenzó a las 9 con el alegato del abogado Darío Palmier, defensor de Bridoux Tello. El letrado rechazó en un todo el planteo de las fiscales Filtrin y Viazzi, quienes imputaron a la mujer por el delito de «homicidio simple con dolo eventual». Palmier insistió en que se trató de un «homicidio culposo» ya prescripto y por ello solicitó a los jueces el sobreseimiento de su cliente.

Luego el tribunal pasó a deliberar y pasada las 12, los magistrados retornaron al estrado para dar a conocer el veredicto. En medio de un espeso silencio los ocupantes de la sala de audiencia escucharon la lectura de la sentencia condenatoria para Bridoux Tello a cargo del camarista López. Luego de un intercambio de la palabras con su defensor, la mujer fue esposada por el personal de cuerpo femenino del Servicio Penitenciario y trasladada a la unidad carcelaria local, donde deberá cumplir los 8 años de prisión efectiva que le impusieron. En el mismo fallo se dispuso que se le extraiga material genético por parte del Servicio de Biología Molecular del Departamento Técnico del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), previa asignación del dato único de identificación genética (DUIG) para su incorporación en el Banco de Datos.

Expectativa en la ciudad

El caso acaparó la atención de los oranense desde el 26 de noviembre pasado, cuando María Florencia Bridoux Tello decidió presentarse por sus propios medios en la Justicia norteña luego de haber permanecido prófuga por tres años. Ese día, contra todo lo que se preveía, el juez López le otorgó la prisión domiciliaria, pero luego dejó sin efecto esa insólita decisión por la prisión de la familia, de la fiscal Filtrin y la sociedad.

Días después el magistrado fijó fecha para el juicio, en cuyo transcurso las representantes del Ministerio Público solicitación la ampliación de la acusación a partir de los contundentes testimonios de las personas que fueron a declarar.

En los alegatos las fiscales Filtrin y Viazzi señalaron que Bridoux Tello conducía en estado de ebriedad y que hizo todo lo posible para evitar que le extrajeran las muestra de sangre para el control de alcoholemia. Explicaron que tras el mortal choque huyó de la escena del hecho y se internó en el hospital San Vicente de Paul para simular una práctica médica y lavar sus culpas. Dijo que todo esto lo hizo con la complicidad de su padre, quien en ese momento era funcionario de Salud Pública.