-Arrancaron 2019 con todos temas de agenda de Seguridad: Taser, baja de la edad de imputabilidad a 15 años, expulsión de extranjeros que delinquen. ¿Ese va a ser el eje de campaña?
-No, esta es una decisión que tomamos desde el inicio de nuestra gestión. Nos propusimos cambiar el paradigma del modelo kirchnerista.
-¿Cuáles son las bases de este cambio?
-Se pasó de un modelo basado en la exaltación del victimario a un modelo donde la sociedad y la victima están en el centro de las preocupaciones del Gobierno. Y trabajamos sobre distintos ejes: impulsamos cambios legislativos, como las leyes de flagrancia, técnicas de investigación, ley de victimas, barras bravas, la reforma del Código Penal, y la nueva ley Penal Juvenil y sacamos muchos decretos que sirvieron para ordenar, como el (DNU 70/2017) de Migraciones. Luego, también buscamos reconstruir el rol del Estado en cuanto a la seguridad, a partir de invertir la prueba automáticamente negativa que suponía la doctrina (del ex ministro de la Corte Suprema Eugenio) Zaffaroni.
-¿A qué se refiere con la «doctrina Zaffaroni»?
-Es lo que tantas veces el Presidente calificó como el mundo del revés. Se había construido sobre las fuerzas de seguridad una imagen, en el que siempre eran los responsables y su actuación era cuestionada. Esto dejaba a la sociedad sola frente al delito ya que las fuerzas no sentían que cumplir con su deber tenía un reconocimiento. Más bien, sentían que las querían dejar estancadas en el pasado y en ser las escorias de la sociedad, a la vez que se les pagaba un sueldo, se las armaba y se las formaba. Ahora, se agregó más profesionalismo y fortaleza para combatir a un delito corruptor por naturaleza como es el narcotráfico.
Por eso digo que la lucha contra el narcotráfico y por la seguridad son nuestros ejes, pero más que campaña es acción y gestión. Y nosotros no podemos parar la lucha contra el narcotráfico porque se viene la campaña.
-¿Es alta la incidencia de los menores en el delito?
-La incidencia de menores en el delito es importante, pero lo más importante es que si sus actos no tienen consecuencias, luego de mayores conformarán un mundo de delito y muerte. A la vez en muchas ocasiones son usados por los mayores aprovechando el hueco jurídico de la inimputabilidad.
-¿Ameritaba realmente impulsar la baja de imputabilidad?
-El tema de los menores es una deuda pendiente de hace muchos años. El proyecto parte de una premisa: buscar por todos los medios que los menores no conviertan sus vidas en una carrera hacia el delito y hacia la muerte, de ellos y de las víctimas que dejan. Ahora, cada conducta delictiva va a tener una consecuencia. Si un menor roba, no importa su edad, tendrá un régimen especial socio educativo terapéutico y medidas restaurativas. Y, si comete delitos más graves, tendrá consecuencias más graves que pueden significar el encierro en un establecimiento especializado.
-Sin embargo, usted quería que se bajara a 14 años la edad de imputabilidad. ¿Tuvo que ceder?
-Los cambios del proyecto tienen que ver con miradas distintas que convergieron. Todos tenemos que ser capaces de escuchar al otro en la construcción de una ley. Nos llevó tiempo en el Gobierno y con distintos actores llegar a un acuerdo. Pero lo logramos y ahora el Presidente lo envía al Parlamento. Es el proyecto más innovador e inteligente que he visto. Y yo los conozco todos porque he sido Presidente de la Comisión de Legislación Penal…
-Distintos sectores se opusieron a las Taser y salieron a criticar su decisión.
-La discusión de las Taser francamente me parece de lo más incoherente que he escuchado: es un arma no letal entregada a efectivos en zonas de alta densidad de gente, frente a un arma letal. Hay menos riesgo de muertes. Es elemental.
-¿Hay posibilidad, como dicen organismos de Derechos Humanos, que sean usadas para torturar?
-Los organismos de DDHH nunca se ponen del lado del policía asesinado, ni de la víctima. Por eso la opinión que tienen de la Taser es poco consistente. Es un arma no letal, que siempre debe ser usada con cuidado. Pero si quieren que no haya Policía y que cada uno se defienda como pueda, deben decirlo claramente.
Fuente: Clarín
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