Persisten enfrentamientos entre Camboya y Tailandia pese a anunciarse diálogo para cese el fuego

Los enfrentamientos armados entre Camboya y Tailandia continúan, a pesar del anuncio de diálogo para lograr un alto el fuego. Los combates se reanudaron el domingo por cuarto día consecutivo, con nuevas detonaciones de artillería en la zona en disputa. Periodistas de la agencia AFP reportaron que el conflicto ha dejado al menos 33 muertos y más de 170,000 desplazados desde el jueves.

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DISPOSICIÓN AL DIÁLOGO

El primero ministro de Camboya, Hun Manet, declaró la disposición de su gobierno para discutir un alto el fuego con Tailandia, basado en la propuesta de Trump. También indicó que se establecerá contacto con el secretario de Estado de Estados Unidos para coordinar los términos del cese de hostilidades.

Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Tailandia confirmó en un mensaje en la red social X que “Tailandia acepta en principio tener un alto el fuego”. A pesar de estas señales de diálogo, los enfrentamientos armados persisten en la zona disputada.

REANUDACIÓN DE LOS COMBATES

El conflicto ha involucrado el despliegue de aviones de combate, tanques, artillería e infantería, dejando un saldo de muertos y heridos en ambos territorios. Además, más de 138,000 personas fueron evacuadas del lado tailandés y otras 35,000 del lado camboyano, evidenciando el impacto humanitario de esta escalada de violencia.

LLAMADO A LA DIPLOMACIA

Durante una reunión en Nueva York, representantes de ambos países y de la ONU han hecho un llamado a la diplomacia para lograr un alto el fuego inmediato e incondicional. La persistencia de los combates y la amenaza de una escalada mayor hacen de esta disputa territorial un asunto de urgencia a nivel internacional.

ESCALADA SIGNIFICATIVA

Este conflicto representa una escalada significativa en una disputa territorial de larga data, con antecedentes legales que han logrado aminorar las tensiones en el pasado. La reciente reavivación del conflicto, tras la muerte de un soldado camboyano, evidencia la fragilidad de la situación en una región donde decenas de kilómetros de frontera común siguen sin delimitar.