El pasado jueves, una mujer de 23 años murió y un hombre de 38 recibió heridas graves por la caída de un rayo en Parque Avellaneda. «A ella, el rayo la tomó en forma directa. Entró por cráneo y salió por el esternón. Gravísimo», describió Alberto Crescenti, titular del SAME. Recomendó no permanecer debajo de árboles ni acercarse a ventanas con objetos metálicos, durante una tormenta eléctrica. ¿Cuál sería el motivo para esta recomendación? El rayo cayó al costado de la autopista Dellepiane, en una zona con amplias porciones de verde y casas bajas. Según los expertos, cubrirse debajo de un árbol puede convertirse en la peor opción, porque están conectados a tierra. «Por la humedad y la altura generan un poder de atracción muy grande. Tampoco hay que resguardarse debajo de techos metálicos«, dijo Cristian Bacigaluppi, especialista en descargas eléctricas, en diálogo con el canal TN.
¿Por qué los rayos causan cada vez más víctimas?
Según un informe publicado por la British Broadcasting Corporation (BBC), los rayos producidos por tormentas eléctricas matan y hieren a un número creciente de personas en los países en vías de desarrollo, aseguran expertos y meteorólogos. El total de muertes podría ser más alto que el producido por otros desastres relacionados con el clima como inundaciones, deslaves y sequías.
«La frecuencia de los rayos de alguna manera ha aumentado», dice Michael Nkalubo, del Departamento de Meteorología de Uganda, un país donde las tormentas eléctricas son comunes. «No puedo decir que se haya hecho un estudio sobre esto, pero me baso en mi observación general». «Es algo que aumenta cada año y pensamos que es una manifestación del cambio climático pero necesitamos establecer si la deforestación también contribuye».
Los expertos de países en vías de desarrollo dicen que los incidentes de rayos y su impacto pasan desapercibidos y son difíciles de registrar por su carácter esporádico. Algunos científicos creen que, con el incremento de la temperatura global, las tormentas eléctricas y los rayos serán más habituales. El Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, la autoridad suprema en ciencias del clima, ha declarado: «Se espera en general que los rayos aumenten en un clima más cálido, aunque un estudio sobre cómo será el clima en 2030 no prevé un aumento global pero sí un movimiento de los trópicos a latitudes medias».
Colin Price, investigador de la Universidad de Tel Aviv, dice que los modelos climáticos muestran un aumento de alrededor de un 10% por cada grado de calentamiento. Más de 100 rayos golpean la Tierra cada segundo, según estiman los expertos, y más del 70% de ellos caen en regiones tropicales o subtropicales. «El mundo subdesarrollado es donde se encuentra la máxima frecuencia de rayos y tormentas eléctricas, en lugares como República Centroafricana y República Democrática del Congo, la región amazónica de América de Sur, las islas de Indonesia y Bormeo en el Sudeste Asiático».
«Cuando sumas las cifras, puede haber incluso más personas muertas o heridas por rayos que la mayoría de otras amenazas naturales que tenemos hoy en día», asegura Price.
El día que una tormenta causó 5 muertes
El 11 de enero de 2011, cinco personas murieron fulminadas por tormentas eléctricas registradas en los partidos de Florencio Varela y Luján, en uno de los hechos más recordados en el último tiempo relacionado a este tipo de accidentes. Aquel día, la tormenta sorprendió a los chicos de la colonia “Encuentro de Evangelización Cura Brochero”, en la localidad de Bosques, cuando estaban bañándose en la pileta, cerca de las 18. Según las versiones de los testigos, todos ya habían salido y estaban entre los árboles, buscando sus cosas, cuando cayó el rayo.
Tres de los chicos llegaron al Hospital El Cruce, de Florencio Varela, con paro cardiorrespiratorio (uno de ellos falleció a los pocos días). Otra de las víctimas fue un joven de 25 años que se encontraba en una zona de quintas situada en el barrio La Capilla, lejos del predio deportivo de Bosques. El quinto de los fallecidos aquel día fue César Nardi, masajista de Racing, que fue afectado por un rayo que cayó durante el entrenamiento del equipo de primera división en Open Door, cerca de Luján. Además, Braian Lluy, por entonces futbolista de la Academia, también fue afectado por el rayo y llevado al Hospital Nuestra Señora del Lujan, aunque esa misma noche fue dado de alta.
Más rayos y menos lluvia
Robert H. Holzworth, de la Universidad de Washington, comentó: «Lo que encontramos es que en los últimos años, el número de tormentas eléctricas en el mundo parece ser relativamente estable. Pero el número de descargas de rayos que estamos detectando en nuestra red ha estado subiendo, y eso es porque somos más eficientes para detectarlos y no necesariamente porque haya más rayos en todo el mundo». Los especialistas dicen que para la ciencia este fenómeno es bastante complicado.
«En un escenario de cambio climático habrá más rayos, pero hay una especie de paradoja entre entornos más secos donde habrá más rayos y menos lluvia», dice Giles Harrison, profesor de física atmosférica de la Universidad de Reading, en Reino Unido. «Así que quizá tendremos eventos de tormentas eléctricas mucho más explosivos que generarán un montón de rayos pero no cambiará particularmente el nivel de lluvias». «Las sequías asociadas con El Niño parecen estar relacionadas también con el aumento de rayos y esa es la contradicción y la paradoja que hay que analizar. No es un panorama simple».
Tremendo testimonio: Rayo mata a dos jóvenes que dormían en una carpa
Dos jóvenes de 20 y 24 años murieron el 13 de enero de este año cuando cayó un rayo sobre la carpa en la que dormían en un camping municipal de la localidad correntina de Ituzaingó, mientras que al menos otras seis personas resultaron heridas. El hecho ocurrió a las 7 cuando en medio de una fuerte tormenta un rayo impactó sobre unas de las carpas que estaban sobre el pasto y provocó la muerte en el acto de Juan Manuel Salinas (de 24) y Juan Leandro Harpman (20), ambos oriundos de la ciudad misionera de Posadas.
«Estaba a 40 metros, el piso se movió y la carpa desapareció, nunca vi algo así», relató Giuliano Ibarra, de 26 años. Apenas horas después de sobrevivir a un verdadero infierno, los jóvenes que se encontraban a escasos metros relataron cómo fue el momento preciso, en el cual, al menos dos descargas golpearon entre las carpas que estaban en el camping. «Fue como una bomba, todo tembló y la carpa donde estaba una de las víctimas se desintegró en el acto, sólo quedó la base y algunas cosas», agregó Ibarra, oriundo de Posadas, quien viajó a Ituzaingó junto a tres amigos para disfrutar del fin de semana que terminó en tragedia.
«A esa hora justo salimos con un amigo al baño. Cuando volvíamos a la carpa, donde dormía otro amigo, veníamos hablando. Durante la primera descarga eléctrica yo estaba mirando para otro lado. Eso me hizo levantar la mirada y ahí, apenas segundos después, vimos que cayó la segunda descarga», recordó el joven, y agregó: «Cuando levanté la vista, pude ver cómo ese rayo cayó arriba de esa carpa. Fue impresionante, no es que la quemó, sino que la desintegró en el acto. Estábamos a no más de cincuenta metros», relató conmovido por lo que vivió.
Otros casos de muertes producidas por caída de rayos
– En 2016, Claudio Ezequiel Segura (22 años) murió al ser alcanzado por un rayo cuando jugaba al fútbol en la localidad cordobesa de Villa Los Llanos, en el departamento Colón.
– En 2015, Linton Agustín Villacorta (21 años) falleció al ser alcanzado por un rayo en la localidad de Belén en Catamarca.
-En 2015 también, una mujer fue alcanzada por un rayo en un campo de la localidad de Los Nacimientos, en Antofagasta de la Sierra (Catamarca).
– En 2014, un hombre de 50 años fue hallado sin vida en una zona de bañados en el partido de Escobar, tras haber sido alcanzado por un rayo. Además, en Rosario, otro rayo cayó en un complejo deportivo mientras jugaban al fútbol y hubo ocho heridos.
– También en 2014, un rayo cayó en la zona de carpas del Balneario Afrika, de Villa Gesell, y mató a cuatro adolescentes.
– En 2013, Edgard Markovic (13 años) murió alcanzado por un rayo mientras pescaba con un amigo en el paraje Lo de Molo, situado cerca de la localidad de Villa del Rosario, a 350 kilómetros al noreste de la capital entrerriana.
– En 2012, Adriana Romero murió fulminada por un rayo cuando tomaba mate bajo un árbol en una playa a las afueras de la ciudad de Puerto Madryn.
– En 2000, dos chicos murieron por rayos en playas marplatenses durante una tormenta. Un caso ocurrió en Playa Grande, con un surfista de 16 años, que estaba en el mar. El otro, con una joven de 20 años, al salir del mar en la zona de Los Acantilados.
– En 1996, en una zona rural distante unos 15 kilómetros de Rosario, un rayo mató a dos chicos y a un hombre que se habían refugiado de la lluvia bajo un gran árbol.
– En 1986, una chica de 16 años y su beba de 15 días fueron alcanzadas por un rayo en el departamento de Iruya, al norte de la ciudad de Salta. Murieron en el acto.
– En 1985, un rayo mató a dos jóvenes pobladores de Villa San Martín, en los suburbios de la ciudad de Jujuy. Otras cinco personas resultaron con heridas graves.
– También en 1985, un rayo (atraído por la antena de una radio) mató a una mujer y a su hija en el departamento chaqueño de Maipú.
Cómo protegerte de una tormenta eléctrica.
– Si se van a realizar actividades al aire libre, conviene prestar atención a los partes meteorológicos durante la temporada en que son más frecuentes las tormentas, y no partir hacia media o alta montaña con riesgo claro de tormenta.
– Observar si el cielo se oscurece, si pueden verse relámpagos, si el viento arrecia o si se escuchan truenos. En tal caso conviene dirigirse inmediatamente a un lugar seguro.
– En caso de sentir un cosquilleo en la piel, que se eriza el cabello y que los objetos metálicos o que terminan en punta metálica emiten un extraño zumbido parecido al de una colmena y se producen chispas o destellos la tormenta está próxima. Todos estos fenómenos se producen por el desplazamiento de las cargas eléctricas que generan las tormentas y significa que el aire en el que nos encontramos se ha vuelto conductor hasta el punto de que en ocasiones entre dos excursionistas cercanos entre sí y sin tocarse puede producirse una molesta descarga.
– En caso de notar alguno de estos fenómenos en medio de una tormenta el peligro es inminente porque significan que está a punto de caer un rayo. Retirarse de todo lugar alto: cumbre, cima, loma… y refugiarse en zonas bajas no propensas a inundarse o recibir avenidas de agua.
– NUNCA echar a correr durante una tormenta y menos con la ropa mojada, esto es muy peligroso. Se crea una turbulencia en el aire y una zona de convección que puede atraer el rayo.
– Deshacerse de todo material metálico (piolets, bastones, mochilas con armazón, palas, azadones, rastrillos, palos de golf, paraguas, herramientas…) y depositarlo a más de 30 metros de distancia. Los rayos aprovechan su buena conducción. APAGAR TELÉFONOS MÓVILES, cuyas radiaciones electromagnéticas pueden atraer los rayos.
– NUNCA refugiarse debajo de un árbol o una roca o elementos prominentes solitarios. Un árbol solitario por su humedad y verticalidad aumenta la intensidad del campo eléctrico. En cambio un bosque, aunque sea pequeño, puede ser un buen refugio. Cobijarse debajo de los árboles de menor altura.
– Alejarse de objetos metálicos como vallas metálicas, alambradas, tuberías, líneas telefónicas e instalaciones eléctricas, raíles de ferrocarril, bicicletas, maquinaria, etc. Lo más peligroso de un tendido eléctrico son sus apoyos, pues por su toma de tierra se descargan al suelo rayos que han caído incluso a kilómetros. La proximidad de grandes objetos metálicos es peligrosa incluso cuando no se esté en contacto con ellos, ya que la onda de choque producida por el rayo calienta sobremanera el aire lo que puede producir lesiones en los pulmones.
– En el caso de trabajo sobre tractores (agricultores), maquinaria de construcción, etc., abandonarlos mientras dure la tormenta. Tampoco debe trabajarse sobre andamios u otras estructuras metálicas.
– Alejarse de terrenos abiertos y despejados, como praderas, cultivos y campos de golf. En estas zonas una persona sobresale bastante del terreno y puede convertirse en un pararrayos.
– Aislarse del suelo y del contacto con charcos o zonas mojadas. Salir inmediatamente y alejarse de ríos, piscinas, lagos, el mar y otras masas de agua.
– Alejarse y NO refugiarse en pequeños edificios aislados como graneros, chozas, cobertizos…; las tiendas de campaña tampoco son seguras.
– NO refugiarse en la boca de una cueva ni al abrigo de un saliente rocoso, el rayo puede echar chispas a través de estas aberturas, algunas son incluso canales naturales de drenaje para sus descargas. Solo ofrecen seguridad las cuevas profundas y anchas, mínimo un metro a cada lado.
– La posición de seguridad más recomendada ES DE CUCLILLAS, lo mas agachado posible, con las manos en las rodillas, tocando el suelo sólo con el calzado. Esta posición nos aislará en buena medida al no sobresalir sobre el terreno. No debemos echarnos en horizontal sobre el suelo.
– Si notamos cosquilleo en el cuerpo, se nos eriza el cabello, o vemos brillar y echar chispas un objeto de metal hay adoptar la posición de seguridad de inmediato porque la descarga de un rayo es inminente.
– Si se va en grupo es aconsejable dispersarse unos metros y adoptar la posición y demás precauciones de seguridad.
– En caso de ir con niños, para evitar el pánico o el extravío, mantener contacto visual y verbal con ellos. Si un rayo afecta a una persona las demás en contacto pueden verse afectadas por la descarga, por esto mismo también es recomendable alejarse de rebaños y grupos de mamíferos.
– El mejor sitio para refugiarse a la intemperie durante una tormenta ES UN VEHÍCULO CERRADO. Dentro debemos apagar el motor, bajar la antena de la radio y desconectarla, cerrar las ventanillas y las entradas de aire. En caso de caída de un rayo el vehículo se cargará sólo por el exterior mientras que el interior quedará intacto, fenómeno conocido como «Jaula de Faraday». Debe evitarse tocar las partes metálicas del vehículo, incluso al salir de un vehículo que ha recibido una descarga. En caso de ir conduciendo y verse sorprendido por una tormenta conviene disminuir la velocidad y no detenerse en zonas por donde pueda discurrir gran cantidad de agua.
– Es totalmente falsa la creencia popular de que un rayo no cae dos veces sobre un mismo lugar.
Precaución en los domicilios
– No asomarse al balcón o ventanas abiertas para observar la tormenta.
– Cerrar puertas y ventanas para evitar corrientes de aire pues éstas atraen los rayos.
– Alejarse de la chimenea y NO hacer fuego en ella o apagarlo si está encendido. De las chimeneas asciende aire caliente cargado de iones, lo que aumenta la conductividad del aire abriendo un camino para las descargas eléctricas actuando como un pararrayos.
– En caso de hallarnos en un piso o vivienda, hay que desconectar los electrodomésticos, los aparatos eléctricos y las tomas de antena de televisión, ya que el rayo puede entrar por las conducciones de electricidad y TV causando daños o la destrucción de estos objetos. Conviene permanecer alejados de las tuberías del agua y del gas y del teléfono o el ordenador. Todos estos objetos pueden conducir la electricidad y provocar electrocución. Dejar las luces encendidas, sin embargo, no aumenta el riesgo.
– Hay que posponer los baños, las duchas y el lavado de la vajilla o usar agua corriente para cualquier otro propósito hasta que la tormenta haya pasado porque a través del agua existe también riesgo de electrocución.
– Una buena manera de aislarse es sentarse en una silla que no sea de metal apoyando los pies en la mesa u otra silla que tampoco sean metálicas. Lo mejor es tumbarse en una cama o litera, más aún si son de madera.
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